Techos verdes en Nueva York: obligatorios por ley

Construcción sustentable07/09/2019 Fuente: Eco Habitar
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Esta metrópoli ha desarrollado una ley que hace que, los techos se transformen en jardines, bosques, huertos y espacios verdes. Es cierto que antes se utilizaban como estrategia ecológica. Desde  ahora existe una ley que establece su naturaleza obligatoria. Estamos hablando de una disposición incluida en la llamada Ley de Movilización Climática, que hará que la metrópoli sea aún más sostenible.

Una gran revolución verde de la Gran Manzana gracias al New Green Deal, que establece que todos los edificios nuevos que sean comerciales o residenciales y todos los que estarán en reestructuración, deberán incluir un techo verde, cubierto de plantas y árboles. A esto deberá agregar paneles solares o turbinas eólicas como ya sucede en otras ciudades de los Estados Unidos.

Suiza ya fue pionera en la implantación de estas leyes hace años. Ahora Nueva York se ha unido a esta tendencia de reconvertir las megaciudades en espacios menos contaminantes, más ahorrativos y saludables, gracias al impulso que el alcalde De Blasio esta dando en esta dirección, aprobando la Ley de Movilización Climática para la protección del medio ambiente en términos de sostenibilidad y eficiencia energética.

Los techos verdes en Nueva York pretenden ahorrar energía y acercar a la ciudad a la descarbonización, un proceso inevitable para mitigar el calentamiento global.

Techos verdes en Nueva York para reverdecer la ciudad
La ley exige que los techos tengan huertos, céspedes, espacios verdes con paneles solares o generadores eólicos.

En la disposición se habla de un límite de emisiones para algunos tipos de edificios o la obligación de incorporar medidas de ahorro de energía para la eficiencia de los sistemas de calefacción, esto conllevaría cerrar varios (hasta 24) plantas de energía de petróleo o carbón dentro de los límites de la ciudad. Se estima que esto reducirá las emisiones en un 80% para 2050.

Los techos verdes son grandes aliados no solo en verano. En invierno, por ejemplo, logran absorber hasta el 50% del agua de lluvia y regular su flujo hacia el sistema de agua de la ciudad. En general, mejoran el aislamiento térmico de los pisos superiores de los edificios y contribuyen a reducir el peligro de fenómenos meteorológicos extremos, como lluvias torrenciales.

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