¿Cómo Transitar hacia Ciudades más Sostenibles?

La ciudades como sistemas con interacciones dinámicas entre historia, ambiental, social y económico.

Construcción sustentable04/08/2025Marcos BachMarcos Bach
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MARCOS BACH

En la búsqueda de entornos urbanos más habitables, equitativos y respetuosos con el ambiente, emergen una serie de conceptos y estrategias que replantean el modelo de ciudad que hemos heredado. Desde la planificación de metrópolis más compactas y centradas en las personas, hasta la reinvindicación de la vida de barrio y la apuesta por la autosuficiencia energética y alimentaria, se teje un nuevo paradigma que busca reconciliar el desarrollo con la calidad de vida. A continuación, se detallan los pilares de esta transformación.

1) Planificar Ciudades compactas, cercanas, conectadas y a escala humana.

La planificación de ciudades compactas, cercanas, conectadas y a escala humana busca revertir el modelo de expansión urbana dispersa y dependiente del automóvil. Este enfoque promueve un desarrollo urbano que optimiza el uso del suelo, acercando los lugares de residencia, trabajo, estudio y ocio. Al fomentar mayores densidades habitacionales y una mezcla de usos, se reduce la necesidad de largos desplazamientos, lo que a su vez disminuye la congestión vehicular y las emisiones de gases de efecto invernadero. La creación de espacios públicos de calidad, seguros e inclusivos es fundamental en este modelo, ya que fortalece el tejido social y promueve la interacción comunitaria. Una ciudad a escala humana prioriza al peatón y al ciclista, diseñando calles y plazas que invitan al encuentro y al disfrute del entorno urbano, mejorando así la salud física y mental de sus habitantes.

2) Fomentar el Desplazamiento a Pie y vehiculos No Motorizados.

Impulsar la movilidad activa, es decir, caminar y utilizar vehículos no motorizados como la bicicleta, es una estrategia fundamental para crear ciudades más saludables y sostenibles. Esta práctica no solo conlleva beneficios evidentes para la salud individual, al reducir el sedentarismo y prevenir enfermedades cardiovasculares, sino que también tiene un impacto positivo a nivel colectivo. Al disminuir la dependencia del automóvil, se reduce la contaminación del aire y el ruido, mejorando significativamente la calidad ambiental de los centros urbanos. Económicamente, fomenta el comercio local, ya que los peatones y ciclistas tienden a realizar compras en su entorno más próximo. Para lograrlo, es imprescindible que las ciudades inviertan en infraestructura segura y cómoda, como aceras amplias, ciclovías segregadas y sistemas de bicicletas públicas, garantizando que estas opciones sean atractivas y accesibles para toda la población.

3) Implementar mejoras en el Transporte Público.

Un sistema de transporte público eficiente, accesible y asequible es la columna vertebral de una ciudad sostenible. Para que los ciudadanos opten por dejar su vehículo particular en casa, es crucial que la oferta de transporte colectivo sea competitiva y de alta calidad. Esto implica no solo la modernización de las flotas con vehículos menos contaminantes, sino también una profunda reestructuración de las rutas basada en el análisis de datos para optimizar la cobertura y las frecuencias. La integración entre diferentes modos de transporte, como autobuses, metro y trenes, mediante sistemas de pago unificados y horarios coordinados, facilita los transbordos y mejora la experiencia del usuario. Asimismo, la implementación de carriles exclusivos y la priorización semafórica agilizan los tiempos de viaje, convirtiendo al transporte público en una alternativa real y conveniente.

4) Reinvidicar el concepto de 'Barrio'.

En un mundo cada vez más globalizado y anónimo, reivindicar el concepto de 'barrio' se presenta como una necesidad para reconstruir el tejido social y fomentar la identidad local. El barrio es el espacio de la vida cotidiana, el lugar donde se establecen los primeros lazos comunitarios y se desarrollan las relaciones de vecindad. Fortalecer los barrios implica dotarlos de los equipamientos y servicios necesarios para que sus habitantes puedan satisfacer gran parte de sus necesidades diarias sin tener que desplazarse grandes distancias. Esto incluye desde la presencia de comercios de proximidad y centros de salud, hasta la existencia de escuelas, plazas y espacios culturales. Un barrio vibrante y con una fuerte identidad local no solo mejora la calidad de vida de sus residentes, sino que también contribuye a la seguridad y a la resiliencia de la ciudad en su conjunto.

5) La ciudad de los 15 minutos y las SuperManzanas

El concepto de la "ciudad de los 15 minutos" propone un modelo urbano donde los residentes puedan acceder a todas sus necesidades esenciales —trabajo, compras, salud, educación y ocio— en un trayecto de no más de un cuarto de hora a pie o en bicicleta. Esta visión, popularizada por el urbanista Carlos Moreno, busca descentralizar la ciudad y crear múltiples núcleos urbanos completos y autosuficientes. Una de las herramientas para lograrlo son las "supermanzanas", una estrategia implementada con éxito en ciudades como Barcelona. Consisten en agrupar varias manzanas y restringir el tráfico motorizado en su interior, devolviendo el espacio público a los peatones y creando zonas más seguras, verdes y tranquilas. Estos modelos no solo reducen la contaminación y fomentan un estilo de vida más activo, sino que también promueven la economía local y fortalecen los lazos comunitarios.

6) Fomentar Sistemas Alimentarios más Sostenibles

La sostenibilidad de las ciudades está intrínsecamente ligada a la forma en que se producen, distribuyen y consumen los alimentos. Fomentar sistemas alimentarios más sostenibles implica acortar las cadenas de suministro, promoviendo la agricultura urbana y periurbana y los mercados de productores locales. Esto no solo reduce la huella de carbono asociada al transporte de alimentos a largas distancias, sino que también garantiza el acceso a productos más frescos y saludables. Estrategias como la creación de huertos comunitarios, el apoyo a la agricultura ecológica y la implementación de políticas de compra pública que prioricen los alimentos de proximidad son fundamentales. Asimismo, es crucial desarrollar programas para reducir el desperdicio de alimentos en toda la cadena, desde la producción hasta el consumo en los hogares, contribuyendo así a la seguridad alimentaria y a la economía circular. 

7) Implementar estrategias en la gestión del agua

El agua es un recurso cada vez más escaso y valioso, por lo que su gestión eficiente en los entornos urbanos es un desafío prioritario. Implementar estrategias innovadoras en la gestión del agua va más allá de la simple provisión y saneamiento. Se trata de adoptar un enfoque integral que incluya la captación y aprovechamiento del agua de lluvia, la reutilización de aguas grises tratadas para usos no potables como el riego de parques, y la implementación de tecnologías para la detección y reparación de fugas en la red. La creación de infraestructuras verdes, como techos vegetales o pavimentos permeables, ayuda a reducir la escorrentía superficial, disminuir el riesgo de inundaciones y recargar los acuíferos. La concienciación ciudadana sobre el consumo responsable es, asimismo, un pilar fundamental para garantizar su disponibilidad para las generaciones futuras.

8) Eficiencia Energética y Energías Renovables.

La transición hacia un modelo energético más limpio y sostenible es indispensable para mitigar el cambio climático y mejorar la calidad del aire en las ciudades. Esto se logra a través de una doble estrategia: por un lado, mejorar la eficiencia energética en todos los sectores y, por otro, fomentar la generación y el uso de energías renovables. La eficiencia energética implica reducir el consumo sin sacrificar el confort, a través de medidas como la rehabilitación de edificios para mejorar su aislamiento, la modernización del alumbrado público con tecnología LED y la promoción de electrodomésticos de bajo consumo. Paralelamente, es fundamental impulsar la instalación de paneles solares en los tejados de los edificios, tanto públicos como privados, y explorar otras fuentes renovables a escala local, como la geotermia o la biomasa, para avanzar hacia la autosuficiencia energética.

El futuro de nuestra ciudades esta muy relacionado con el impacto que le hacemos al ambiente y al clima; cuanto emitimos en gases de efecto invernadero, la cantidad de residuos que generamos, la disminución de la biodiversidad entre nosotros, entre otros casos. Pero planear y construir ciudades que ayuden a "la Pachamama", sino que nos beneficiara a nosotros mejorar la salud (fisica y mental), disminuira los efectos del clima (menos calor, control del agua de lluvia) y nos mejorar en la parte comunitaria y social al acercarnos entre vecinos.

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