Edificación sostenible y mejora en el tratamiento de RCDS

¿Qué son los RCDs? Se trata de residuos de construcción y demolición. Una problemática que afecta al medio ambiente y a la contaminación en numerosos países

Construcción sustentable23/09/2020
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En concreto, en España se generan unos 35 millones de toneladas anuales de residuos de construcción y demolición y en Europa representan el 35 % de los residuos totales que se generan. Unos datos preocupantes que revelan que aún hay mucho trabajo por hacer.

Aspectos destacables de los RCDs

Esta problemática surge, entre otros motivos, por el rechazo de un porcentaje elevado de actores del sector de la construcción para hacer uso de materiales reciclados. De igual forma, por el continuo incumplimiento de la legislación en vigor, en concreto del Real Decreto 105/2008, que regula la producción y gestión de los residuos de construcción y demolición.

Cabe destacar que el artículo 45 de la Constitución Española establece el derecho de todos los ciudadanos a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona además del deber de conservarlo. También se contempla la obligación de los poderes públicos de velar por la utilización racional de los recursos naturales con el fin de proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente.

Crecimiento del sector de la construcción y repercusión

Si se atiende a los índices de la mejora del sector de la construcción, hay que señalar que han alcanzado unos datos muy elevados convirtiéndose así en una de las claves del crecimiento económico del país. Este hecho provoca, sin embargo, un aumento exponencial de la generación de residuos que provienen tanto de la construcción de nuevas edificaciones e infraestructuras, como de la demolición de antiguos inmuebles. Teniendo en cuenta también aquellos residuos derivados de las obras pequeñas de reforma de locales y viviendas. Estos desechos forman la categoría de los llamados residuos de construcción y demolición.

El problema que se plantea deriva no solo del aumento constante del volumen de la generación de los mencionados desechos, sino del tratamiento de los mismos. Puesto que todavía, en la actualidad, dicho tratamiento es insatisfactorio en la mayor parte de los casos. Hay que añadir que a la prevención insuficiente de la producción de residuos en origen se une el nulo o escaso reciclado de los RCDs.

La consecuencia más directa es la del impacto ambiental. Un impaco que se traduce en la contaminación de acuíferos y suelos de vertederos incontrolados, el deterioro paisajístico y la eliminación de los residuos sin aprovechar aquellos materiales que pueden volver a usarse después del conveniente reciclado. 

La edificación sostenible se presenta como una necesidad

Esta situación se presenta insostenible y refuerza la necesidad de realizar una edificación sostenible y aplicar una economía circular en construcción. Pese a existir una ley que regula esta problemática, existe una falta de medios, recursos y conocimientos en las administraciones, así como una gran falta de voluntad por parte de los políticos para endurecer las penalizaciones por incumplimiento y por llevar un control más exhaustivo de estos desechos y residuos. 

Desarrollar proyectos de arquitectura sostenibles es imperativo para revertir la gran contaminación que tiene lugar en España relativa a los mencionados desechos. El Real Decreto 105/2008 surgió tras la necesidad de regular la gestión de los RCDs fomentando una valorización de estos frente al inminente abandono. Puesto que su vida útil es realmente mayor de la que se le ha estado dando hasta la fecha. Asimismo, hay que señalar que la información que existe relativa al volumen de residuos desechados es bastante escasa y no siempre precisa.

En la actualidad tan solo cerca del 5 % de los RCDs son destinados al reciclaje. Una cifra excesivamente baja y muy alarmante si se compara con otras naciones. Por ejemplo, en países como Holanda, Bélgica y Alemania el porcentaje de retorno de los RCDs a la economía circular construcción varía entre el 20 y el 90 %. ¿Por qué si cerca del 90 % de los residuos generados por el sector de la construcción solo se retorna al sistema el 5 %? 

La economía circular en el sector de la construcción

La economía circular tiene como objetivo que los recursos existentes se mantengan el mayor tiempo de vida dentro del sistema productivo. Basado en el modelo económico de las tres «R»: reducir, reutilizar y reciclar, promueve un aprovechamiento eficaz de recursos y una gestión de residuos exhaustiva. De esta forma, se pretende lograr alcanzar un modelo productivo y económico más sostenible que frene el creciente cambio climático que está experimentando el planeta. 

El protocolo que la Unión Europea desarrollado para la gestión de residuos de construcción y demolición determina que el procesamiento de dichos residuos, junto a los materiales reciclados, supondría la obtención de grandes beneficios medioambientales de sostenibilidad y calidad de vida. Desarrollar una economía circular en el sector de la construcción es posible mediante la demolición, el reciclado y la posterior reconstrucción con estos materiales reconvertidos.

En 2018 se celebró el Congreso Nacional de Medio Ambiente, Conama. En él se expuso la relevancia de la relación existente entre los RCDs y la economía circular. Por este motivo se ha organizado un grupo de trabajo bajo la denominación «Economía circular en el sector de la construcción» con el propósito de reunir a los diversos agentes implicados en el sector de la construcción como son: productores de materias primas, promotores, arquitectos y gestores de residuos. Posteriormente se pasará a la identificación de las iniciativas que se pueden llevar a término para lograr una implicación mayor en la sostenibilidad y en el reciclado de los materiales.

Medidas que facilitarían la mejora en la gestión de los RCDs

Entre las numerosas medidas que se pueden aplicar para mejorar la situación de la gestión de los RCDs se encuentra, fundamentalmente, la integración de estos en la economía circular. Así pues, sería determinante el compromiso político para llevar a cabo acciones como las siguientes: 

  • Imposición de fuertes sanciones ambientales en el caso de que se produzcan vertidos ilegales de residuos y desechos.
  • Elevación de los precios para el vertido directo de RCDs para evitar que se produzcan.
  • Favorecimiento de la demolición segregada y selectiva en centros de reciclaje sostenible. 
  • Políticas encaminadas a la contratación pública verde donde se considere el ACV de los materiales que se ponen en las obras.
  • Mayores recursos económicos, como subvenciones o créditos, para que las empresas del sector puedan llevar a cabo estas prácticas de reciclado sostenible de los RCDs.
  • Desarrollar una planificación firme de gestión de RCDs que todas las empresas del sector deberán cumplir.
  • Construir nuevas plantas de reciclaje en las comunidades para dar cabida a la gran cantidad de residuos derivados del sector de la construcción.
  • Desarrollar planes de concienciación que dejen claro cuáles son los objetivos de la economía circular y la importancia de implementar este nuevo modelo económico en pro de conseguir frenar el cambio climático.
  • Crear una normativa para el desarrollo de la edificación sostenible.
  • Realizar informes y controles de cómo se están llevando a cabo las nuevas medidas de gestión de residuos de construcción y demolición. 

En definitiva, es necesario que la conciencia de todas y cada una de las personas implicadas en el sector de la construcción, inclusive los consumidores finales, cambie por completo. Que cambie hacia un nuevo modelo económico y de desarrollo sostenible en el que la economía circular sea el motor que lo mueva. En el que se comprenda que la reducción, la reutilización y el reciclado de los materiales y las materias primas son indispensables para lograr una sociedad avanzada, sostenible y amigable con el medio ambiente.

Y no solo un cambio en la mentalidad de las personas relacionadas con el sector de la industria, sino también del conjunto político de los estamentos gubernamentales. Aunque es cierto que existe ya una regulación sobre la gestión de los desechos de los RCDs, es necesario revisarla. Y también es urgente llevar un control más exhaustivo para el correcto cumplimiento de la misma regulación legislativa, creando por ejemplo nuevos comités que se encarguen de ello.

Más concienciación y más acciones

Cabe destacar que, implantando las nuevas medidas de desarrollo sostenible y economía circular, se lograría acabar con la contaminación de los suelos y de las aguas de ríos y mares. Una problemática que afecta a todos los individuos que conviven en el planeta tierra, tratándose realmente de un ciclo que se retroalimenta en alimentación y vida. Seguir manteniendo el modelo actual es totalmente insostenible para la sociedad. Cada vez son más las personas que son conscientes de la grave situación que concierne la contaminación y que ponen en valor la necesidad de desarrollar un modelo económico que ponga en valor valores amigables con el medio ambiente. 

Destacar que cada vez son más las empresas que comienzan a destinar recursos para un mejor aprovechamiento de los residuos de construcción y demolición. Las compañías comprenden que los materiales y materias primas usadas tan solo una vez tienen un período vital mayor del que se le ha dado hasta la fecha. Poner en valor la edificación sostenible y la economía circular de la construcción es indispensable para el crecimiento y desarrollo económico del país.  Conviene señalar al respecto que numerosas son las naciones que ya avanzan hacia este nuevo modelo económico respetable con el medio ambiente. 

Fuente: Cerem (.es)

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