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Un informe de la fundación holandesa Changing Markets revela las deficiencias del modelo de gestión de residuos que impera en España y reclama que el país y el resto de estados miembros de la UE adopten un Sistema de Depósito y Retorno (SDDR) para reducir el número de desechos de plástico generados
Residuos05/03/2021La limpieza de residuos plásticos abandonados en ciudades y espacios naturales de España tiene un coste anual de entre 496 y 744 millones de euros. Así lo expone una nueva investigación de la fundación holandesa Changing Markets sobre la industria de los envases de un solo uso y las repercusiones ambientales y económicas del modelo de gestión que impera en España. La mala gestión de la basura plástica, en su mayoría envases de bebidas, tienen unas consecuencias directas sobre los bolsillos de los contribuyentes, que cada año destinan de sus impuestos entre 10 y 15 euros per cápita para eliminar este tipo de desechos de las calles, playas o montañas.
Sólo los envases de bebida tienen un coste anual de entre 285 millones y 500 millones de euros, es decir, entre 6 y 11 euros per cápita. Botellas de plástico, vasos, latas de aluminio y tetrabriks representan hasta el 18% de la basura que queda abandonada, sólo superada por los empaques, es decir cajas de cartón, que suponen el 22% de los residuos que se arrojan en las calles y en la naturaleza.
Las playas de España son las grandes damnificadas por la presencia de plásticos. Tanto es así, que la investigación estima que cada año se invierten en limpieza entre 13.000 y 80.000 euros por kilómetro de costa. En otras palabras, mantener todo el litoral español libre de plásticos supone que las administraciones tengan que gastar entre 21 y 141 millones de euros al año. Cada contribuyente termina pagando de su bolsillo hasta 2,99 euros anuales para que la arena de las playas españolas no tenga residuos.
Según la publicación, esta factura económica termina siendo pagada por los ayuntamientos españoles, lo cual iría en contra de la legislación española de envases y residuos, la cual establece un Sistema de Gestión Integrado (SGI) que responsabiliza a los productores de los envases de la gestión de los mismos tras su uso. En España, los productores se agrupan en Ecoembes, en el caso del plástico, y en Ecovidrio, en el caso de los recipientes de cristal, quienes tienen el control de los contenedores amarillo y verde respectivamente.
Changing Markets considera que los datos de España son la muestra del fracaso del sistema de reciclaje y reclama que se implemente un Sistema de Depósito Devolución y Retorno (SDDR) en el que cada consumidor, al comprar un producto, deja una fianza asociada al envase que recupera cuando lo devuelve tras su uso. Según los datos, los países europeos que ya han apostado por este sistema (Dinamarca, Estonia, Finlandia, Alemania, Islandia, Lituania, Países Bajos, Noruega y Suecia) han conseguido elevar el porcentaje de recuperación de botellas hasta el 90%, mientras que el promedio de la UE se sitúa en el 58%.
Este modelo, sin embargo, cuenta con la oposición de los propios productores de envases, ya que el sistema de retorno supondría un descenso de los residuos y de los ingresos asociados a la denominada Tarifa Punto Verde. En España las organizaciones de productores de envases pagan a la mayoría de los ayuntamientos por la gestión del contenedor amarillo. Estos venden los residuos recogidos a plantas de reciclaje, lo que hace que el modelo actual se convierta en un negocio que, lejos de disminuir botellas latas y otros recipientes, incentiva su consumo.
La fundación Holandesa señala directamente a Ecoembes y a Ecovidrio por querer retrasar la llegada de los sistemas de retorno, a los que considera los únicos capaces de reducir la huella ambiental asociada a los residuos urbanos. De hecho, en otro informe publicado en el mes de octubre de 2020, la organización calificaba a Ecoembes como un "lobo con piel de cordero" y como uno de los principales enemigos de la lucha contra el plástico en España.
En cualquier caso, desde Changing Markets ponen el foco en el cambio de postura "histórico" de algunos de los grandes grupos de producción de envases de Europa. Así, en septiembre de 2020, la Federación Europea de Aguas Embotelladas y la Asociación Europea de Fabricantes de Bebidas no Alcohólicas hicieron una declaración conjunta a favor de la introducción de un Sistema de Retorno (SDDR) en la Unión Europea, lo que supone un giro radical en el argumentario de dichas organizaciones empresariales.
Fuente: Publico (.es)
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