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Ante la situación de alarma sanitaria declarada por la pandemia de covid-19, se ha generado unas necesidades de desinfección superiores a las habituales, limpieza y desinfección de establecimientos, elementos y mobiliario urbano (superficies de contacto, medios de transporte, vías públicas, etc.)
Residuos13/04/2021
El uso masivo de desinfectantes que se utilizan para el coronavirus es peligroso para la salud de las personas y el planeta.
No solo el uso de los desinfectantes en los hogares sino también el uso de lejía y sus derivados para desinfectar las calles de nuestras ciudades, que algunos expertos franceses ponen en duda su eficacia frente al virus y podrían tener consecuencias para el medio ambiente.
No es necesario recurrir a estos productos para limpiar: basta detergente… pero no hace falta que lleve un desinfectante: el detergente es capaz por si solo de arrastrar los microorganismos.
El ozono generado a partir del oxígeno, no puede utilizarse como biocida porque no es un producto autorizado para la desinfección de superficies y actualmente no está incluido en el listado de productos virucidas publicado por el Ministerio de Sanidad.
El dióxido de cloro es una sustancia activa autorizada con finalidad bactericida y fungicida, pero no con finalidad virucida, por lo que no puede utilizarse para la desinfección de superficies frente a SARS-CoV-2.

Para la salud:
No por ello deben dejar de utilizarse, advierten los expertos, pero sí que es necesario actuar con prudencia y sentido común. Utilizando una mayor concentración de desinfectantes no se va a conseguir una mayor desinfección.
Para el planeta:
La limpieza masiva de las calles, esencial en tiempos normales, debe continuar en la situación actual, pero lo que no debe es basarse en productos de procedentes de la lejía, ya que no se ha demostrado su utilidad para acabar con la carga viral en lugares públicos.
Otras alternativas para la desinfección:
Fuente: CambioClimatic (.com)

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