Cómo los drones pueden ayudar a disminuir la contaminación por plásticos en el mundo

Una empresa británica desarrolló un sistema de drones para encontrar y mapear residuos plásticos en diferentes terrenos, y los clasifica por tipo, tamaño, origen o marca. Con estos datos, plantea soluciones concretas a un problema creciente: cada año terminan en el océano trece millones de toneladas de plástico, aunque también hay presencia de este material en las montañas más altas

Alimentos y Tóxicos07/02/2022
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“Los datos cuentan una historia que impulsa al cambio, y los agentes de cambio hacen del mundo un mejor lugar”. Esa es la mirada de la compañía Ellipsis Earth que, bajo el lema Elevando Perspectivas, trabaja desde 2019 para obtener información certera y comparable sobre la contaminación mundial y así impulsar la toma de decisiones. La empresa aprovecha el poder de la tecnología para ―mediante drones― identificar, mapear y rastrear la basura en el ambiente.

¿Un camión de basura vuelca su carga completa de plásticos cada minuto al océano? Parece exagerado, pero es el equivalente a los trece millones de toneladas que todos los años llegan al mar. Son contenedores, redes de pesca, envoltorios, paquetes, toallitas higiénicas, botellas, tapitas, cepillos de dientes y más. Los pronósticos prevén que 104 millones de toneladas más entrarán a nuestros ecosistemas para 2030. El camino para torcer este enorme daño no es novedad: Gobiernos e individuos debemos tomar más medidas concretas y sostenidas de alcance local e impacto global.

En las últimas décadas hubo un aumento descomunal de la cantidad de plástico que el mundo produce, un tercio de la cual termina en los océanos y sus costas. Movimientos de organizaciones y personas buscan soluciones contrarreloj que van desde la educación para la responsabilidad individual y de las comunidades hasta nuevas técnicas basadas en tecnología para frenar la contaminación y proponer opciones más limpias.

Mapear el mundo

Uno de los proyectos más disruptivos es el de Ellipsis Earth, empresa con sedes en Londres y San Francisco, fundada tras varios años de investigación y desarrollo por la premiada científica, ecologista y comunicadora Ellie Mackay, su directora ejecutiva. Mackay emprendió proyectos en todo el mundo, desde la costa del Reino Unido hasta las orillas del río Ganges, en la India. Al ser también cineasta y piloto de drones para entornos extremos, junto con su compañía desarrolló un software de reconocimiento de imágenes que mapea la basura en forma rápida, precisa y automatizada. Esta tecnología habilita relevamientos en cuestión de minutos, con mucha más celeridad y detalle que el clásico método a pie.

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Actualmente, la información sobre la cantidad y el tipo de desechos se recopila por medio de la exploración científica práctica. Este mecanismo arroja datos de muestra subjetivos, algo sesgados o al menos inexactos. Sin embargo, conseguir estadísticas o proyecciones aplicando exclusivamente tecnología también tiene enormes inconvenientes.

Por eso, Ellipsis Earth conjuga los dos enfoques. Utiliza tecnología inteligente ―como tomas aéreas con drones, datos de mapas, identificación automatizada, reconocimiento de imágenes e inteligencia artificial― en combinación con fotografía, presencia e interpretación humana. El sistema resulta seguro, sencillo y rentable.

“La importancia de conseguir datos confiables y certeros es que, sin ellos, los mejores esfuerzos resultan desperdiciados. Cuando las soluciones se aplican mal, son ineficientes. Por eso, esta información que generan los drones con el soporte humano y del software es crítica para encontrar soluciones, evaluar cambios y medir el impacto. Todo esto acelera el camino hacia un mundo más libre de basura y de plásticos”, explican desde Ellipsis.

La estrategia de Mackay es obtener un ecosistema integrado para el cambio ambiental, a través de la investigación global, la educación, la exploración y los medios creativos. Para esto, cuenta con la tecnología de mapeo por algoritmos de Ellipsis y el respaldo de un equipo de especialistas que quieren generar un impacto duradero con aportes colectivos y colaboración abierta.

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Además de su equipo, esta start-up ya consolidada en empresa tiene asesores científicos en varias disciplinas, desde la geoquímica oceánica hasta el manejo sustentable de los plásticos, y una red global de pilotos aéreos, voluntarios, etiquetadores de imágenes y equipos de limpieza de playas. Todos trabajan con esta tecnología para mejorar el ambiente en sus comunidades.

Cómo funciona

Ellipsis recolecta videos y fotografías de basura en todo el mundo, en la superficie de la Tierra y en el agua, y de fuentes variadas como drones, satélites, submarinos y cámaras. Incluso el público general puede enviarle material.

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En este proyecto concreto, utiliza la tecnología de los drones y datos en tiempo real. Así, recopila información precisa sobre la basura en general y la plástica en particular. Los drones equipados con cámaras mapean su ubicación y el software con reconocimiento de imágenes identifica el tipo de plástico, su tamaño y hasta el origen o la marca de los desechos. Estos datos sirven para diseñar soluciones que conduzcan a una mejora ambiental sostenible.

Su tecnología toma varios miles de imágenes mientras inspecciona el contenido de una playa, río u océano. Después, un software de inteligencia artificial combina varias fotos en una imagen maestra que se usa para el mapeo geoespacial mejorado.

Este software clasifica con precisión qué es ese plástico (botella, red de pesca, tapita, cepillo de dientes, etc.), lo que permite brindar un contexto más exacto. Incluso se puede adaptar el algoritmo para detectar solo plásticos específicos como PET o espuma de polietileno, y artículos particulares como cápsulas de café o productos de marcas determinadas.

Puede identificar plástico con una precisión del 93 % y una certeza del 95 %. Por eso, sus datos son comparables a nivel mundial y científicamente sólidos. Funciona en todos los terrenos; en el agua, rastrea en sumersión, no solo en superficie, y es capaz de detectar incluso plástico degradado.

Después de la identificación, proporciona un mapa de calor global de los desechos plásticos que se puede filtrar y superponer con datos existentes, mientras compara geográficamente y a través del tiempo.

Soluciones posibles

La tecnología de Ellipsis podría descubrir que una playa “X” tiene una tonelada de redes de pesca y trampas para langostas que fueron descartadas, mientras que la playa “Y” tiene una tonelada de toallitas higiénicas desechadas. Para la playa “X” se pondrá en contacto con la industria pesquera y sumará esfuerzos para conseguir mejores regulaciones sobre el vertido de redes. Mientras que para la playa “Y”, ofrecerá programas de educación para que la gente deje de tirar elementos higiénicos por el inodoro y hablarán con las autoridades para mejorar los sistemas de desagües locales.

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Richard Thompson, director del Instituto Marino de la Universidad de Plymouth en el Reino Unido, sostiene que este enfoque basado en conseguir datos de calidad para obtener soluciones es crucial. Porque, aunque hay mucha evidencia de que la contaminación plástica es una realidad en todo el mundo, todavía se necesitan datos específicos para informar acerca de soluciones efectivas.

En este camino, Thompson ―que además es profesor de Biología Marina― destaca el rol de la evolución tecnológica. El uso de imágenes aéreas para mapear la contaminación plástica en los océanos y las costas no es un método nuevo. Antes que los drones, los científicos enviaban globos con cámaras para sacar fotos desde el cielo. Últimamente, la Agencia Espacial Europea usó satélites para identificar residuos contaminantes. Pero ahora la tecnología de los drones y la mejora en la resolución de las imágenes hacen todo más viable y eficiente.

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Educación y suma de esfuerzos

La empresa británica también está disponible para trabajar con Gobiernos, corporaciones, emprendimientos, organizaciones no gubernamentales e instituciones académicas. Además, produce contenidos para la educación ambiental, basados en sus conocimientos, proyectos y datos tecnológicos. También, impulsa la comunicación científica efectiva y con ella busca contar las mejores historias a las audiencias correctas, para crear un impacto más duradero a partir de la toma de decisiones informadas.

Busca soluciones a los trece millones de toneladas de desechos plásticos que ingresan a nuestros océanos cada año, y contesta estas preguntas: ¿dónde termina el plástico que consumimos? ¿Qué distancias recorre alrededor del planeta? ¿Cuánto tiempo permanecen estos desechos en las playas? ¿Con qué velocidad vuelve a contaminarse una playa limpia? Para responderlas no solo mapean, identifican tendencias y puntos de acceso, sino que informan y educan a las personas. Está probado que esto resulta en un cambio más duradero y recopila ideas comunitarias para iniciativas exitosas.

No es una produccion propia, la fuente es el Diario Infobae (Argentina)

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