El mundo que vaticinaba Greta Thunberg era cierto

Ningún país garantiza la salud y el futuro de la infancia, según un informe de la OMS, Unicef y 'The Lancet', que incluye en un estudio por primera vez el cambio climático como principal causa de amenaza

Contaminaciones20/02/2020
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Un grupo de niños juega con una botella de plástico en una playa de Costa de MarfilDEJONGH (UNICEF)

“Quiero que actúes como si nuestra casa estuviera en llamas. Porque lo está”. Así de duro fue el discurso de Greta Thunberg en el foro económico de Davos en enero de 2019, pero también es la representación más certera del momento que el mundo atraviesa. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el informe ¿Qué futuro les espera a los niños del mundo?, presentado este miércoles por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef y The Lancet. El estudio revela que la salud y el futuro de todos los niños y los adolescentes del mundo se encuentran en peligro inmediato a causa de la degradación ecológica y el cambio climático, por lo que ningún país les garantiza un desarrollo adecuado.

 
El informe calcula que alrededor de 250 millones de menores de cinco años de países de ingresos bajos y medios corren el riesgo de no alcanzar un desarrollo adecuado. "Lo más preocupante es que todos los del mundo se enfrentan ahora a las amenazas del cambio climático", asegura Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelanda y copresidenta de la comisión que ha llevado a cabo el estudio. “Más de 2.000 millones de personas viven en países donde el progreso se ve obstaculizado por las crisis humanitarias, los conflictos y los desastres naturales, que se relacionan cada vez más con el cambio climático”, ha dicho Awa Coll-Seck, ministra de Senegal y copresidenta de la comisión.

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El estudio es el resultado de dos años de investigación, financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates, compuesta por más de 40 expertos internacionales. "Los niños y adolescentes deben estar en el centro del debate de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y uno de los principales es parar las emisiones de carbono. Los países más pobres tienen un camino más largo para conseguir un periodo de infancia saludable, pero los países ricos  ya están amenazando su futuro. Estamos de acuerdo con Greta Thunberg cuando dice que nuestro mundo está en llamas", asegura Anthony Costello, catedrático de Salud Global y Sostenibilidad y uno de los autores principales.

La otra novedad que presenta este informe es un nuevo índice mundial de 180 países en el que se comparan bienestar infantil, un indicador para las emisiones de gases y desigualdad
 

El estudio asegura que aunque los países más pobres deben redoblar los esfuerzos para que sus niños tengan vidas saludables, las excesivas emisiones de carbono, “desproporcionadas en el caso de los países más ricos”, ponen en peligro el futuro común. Si se cumplen las proyecciones actuales y el calentamiento global supera los cuatro grados centígrados en el año 2100, las consecuencias para la salud infantil serán devastadoras debido al aumento del nivel de los océanos, las olas de calor, la proliferación de enfermedades como el paludismo y el dengue, y la malnutrición.

La otra novedad que presenta este informe es un nuevo índice mundial de 180 países en el que se comparan tres aspectos: supervivencia y bienestar infantil (que incluyen la salud, la educación y la nutrición), sostenibilidad (con un indicador para las emisiones de gases de efecto invernadero) y equidad o desigualdad de ingresos. Esto implica cambios en la situación de países desarrollados que hasta ahora mostraban buenos resultados: Noruega, Corea del Sur y los Países Bajos tradicionalmente han tenido las mejores posibilidades de supervivencia y bienestar infantil, mientras que los pequeños de la República Centroafricana, el Chad, Somalia, Níger y Malí tenían las peores perspectivas. Sin embargo, al tomar en consideración las emisiones de CO2 por habitante, los autores del estudio encontraron que los países con las mejores posibilidades van rezagados: Noruega se clasificó en el puesto 156; Corea del Sur, en el 166; y los Países Bajos, en el 160. Cada uno de ellos emite 210% más CO2 por habitante de lo marcado como objetivo para 2030.

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Estados Unidos, Australia y Arabia Saudí figuran entre los 10 países que más emisiones generan. Los únicos países en camino de superar los objetivos sobre emisiones de CO2 per cápita para 2030 y, al mismo tiempo, obtener buenos resultados dentro de los primeros 70 puestos en los indicadores de desarrollo y bienestar infantil son Albania, Armenia, Granada, Jordania, Moldova, Sri Lanka, Túnez, Uruguay y Vietnam.

Albania, Armenia, Granada, Jordania, Moldavia, Sri Lanka, Túnez, Uruguay y Vietnam son los únicos países que superarán el objetivo sobre emisiones de CO2  para 2030 junto a la mejora  de desarrollo infantil  

Otros gigantes como la India suspenden esta asignatura. "La falta de agua y la polución en la India tiene una gran repercusión en la mortalidad infantil. También es un problema la calidad del aire. Los niños sufren las emisiones, a pesar de no ser los causantes aún de ellas, pero son víctimas del cambio climático", explica Sunita Narain, directora general en el Centro de Ciencia y Medioambiente en Nueva Delhi, India, y otra de las expertas que ha realizado el informe.

Procesados, bebidas azucaradas y tabaco, las otras amenazas


La exposición de los niños a los anuncios de comida basura y bebidas azucaradas se asocia con la compra de alimentos no saludables y está relacionada con el aumento alarmante de la obesidad infantil. "Unicef y otras organizaciones internacionales llevamos varios años advirtiendo de que la obesidad también es un problema de los países pobres, ya que la comida procesada y las bebidas azucaradas que la provocan es más barata, más accesible", explica Blanca Carazo, responsable de Programas de Unicef Comité Español. El número de niños y adolescentes obesos en el mundo pasó de 11 millones en 1975 a 124 millones en 2016; es decir, se incrementó 11 veces, con graves costos individuales y sociales.

El informe también hace hincapié en el peligro que representan para este grupo de edad la publicidad de estos productos. Los niños y los adolescentes estuvieron expuestos a 51 millones de anuncios relacionados con el alcohol en un año durante la retransmisión en televisión de partidos de fútbol, críquet y rugby en Australia. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el informe, que también ha estudiado el mercado en Canadá, Estados Unidos, México y Nueva Zelanda y que demuestra cómo el control de la publicidad no ha impedido que se sigan presentando anuncios dirigidos a los menores de edad. “La autorregulación de la industria ha fracasado”, ha zanjado el profesor Anthony Costello. “La realidad puede ser mucho peor: tenemos pocas cifras sobre la enorme expansión de la publicidad en las redes sociales y los algoritmos dirigidos a nuestros niños”.

Medidas inmediatas desde los gobiernos


“Es hora de replantear la salud infantil, de modo que se considere que los niños y su bienestar son una prioridad en los programas de desarrollo de todos los gobiernos por encima de todas las demás consideraciones”, ha asegurado Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef en la presentación de estas cifras. En la misma línea se ha expresado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, que asegura que los líderes están fallando con demasiada frecuencia a las nuevas generaciones. “Este informe debe servir como una llamada de atención para que los países inviertan en su salud y desarrollo, tengan en cuenta sus opiniones, protejan sus derechos y construyan un futuro apropiado para ellos”.

Los autores del informe y de la comisión proponen como solución la creación de un nuevo movimiento mundial impulsado por los niños y destinado a ellos en el que cuenten en la toma de decisiones; se refuercen las normas de cada país con respecto a la regulación de publicidad de comida rápida y tabaco, además de detener las emisiones de CO2 con la máxima urgencia. “Tenemos una gran oportunidad. Disponemos de pruebas y tenemos las herramientas necesarias. Es hora de que se inicie una nueva era a favor de la salud de los niños y los adolescentes. Se necesitará valor y compromiso para estar a la altura. Es la prueba suprema de nuestra generación”, pide Richard Horton, editor jefe de The Lancet.

Fuente: El País (España)


 

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