La contaminación abre un nuevo frente: la lluvia cada vez lleva más plástico

El descubrimiento de nuevas micropartículas en diferentes zonas del planeta, a decenas de kilómetros de las teóricas fuentes, supone una preocupación añadida para los habitantes

Residuos20/09/2019 Fuente: El Confidencial
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Analizando diferentes muestras de agua en zonas naturales como los Pirineos españoles y franceses o las Montañas Rocosas de Estados Unidos y Canadá, se descubrieron recientemente cientos de partículas de plástico, trazas y fibras por cada metro cuadrado sujeto a análisis. Este problema, creado por el ser humano, supone una de las mayores cuestiones medioambientales que se han de solventar en los próximos años, puesto que en la actualidad hay tanto plástico disperso en el planeta que hasta se puede encontrar en la lluvia.

Aunque no es posible llegar al origen exacto de los microplásticos, el hecho de localizarlos sí que plantea nuevas cuestiones acerca de cómo los desechos pueden acabar repercutiendo en la realidad del planeta, puesto que, además de ensuciar y tardar unos 500 años en descomponerse, ahora también se sabe que son capaces de contaminar el agua o el aire, así como que pueden hacerlo en cualquier parte del planeta.

Este descubrimiento tiene su origen en el mes de abril de este año, momento en el que científicos que se habían desplazado hasta los Pirineos se toparon con esta realidad a la hora de analizar diversas muestras de lluvia, según ha publicado la revista científica Nature. Ahora, meses más tarde, el estudio norteamericano 'Está lloviendo plástico' que ha sido publicado por el Departamento de Interior de Estados Unidos, llega a la misma conclusión y, esta vez, en la otra punta del planeta, concretamente en Colorado.

Científicos americanos sugieren que las partículas de plástico pueden entrar en el ciclo del agua y, con ello, acabar en organismos o contaminar el agua

En el caso español, los investigadores se encontraron con una media de 365 partículas de plástico por cada uno de los metros cuadrados analizados cada día. Estas contenían polietileno y poliestireno, unos polímeros que se utilizan de forma habitual para crear bolsas de plástico y envases de un solo uso. Además, de esta investigación se desprende la gran capacidad que tienen estos elementos para desplazarse, dado que las muestras españolas fueron localizadas a más de 6 kilómetros de la población más próxima y a 120 kilómetros de una ciudad.

Por su parte, los responsables de la investigación americana dieron a entender que cualquier elemento que contenga plástico puede soltar diminutas partículas que acaben subiendo a la atmósfera y, una vez arriba, se sumen al agua que contienen las nubes. De este modo entrarían en el ciclo del agua, lo que las harían volver a depositarse sobre el planeta y desplazarse por él, de tal forma que pueda acabar en organismos, filtrarse bajo la tierra o volver a subir a la atmósfera de nuevo.

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