
El Observatorio de Acción Climática: El Espejo Crítico de la Agenda Ambiental Argentina
En un contexto de negacionismo creciente y desfinanciamiento estatal, esta herramienta es fundamental para fiscalizar la inacción
Habría que multiplicar por siete los esfuerzos para cumplir las promesas ambientales
Cambio Climático26/09/2022
Marcos Bach

Desde hace mucho tiempo se dice que tenemos que actuar para frenar el cambio climático. Y con cada día que pasa las posibilidades son menos. Lo intentamos: los gobiernos y la sociedad civil ponen esfuerzos para revertir el daño de la acción antrópica y para concientizar a toda la población. Pero eso no es suficiente. Y, como presento en un artículo el diario La Gaceta de Argentina, en un nuevo informe es claro: si no intensificamos esfuerzos, las consecuencias “serán devastadoras”.
Si queremos limitar en 2030 el calentamiento global a 1,5 °C, los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero deben ser siete veces mayores a los empleados hoy. Sí. Siete veces. Estos y más datos fueron revelados en un reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (perteneciente a la ONU).
Lo que pasa -advierten- es que hay mucha distancia entre las aspiraciones del mundo y la realidad climática del ambiente. El estudio, titulado “Unidos en la ciencia”, explica que las concentraciones de gases de efecto invernadero continúan creciendo y alcanzando nuevos máximos. Hubo un descenso temporal durante el aislamiento en la pandemia, pero ahora los índices de emisión superan los niveles previos a la covid-19: los datos preliminares muestran que las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) en 2022 (de enero a mayo) superan en un 1,2% los niveles registrados durante el mismo periodo en 2019.
Estamos caminando hacia atrás, en vez de ir hacia un futuro sostenible. Según el documento, los últimos siete años han sido los más cálidos de los que se tiene registro. Los datos recabados por la agencia meteorológica de la ONU dan información sobre la situación climática actual y son alarmantes: la cantidad de desastres naturales se ha multiplicado por cinco en los últimos 50 años; alrededor del 90 % del calor acumulado en el sistema de la tierra se encuentra en los océanos; una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero están relacionadas con el comercio de alimento entre países; y, lejos de los objetivos propuestos, los niveles de CO2, metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) presentes en la atmósfera siguen aumentando.
En caso de no tomar medidas más ambiciosas, a la humanidad le espera un futuro complicado. Y las poblaciones vulnerables serán las más afectadas -resalta el documento-. Y no hace falta pensar en lo que pasará en cien años: hoy ya estamos asistiendo a las consecuencias del calentamiento global. “Las inundaciones, las sequías, las olas de calor, los temporales extremos y los incendios forestales van de mal en peor, batiendo récords con una frecuencia cada vez más alarmante”, señaló el secretario general de la ONU António Guterres en el lanzamiento del informe. Y eso no es todo. “Los impactos que genera el cambio climático se están adentrando en un territorio desconocido de destrucción”, alertó Guterres y destacó: “cada año insistimos en redoblar esta adicción a los combustibles fósiles, mientras los síntomas empeoran rápidamente”.
Para prepararnos a las devastadoras consecuencias que se esperan, ONU recomienda que los países posean una red de alertas tempranas, sobre todo las poblaciones más vulnerables al cambio climático, lo que representa aproximadamente 3600 millones de personas. “Es más importante que nunca que la comunidad internacional adopte medidas ambiciosas no sólo para mitigar las emisiones, sino también para fomentar la adaptación al cambio climático”, aseguran.
Y como si la situación actual no fuera lo suficientemente preocupante, el estudio también se aventura a predecir qué pasará en los próximos años. Hay un 93% de probabilidades de que, al menos uno de los próximos cinco años, sea más cálido que el año más cálido jamás registrado, es decir, 2016, y que la temperatura media del período comprendido entre 2022 y 2026 sea superior a la de los últimos cinco años.
Además -indican- hay un 48 % de posibilidades de que, al menos durante uno de los próximos cinco años, la temperatura media anual sea temporalmente 1,5°C más alta que la media correspondiente al período preindustrial.
Hay promesas; la humanidad está trabajando para reducir los gases de efecto invernadero, pero hace falta más. Siete veces más si queremos lograr el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5 °C y cuatro veces más si sólo queremos limitarlo a 2 °C. Hoy, en cambio, estamos muy lejos de esos objetivos: según se estima -con un 66 % de probabilidad-, el calentamiento global durante este siglo equivaldrá a 2,8 °C suponiendo que se mantengan las medidas actuales; o a 2,5 °C si se cumplen todas las condiciones.

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