Películas para amar y salvar al planeta de la destrucción

Películas que despertarán en ti el amor a la naturaleza y tu espíritu ecologista. Porque el cine también se compromete a cambiar algo en nosotros y a veces, hace falta recordarnos que la Tierra es la verdadera tierra prometida

Noticias Generales05/12/2019 Fuente: Tomatazos
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En el Día de la Tierra, nada como recordar algunas de las películas que han tocado el tema del medio ambiente, su destrucción, y su importancia. En esta lista sólo incluimos un documental, de 1983, pues consideramos que una lista de documentales ecologistas valdría la pena por sí mismo. Pero cuando lleguen a éste, verán por qué fue incluido en la lista que les presentamos.

El ecologismo, también llamado movimiento verde o ambientalista, es un movimiento político y social que defiende la protección del medio ambiente. Durante las décadas de 1950, 1960 y 1970, algunos eventos despertaron la conciencia del daño que se estaba haciendo al medio ambiente; las pruebas nucleares y la contaminación inmoderada, así como la publicación del libro Silent Spring (Primavera Silenciosa), de Rachel Carson, y The Population Bomb (La bomba demográfica) de Paul R. Ehrlich, fueron algunos de los detonantes de este movimiento.

El cine, como toda forma de expresión del ser humano, refleja la época y las inquietudes de sus creadores; y los involucrados en el mundo del cine no se podía quedar callados ante una problemática que sigue sin resolverse en gran medida. Como siempre, una lista como ésta no pretende abarcar la totalidad de las películas que han rozado aun si sólo por asomo el tema, pero sí una parte.

WALL·E

Una película distópica de Pixar, que conmovió a muchos en su año de estreno. Trata sobre un robot de la línea WALL-E, diseñado para limpiar la basura que cubre al planeta Tierra en el año 2115 (enormes montañas de basura), tras ser devastado por el ser humano. Todo cambia cuando conoce a una robot llamada EVA, enviada al planeta para identificar indicios de vida. Cuando vemos a los seres humanos del futuro, son un triste reflejo de lo que eran antes.

Ganó el Óscar y el premio BAFTA en la categoría mejor película de animación, y el Globo de Oro a mejor película animada.

Cuando el Destino nos Alcance

Un clásico que traumó a los que la vieron en 1973, pues reflejaba una visión bastante pesimista de la humanidad en el año 2022, en un mundo afectado por el efecto invernadero y la sobrepoblación. Charlton Heston interpreta a un detective que investiga el asesinato de un ejecutivo que tiene conexiones con la compañía Soylent, encargada de abastecer con alimentos procesados de concentrados vegetales a más de la mitad del mundo. En una época donde los alimentos naturales son un lujo de las clases dominantes, la empresa lanza Soylent Green, el nuevo alimento sacado al mercado, basado en plancton.

Tal vez la escena más conmovedora (y que nos hace entender por qué traumó a los espectadores) es cuando el personaje de Edward G. Robinson, va a morir a “El Hogar”, un lugar donde la gente voluntariamente iba a morir, pero por 20 minutos se le proyectaban escenas con música y paisajes de la Tierra como era antes del desastre ecológico.

Koyaanisqatsi

También conocida como Koyaanisqatsi: Life Out of Balance, es un documental experimental dirigido por Godfrey Reggio. A lo largo de éste, se muestran imágenes de la naturaleza y del impacto del hombre sobre ésta, pero sin narrador ni voces humanas, sólo guiando al espectador con lo que ve y la tétrica música de Philip Glass.


Koyaanisqatsi significa “vida fuera de equilibrio”, en el idioma de los Hopi, una antigua tribu que actualmente habita en la meseta central de Estados Unidos. Al final del documental se muestran los significados de la palabra y tres profecías Hopi que tienen eco en lo que muestra la película, y de las cuales la primera es “Si cavamos cosas preciosas de la Tierra, invitaremos al desastre”.

Pocahontas/Avatar/Perdido en el Amazonas

Algunos no estarán de acuerdo en que pongamos estas tres películas “en el mismo costal”, pero lo vamos a hacer porque tienen el mismo mensaje, contado de diferente manera (o no tan diferente tal vez). Avatar se parece mucho a Pocahontas en el espacio, y por mucho que se haya repetido y a algunos les moleste no deja de ser verdad; sin embargo, Perdido en el Amazonas sí fue una de las películas que inspiraron a James Cameron para Avatar y él mismo lo ha admitido.

Lo principal que comparten estas tres películas (ya sea en Estados Unidos, el Amazonas o en Pandora), es la idealización y exaltación de la vida primitiva de los indígenas, quienes viven y mantienen una conexión muy cercana con la naturaleza, y un respeto reverencial hacia ésta. En Pocahontas, la protagonista enseña al inglés John Smith el valor de la vida salvaje y su conexión con la naturaleza en la canción “Colores en el viento”, de la cual la versión original y la latinoamericana son igual de buenas.


En Avatar, Jake Sully (Sam Worthington) acaba pasándose al lado enemigo y enfrentando a su propia raza, pues ésta (en su mayoría) está corrompida y cegada por la ambición y no le importa destruir los bosques de Pandora (de una naturaleza muy parecida a la de la Tierra pero con gigantismo y mucho de vida submarina, acá anfibia o netamente terrestre). La conexión con la naturaleza en esta película es literal, pues los Na’vi se conectan por medio de trenzas-nervios-USB, y también lo hacen con Eywa (la madre naturaleza).


En Perdido en el Amazonas, el hijo de un ingeniero estadounidense que está construyendo una presa en la selva amazónica, desaparece sin dejar rastro. Su padre, convencido de que ha sido raptado por una tribu indígena, lo busca durante años. La película aborda el problema de la deforestación y la pérdida del espacio natural de muchas tribus del Amazonas; es considerada un clásico del ecologismo.

Estas no son las únicas tres películas que tratan este tema, y tampoco es un tema que no esté abierto al debate pues tiende a la idealización y otras cuestiones complejas que se deben analizar, pero por hoy dejaremos que el romanticismo de las tres anteriores los impregne de amor a las plantitas, animalitos salvajes y formas de coexistir basadas no sólo en el respeto, sino en el apego emocional.

Camino Salvaje

Esta película se basa en el libro de Jon Krakauer , basado en el caso real de Christopher Johnson McCandless, un destacado estudiante que a los 24 años falleció en un solitario viaje que realizó hacia Alaska. Este joven sentía un gran desprecio por lo que él consideraba un “materialismo vacío” de la sociedad estadounidense, y en la naturaleza fue a buscar aquello que la ciudad no le ofrecía. Llevaba algunos libros como The Call of the Wild de Jack London, y antes de morir arrancó la última página del libro de memorias de Louis L’Amour, Educación de un hombre errante, y en el otro lado de la página, escribió:

"he tenido una vida feliz y doy gracias al Señor. Adiós, bendiciones a todos"

El Señor de los Anillos: Las Dos Torres

Si algo impregna esta saga desde El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo -  91% hasta el final, es el amor que Tolkien, el creador de esta historia, le tenía a la naturaleza. Peter Jackson supo trasladar perfectamente el contraste entre la tranquila y rural Comarca, la vida tranquila de los hobbits y el equilibrio en que vivían los elfos con la naturaleza con la estruendosa maquinaria y la maldad que reflejaban Sauron y Saruman (especialmente este último) contra el medio ambiente y la vida. En Isengard se cavan fosas llenas de maquinaria y chimeneas que están humeando todo el día, creando a los monstruosos Uruk-hai y otras máquinas de guerra. En Las Dos Torres conocemos al personaje más ecologista de todos: Bárbol, de la raza de árboles caminantes conocidos como Ents, los pastores de árboles. Al final de esta película, el bosque de Fangorn es talado por los orcos de Saruman, por lo que los Ents se unen para enfrentarse al mago, metáfora indiscutible de la corrupción humana y consecuente industrialización —corrupción de la naturaleza con vías a la explotación de sus recursos.

Si bien elegimos Las Dos Torres para representar a esta saga, la verdad es que podemos encontrar el amor de Tolkien (y seguramente de muchos de los que trabajaron en las películas) hacia la naturaleza en la trilogía completa.

Naves Misteriosas

Esta película fue creada en un momento efervescente del movimiento ecologista y los hippies, con música de Joan Baez, y estrenada en 1972, Silent Running trata sobre tres naves espaciales botánicas situadas en la órbita de Saturno, que contienen las últimas plantas con las que se espera volver a plantar la Tierra, ahora despojada de vida vegetal. El protagonista, Freeman Lowell (Bruce Dern), es un botánico hippie que ama con todo su ser a sus plantas, y cuya personalidad contrasta demasiado con la de sus pusilánimes compañeros de viaje. Sin duda, una de las mejores películas ecologistas de la historia.

La Princesa Mononoke

Las películas de Hayao Miyazaki, y muchas del estudio Ghibli, suelen tener un trasfondo ecologista, ya sea por el retrato de la belleza de la naturaleza o por sus personajes viviendo en una armonía ancestral con ésta, la verdad es que Miyazaki ama la naturaleza y lo refleja en todas sus películas; sin embargo, hay una donde volcó todos esos sentimientos: La Princesa Mononoke. Ambientada en el Japón medieval, narra la historia del príncipe Ashitaka, quien salva su aldea de un demonio, pero al ser herido por éste, queda infectado y debe ir a buscar una cura. En esta aventura épica vemos el choque de la civilización contra la naturaleza, pero no desde un punto de vista maniqueísta como en Avatar, sino con personajes que tienen motivaciones y trasfondos profundos y difíciles de catalogar como buenos y malos tajantemente.

La palabra "Mononoke" no es un nombre, sino una descripción que puede ser traducida como “espíritu vengador”, por lo que la princesa Mononoke sería la princesa "de los espíritus vengadores”. El título hace referencia a San, la princesa de los lobos, una chica humana que fue criada por espíritus con forma de lobos gigantes, y lucha contra Lady Eboshi, la dirigente de la Ciudad del Hierro, que tala los árboles de su bosque como recurso para su ciudad y su fábrica.

Si ya vieron esta película no es necesario añadir que se trata, en cuanto a la forma de abordar el tema, su historia, su banda sonora y sus personajes, de la mejor película ecologista de todos los tiempos.



 


 

 

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