Hace dos año el mundo se movilizo por que Donald Trump abandono el acuerdo de París

Como anunció durante su campaña, Donald Trump cumplió su promesa. Unos meses después de llegar a la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos anunció la salida estadounidense del Acuerdo de París. Una decisión que no tuvo efecto bola de nieve. Por el contrario, su decisión incluso ha movilizado a actores dentro y fuera de Estados Unidos

Cambio Climático09/09/2020
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El 1 de junio de 2017, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció la retirada estadounidense del Acuerdo de París, que tiene como objetivo mantener el calentamiento por debajo de los 2 ° C para finales de siglo. Según el residente de la Casa Blanca, este acuerdo es perjudicial para la economía nacional y beneficia, sobre todo, a China, que es según él, el origen de la “mentira” del cambio climático.

La retirada de la principal potencia económica mundial y el segundo mayor emisor de CO² del mundo fue un cataclismo. Sobre todo porque la Administración ha impulsado activamente la reactivación del carbón y tiene un apoyo limitado para presupuestos renovables y revisados ​​dedicados a la investigación climática. La retirada efectiva de Estados Unidos de la disposición internacional tendrá lugar en noviembre de 2020.

Movilización interna

Pero la resistencia contra la Casa Blanca es organizada. Entre los grupos de resistencia más importantes se encuentra "Aún estamos dentro". Este grupo de 125 ciudades, 9 estados, 902 empresas y 183 universidades están trabajando para asegurar que Estados Unidos cumpla con sus compromisos de reducción de emisiones en un 26 a 28% para 2030, en comparación con las cifras de 2005, como se prometió antes de la COP21.

La oposición a Donald Trump está encarnada por dos figuras emblemáticas. Por un lado, el gobernador de California, Jerry Brown, está promoviendo masivamente las energías renovables y está organizando una cumbre climática el próximo septiembre.

Por otro lado, Michael [KH2]   Bloomberg está trabajando para alinear las finanzas con los objetivos climáticos. Con un poco de estilo, incluso donó una pequeña parte de los fondos prometidos por Estados Unidos de su propio bolsillo, para apoyar a la ONU en el calentamiento global. Finalmente, debemos contar con la movilización de grandes empresas estadounidenses que se comprometan a ecologizar su suministro energético y alinear su estrategia a la ciencia climática, como Apple y McDonald's.

Estados Unidos de forma aislada

Fuera de las fronteras, existía el temor de un efecto dominó. La ausencia de Estados Unidos podría haber empujado a otros países a abandonar sus compromisos de reducción de emisiones de CO². Por el contrario, las ratificaciones han continuado hasta tal punto que incluso Siria y Nicaragua se han sumado al movimiento, dejando a Estados Unidos aislado.

Debemos dar crédito al presidente francés, Emmanuel Macron, quien, el 2 de junio, a raíz de la retirada estadounidense, lanzó su famoso "Make our Planet [KH3]  Great Again", que fue un verdadero desafío al eslogan de campaña de Trump, "Make American Genial de nuevo". Hizo un llamado al mundo, y especialmente al G20, a movilizarse en torno al calentamiento global, reuniendo a un centenar de naciones en París el 12 de diciembre en la Cumbre One Planet. Una cumbre dedicada a financiar la lucha contra el calentamiento global.

Divergencia china

El regreso de Estados Unidos a la tabla climática, sin embargo, sigue siendo esencial. En 2015, la presencia de Barack Obama y su negociador jefe, Todd Stern, en la COP21 tuvo un gran peso en la movilización de los líderes mundiales. Pero la vigilancia sobre la actitud futura de Washington no es suficiente. Si bien los ojos se volvieron hacia la diplomacia estadounidense, una gran divergencia pasó desapercibida en 2017: la de China, que afirmó asumir el liderazgo ambiental.

De hecho, según la revista "Unearthed" de Greenpeace, Beijing está viendo aumentar de nuevo sus emisiones de gases de efecto invernadero, donde se habían estancado en los últimos años. En 2018, crecerán un 4%. En 2017, ya habían subido un 2%. Más que Washington, el peligro real podría ser que Beijing abandonó el Acuerdo de París ... pero sin decirlo.

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