
El Cambio Climático Devora la Biodiversidad Global a un Ritmo Alarmante
Un llamado urgente a la acción global para salvar los ecosistemas y el futuro del planeta
"Hemos destrozado los ecosistemas naturales. Ahora ellos han comenzando a defenderse. Y nos destrozarán a nosotros", dice Francesco Gaetani, experto de Naciones Unidas en una entrevista
Biodiversidad21/04/2021Qué es mejor: ¿prevenir o curar? Claramente, en el caso de la covid-19 hubiese sido mejor atajar la pandemia. Eso considera un informe científico elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), que sostiene que muchas de las investigaciones siguen centrándose en la emergencia mundial de salud causada por el coronavirus, pero se necesitan más evaluaciones empíricas sobre ésta y otras zoonosis.
De hecho, los investigadores creen que más virus desconocidos darán el salto desde el mundo animal, en un futuro inmediato. La evidencia demuestra que las pandemias son cada vez más frecuentes y están impulsadas por las actividades humanas. "El brote de covid-19 es un resultado previsible. Por años, nosotros hemos destrozado los ecosistemas naturales. Ahora, ellos han comenzando a defenderse. Y nos destrozarán a nosotros", dice Francesco Gaetani, investigador dela ONU para América Latina y el Caribe y uno de los autores del documento de Pnuma. Graduado como ingeniero ambiental y civil en la Università Degli Studi Di Genova -al sur de Italia, de donde es nativo-, sus principales áreas de interés son la previsión y mitigación de riesgos naturales. Ha trabajado para la Organización Meteorológica Mundial, en Ginebra, y desde 2012 se encuentra en Panamá, como coordinador de datos de Pnuma.
- La mayoría de las zoonosis descriptas se producen de forma indirecta a través del sistema alimentario. En 1960, éramos 3.000 millones de habitantes. Para 2023, se esperan 8.000 millones. La población está aumentando de manera dramática. Y también está aumentando la occidentalización de la dieta alimentaria. En China, en la década del ´60 se consumían cinco kilos de carne roja por año por habitante. Hoy se comen 65 kilos por año por habitante. Y son 1.5 billones de personas.
- Esta gran demanda de carne, especialmente roja, ha provocado un cambio en el uso del suelo. En las últimas dos décadas, la frontera agrícola ha avanzado muchísimo. La cantidad de suelos arables, fértiles y disponibles para producir toda esa carne está presionando fuertemente a aquellas áreas que no tenían un uso agrícola. La ganadería intensiva ha ido ingresando a ecosistemas naturales primarios; ecosistemas sin presión antrópica. De repente, se desforestan bosques y se los reemplaza por vacas, caminos, construcciones y soja. La fauna selvática y silvestre es desplazada. Somos 8 millones de personas y todos comemos carne.
- Los bosques tropicales, además de albergar la biodiversidad, son considerados un escudo para que los gérmenes permanezcan en su hábitat. Se trata de reservorios de enfermedades emergentes. Los patógenos (bacterias, virus y hongos) viven de forma natural ahí dentro. Pero si a los animales que cargan gérmenes les quitamos su hábitat, tienen que salir y ponerse en contacto con nosotros o con otros animales que, a su vez, están en contacto con nosotros.
- Se estima que alrededor de 75% de todas las enfermedades infecciosas humanas nuevas y emergentes se transmiten desde especies de animales. El sida, el ébola o el sars son claros ejemplos.
- Adoptar este enfoque integrado, que reúne conocimientos especializados médicos, veterinarios y ambientales, ayudará a los gobiernos, a las empresas y a la sociedad civil a lograr una salud perdurable para las personas, los animales y el medio ambiente por igual. No puede haber una sociedad sana, en un ecosistema enfermo. Naciones Unidas entiende que la salud humana está muy relacionada con la salud de los ecosistemas. La salud del hombre, de los animales y del medio ambiente deben formar parte de la misma política pública.
- Es preciso actuar con rapidez para prevenir en vez de responder a crisis futuras. Sería interesante identificar aquellas zonas donde es más probable que se produzcan brotes de zoonosis y trabajar de forma proactiva, en vez de reactiva. Vivimos en un mundo globalizado. Además de ser muchas personas, somos muy movibles. Por eso, las zoonosis se transmiten con tanta rapidez.
Los cerdos, seguidos de vacas, caballos, ovejas y perros son los animales que más virus han cargado a los humanos. Entre los no domésticos, figuran las ratas, murciélagos y monos. El informe de Pnuma se basa en las conclusiones de la alianza tripartita FAO-OIE-OMS (la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Organización Mundial de Sanidad Animal y la Organización Mundial de la Salud) y de muchos otros grupos de expertos.
Además de apuntar como las actividades más perniciosas al incremento de la demanda de proteínas animales y a la intensificación insostenible de la agricultura, los especialistas mencionan otros aspectos en el cambio en el uso del suelo, como la urbanización acelerada.
Aún no sabemos a ciencia cierta si el covid-19 es una zoonosis. Científicamente se clasifica como una enfermedad emergente con origen animal. Pero también se barajan otras hipótesis. Una de esas es que se trató de un accidente de laboratorio. El gobierno de China no ha brindado todavía total acceso a los datos para esclarecer ese punto. Cuando uno manipula material infeccioso, puede ocurrir de todo. Sea como fuere y sin una relación más equilibrada con el entorno, las zoonosis seguirán apareciendo
concluye Gaetani.
Fuente: Diario La Gaceta (Tucuman, Argentina)
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