
La transición energética es, sin duda, una de las mayores prioridades globales del siglo XXI. Sin embargo, en medio de este fervor por un futuro verde, surge una pregunta incómoda: ¿Estamos ante una burbuja en el sector de las energías limpias?

El mundo invirtió 1,8 billones de dólares en energía el año pasado, retrasando el gasto en energía renovable y aumentando los proyectos de petróleo, gas y carbón.
El informe World Energy Investment 2019 de la Agencia Internacional de Energía (AIE) muestra que la inversión mundial total en energía se estabilizó en 2018 después de una caída reciente, y el sector eléctrico sigue representando la mayor proporción de este gasto. Gran parte de esa inversión ha sido impulsada por la creciente demanda de electricidad en el mundo.
La inversión en carbón aumentó por primera vez desde 2012, a pesar de la reducción del gasto de China que se ha centrado en la generación de energía.
En cuanto a los combustibles más limpios, hubo poco movimiento en la inversión general en energías renovables y no hubo un aumento neto de la capacidad, en parte debido a la caída de los costos de algunas tecnologías. Pero la producción de biocombustibles, que se ha quedado atrás con respecto a los objetivos de desarrollo sostenible de la AIE, experimentó un aumento en la inversión el año pasado.
El informe de la agencia también mostró incrementos mínimos de las inversiones en eficiencia energética, y el gasto en eficiencia de transporte se mantuvo constante a pesar de que la venta de vehículos eléctricos está en aumento.

Por cierto, la AIE advierte que existe un "creciente desequilibrio entre las tendencias actuales y los caminos para cumplir" los objetivos climáticos del mundo establecidos en el Acuerdo de París 2016 y "otros objetivos de desarrollo sostenible".
Un panorama cambiante
Los costos de las tecnologías están remodelando la inversión relacionada con la energía, como se demuestra en el gráfico a continuación.
Algunos de los cambios más marcados se han visto en el sector de la energía, donde se han producido dramáticas caídas en los costos de almacenamiento de energía solar, eólica y en baterías.
Los precios de algunos bienes eficientes, como los diodos emisores de luz (LED) y los vehículos eléctricos también han seguido bajando. Pero la inversión en innovaciones de eficiencia aún está siendo frenada por los desafíos de financiamiento y políticas gubernamentales.
Por otro lado, ha habido pocos cambios en los costos de los proyectos de energía nuclear, y la captura y almacenamiento de carbono, una tecnología que apunta a atrapar los gases de efecto invernadero antes de que ingresen a la atmósfera.

¿Quién invierte más?
China siguió siendo el mayor mercado para inversiones en energía el año pasado, aunque Estados Unidos se está recuperando rápidamente, según el informe de la AIE.
Los aumentos en el petróleo y el gas, particularmente en el sector del petróleo de esquisto, han impulsado la mayor parte de las inversiones en los Estados Unidos. Por el contrario, China está destinando gran parte de su dinero a proyectos con bajas emisiones de carbono y a grandes inversiones en energía nuclear y renovable.
India es el mercado de inversión de más rápido crecimiento. En otros lugares, como Europa, Medio Oriente, el Sudeste Asiático y el África subsahariana, la inversión en energía en general ha disminuido en los últimos años, según la agencia.

La transición energética es, sin duda, una de las mayores prioridades globales del siglo XXI. Sin embargo, en medio de este fervor por un futuro verde, surge una pregunta incómoda: ¿Estamos ante una burbuja en el sector de las energías limpias?

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