Más allá del impuesto a las bolsas de plástico

Desde el 1° de agosto de este año, la bolsa de plástico, usada para contener productos enajenados por contribuyentes del impuesto general a las ventas (IGV), se encuentra gravada con un impuesto que asciende a 0.10 soles. Conforme pasen los años, el impuesto aumentará y se llegará a recaudar 0.50 soles por cada bolsa para el 2023.

Residuos 22/11/2019 Fuente: El Peruano
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Una primera reflexión apunta a resaltar que este impuesto nace si quien entrega la bolsa es un contribuyente del IGV. Es decir, si un establecimiento comercializa productos no gravados con el IGV, las bolsas que se entreguen no estarán sujetas a este impuesto.La intención de este impuesto es reducir el uso de bolsas de plástico, tanto así que el referido impuesto aplica, aun se entregue de manera gratuita una bolsa, sabiendo que ello ya no está permitido, a partir del artículo 2° de la Ley N° 30884; el cual dispone que los establecimientos deben cobrar por cada bolsa que entregan una suma equivalente al precio del mercado.

Una segunda reflexión es que los establecimientos comenzarán a percibir mayores ingresos, pues si bien antes costeaban el valor de las bolsas que regalaban, hoy cobran por estas.

Ahora, ¿la necesidad de cuidar el planeta justifica generar un ingreso adicional para los establecimientos?, ¿sería necesario regular el destino de los ingresos que se generen con esta nueva obligación de cobro por entrega de bolsas plásticas?, ¿la finalidad de cuidar el planeta debe significar solo una carga en el consumidor final o también debería significar cargas en los entes de toda la cadena? Ante este contexto, hay la posibilidad de regular más a fondo este impuesto y generar una carga impositiva también en otros entes vinculados con las bolsas de plástico e inclusive destinar lo recaudado a proyectos puntuales que reduzcan el impacto negativo del plástico.

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