
La ciudades como sistemas con interacciones dinámicas entre historia, ambiental, social y económico.
Utilizado masivamente desde la era romana en edificios de las más diversas escalas, es casi imposible pensar en un edificio que no tenga al menos un elemento de concreto.
Construcción sustentable25/04/2020De hecho, es el material de construcción más utilizado en el mundo, debido a su versatilidad, resistencia, facilidad de manejo, valor accesible, estética, entre otros factores. Sin embargo, al mismo tiempo, su fabricación es uno de los principales contaminantes de la atmósfera, principalmente debido a que la industria del cemento emite alrededor del 8% de todas las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2).
Más allá de su producción intensiva, al ser un material tan rígido, pesado y compuesto de cemento, agua, piedra y arena, ¿es posible continuar usando el concreto de manera sostenible después de su demolición, eliminando sus desechos y la sobrecarga de los vertederos?
La respuesta es afirmativa. Aunque no es tan simple, es posible utilizar los residuos de hormigón para fabricar nuevas piezas estructurales, con buena resistencia a las cargas, y para usos nobles. En primer lugar, es importante comprender que la extracción intensa de arena y grava –agregados medianos y grandes del concreto, respectivamente–, tiene un gran impacto ambiental, aunque generalmente se explotan localmente. A pesar de que el cemento es el material que libera la mayor cantidad de dióxido de carbono durante su producción, buscar la conservación de los recursos naturales al reducir la necesidad de extracción de grava y arena ya es una gran ganancia medioambiental, especialmente si pensamos en la cantidad de concreto producido diariamente en el mundo.
En la práctica, después de la demolición de las partes estructurales, es posible aplastar el hormigón a través de máquinas especiales, clasificando los fragmentos por tamaño. Metales como las barras de refuerzo son aceptados, ya que pueden ser separados por grandes imanes para su posterior reciclaje. Solo los hormigones con sustancias contaminantes, como pigmentos, sulfato de calcio, cloruros y aceites, pueden dañar sus propiedades, y no deben utilizarse como materia prima. Siempre que sea posible, se recomienda llevar a cabo el aplastamiento en el sitio de construcción, reduciendo los costos y la contaminación generada por su traslado hasta una cantera.
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