
La naturaleza tiene una capacidad inmensa para recuperarse después de las perturbaciones (lo lleva haciendo desde que surgió la vida)
Nuestra calidad de vida está relacionada directamente con la salud del planeta, debido a que dependemos de una gran cantidad de otras especies animales y vegetales para nuestra supervivencia
Biodiversidad27/01/2021De hecho, aproximadamente un tercio de los alimentos que consumimos está disponible gracias a la polinización, y aproximadamente la mitad de los polinizadores de plantas tropicales son las abejas.
Existen aproximadamente unas 20.000 especies de abejas en el mundo, de las cuales cinco son productoras de miel (Syngenta, 2017). Estos insectos son el grupo mejor adaptado a la visita floral para alimentarse de néctar, por lo cual se han convertido en un grupo esencial para la polinización, es decir, la reproducción sexual de la mayoría de plantas con flores, sobre todo las de interés agrícola y forestal (FAO, 2016).
Las abejas viven en comunidades denominadas colonias, donde se reparten las tareas bajo una organización social muy estructurada: reina, obreras y zánganos. Desde su colonia las abejas obreras vuelan de 1 a 30 km en busca de flores, para recolectar polen y néctar para almacenarlos en la colmena (ONU, 2018), por lo que necesitan recursos adecuados para alimentarse, es decir, lugares con abundante néctar de las flores. Además requieren de lugares para anidar y comer, y un entorno natural, no tóxico. Hace cien años, los pequeños sistemas agrícolas, diversificados y libres de pesticidas resultaban muy favorables para los polinizadores como las abejas.
Por otro lado, los alimentos más ricos en micronutrientes como frutas, hortalizas y semillas dependen exclusivamente de la polinización efectiva, es decir que la flor reciba una cantidad suficiente de polen, trabajo realizado por las abejas, para desarrollar frutos más grandes y uniformes (FAO, 2016).
De las 100 especies de cultivos que abastecen el 90% de los alimentos del mundo, las abejas polinizan más del 70% de ellos. 70 de cada 100 productos que consumimos dependen de la intervención de las abejas, además polinizan más de 25.000 especies de plantas con flores en el Neotrópico. Sin estos insectos la actividad agrícola prácticamente desaparecería, lo que dejaría a muchas familias sin una fuente de ingresos (Dugo de la Cruz, 2014). Gracias a ellas, la producción de alimentos de aproximadamente 2 mil millones de pequeños agricultores ha mejorado en todo el mundo, contribuyendo de esta manera, a garantizar la seguridad alimentaria de la población mundial (FAO, 2016), por lo que su desaparición implicaría graves desequilibrios en la economía mundial, ya que además están relacionadas con la generación de miles de millones de dólares anuales en productos agrícolas.
A pesar de su gran importancia, en los últimos años, se ha registrado un declive importante y preocupante en las poblaciones de abejas a nivel mundial (Bustos, 2018). Las causas principales están asociadas a los monocultivos, el uso excesivo de pesticidas, la fragmentación de hábitats naturales, el cambio climático, las ondas electromagnéticas y enfermedades (Luque-Tumuri, 2017). La ausencia de un hábitat adecuado para las abejas y otros polinizadores podría conducir a una disminución continua de la polinización, lo cual traería grandes problemas a nivel mundial (FAO, 2016; Luque-Tumiri, 2017).
Por esta razón, a partir de este año la ONU ha tomado la iniciativa de conmemorar el 20 de mayo como el día mundial de las abejas con el fin de crear conciencia sobre la gran importancia de estos polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y contribución al desarrollo sostenible (ONU, 2018).
Entre las acciones directas que nosotros podemos tomar para contribuir a la conservación de las abejas, está el de tomar conciencia sobre la utilización de agroquímicos, sembrar más flores, reducir el uso de pesticidas y consumir alimentos orgánicos, y lo más importante, no matarlas cuando nos encontremos con una, ellas solo pican cuando las molestamos.
Fuente: Natzone (.org)
La naturaleza tiene una capacidad inmensa para recuperarse después de las perturbaciones (lo lleva haciendo desde que surgió la vida)
Un llamado urgente a la acción global para salvar los ecosistemas y el futuro del planeta
Hace 20 años, comenzó un programa de recuperación de estos manglares impulsado por científicos y habitantes del lugar
La Fundación BBVA ha galardonado con el Fronteras del Conocimiento en la categoría de calentamiento del planeta y ciencias del medio ambiente a la ecóloga Camille Parmesan
Con los pingüinos africanos al borde de la extinción, Sudáfrica actúa prohibiendo la pesca. Esta medida podría cambiar su destino
La naturaleza tiene una capacidad inmensa para recuperarse después de las perturbaciones (lo lleva haciendo desde que surgió la vida)
Esta científica incide en que cada décima de grado de aumento de la temperatura media mundial aumenta los eventos extremos en frecuencia, en duración y en intensidad
Con el invierno la necesidad de mantener los hogares calientes es fundamental y por eso la mayoría elige la manera más tradicional
¿Deberíamos conservarlos? ¿Deberíamos descartarlos? ¿Qué tanto afectarían estas decisiones a la económica y a la cotidianeidad?
Actualmente son más de 60 las normas que ayudan a las organizaciones públicas o privadas a mejorar su desempeño ambiental