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Investigadores rastrearon casos de muerte relacionados con causas como el calor y detectaron que los certificados de defunción son poco precisos. Por ello es muy difícil poder relacionar el cambio climático con las condiciones que llevan a la muerte.
Contaminaciones28/05/2020Aunque la crisis climática está matando mucha gente alrededor de mundo, los registros oficiales no relacionan esa realidad con grandes catástrofes que afectan especialmente a países más pobres, muchas veces alejadas de los titulares de los grandes medios occidentales. O situaciones derivadas del cambio climático, como las invasiones de características bíblicas de langostas que están destruyendo cosechas enteras en África y cercano oriente.
En Meteored Argentina hemos dado cuenta de esta realidad que derivará en graves problemas en la generación de alimentos en algunos de los países más pobres de la Tierra. Ahora, de acuerdo a lo reportado por Science Alert, expertos australianos en salud señalan que el calor es el mayor riesgo extremo aparejado por el cambio climático.
En Australia, si las emisiones no cambian en los próximos años, para 2080 las muertes asociadas al aumento de temperatura podrían multiplicarse por cuatro. En declaraciones a Science Alert, el doctor Arnagretta Hunter de la Universidad Nacional de Australia señaló que "el cambio climático es mortal, pero no lo reconocemos en los certificados de defunción".
En los estudios realizados se ha detectado que en Australia los registros de mortalidad han resultado deficientes en al menos 50 casos ya que las condiciones meteorológicas extremas raramente se tienen en cuenta como factor desencadenante del fallecimiento, más allá de las patologías personales.
Un primer trabajo detectó que entre 2006 y 2007 como mínimo el 0,1 por ciento de 1,7 millones de muertes, o sea unos 1700 casos se atribuyeron directa o indirectamente al calor natural excesivo. Ahora un nuevo estudio relaciona el calor como disparador de causas de muerte en al menos un 2 por ciento del total de las muertes. O sea ya se estarían considerando al menos 34.000 fallecimientos.
Hunter también aclaró que los incendios forestales de verano fueron una consecuencia del calor extraordinario y la sequía, y las personas que murieron durante los incendios forestales no fueron solo por esos incendios: muchos australianos tuvieron muertes prematuras debido a la exposición al humo.
Los especialistas que han intentado bucear sobre las causas finales de las muertes entienden ahora que los certificados de defunción deberían estar más detallados para poder medir realmente el impacto de las condiciones del tiempo. Por caso una persona que sufre de asma, la exposición al humo de incendios puede provocarle la muerte. Rara vez un certificado incluirá la información del fenómeno que hizo que su enfermedad preexistente acelere el proceso y lo lleve al fallecimiento. Si bien es es posible diagnosticar a alguien con un ataque cardíaco o cáncer, es mucho más difícil establecer vínculos entre los eventos climáticos y la mortalidad humana.
Por otro lado, The Lancet Planetary Health indicó que no sólo para Australia ha tenido este tipo de problema. El Reino Unido ha documentado algunos problemas al completar con precisión los certificados de defunción, y las ciudades en varias partes del mundo están en camino de tasas de mortalidad relacionadas con el calor similares a las de Australia.
En las zonas tropicales viven más de 2 mil millones de personas y hay pocos datos de mortalidad válidos que relacionan muertes con calor. Eso hace que predecir lo que sucederá con estas comunidades en el futuro sea mucho más complicado. Hunter cree que “el cambio climático es la mayor amenaza para la salud que enfrentamos a nivel mundial, incluso después de que nos recuperemos del coronavirus".
Fuente: Meteored (Argentina)
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