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Los científicos han descubierto que, en las últimas décadas, algunos bosques en el sureste de Brasil han tenido una mayor dificultad para cumplir uno de sus principales papeles ecológicos: remover el dióxido de carbono de la atmósfera
Arbolado22/12/2020Un investigación llevada a cabo a lo largo de más de tres décadas en bosques en 32 regiones diferentes del estado de Minas Gerais ha revelado que, en diversos casos, en lugar de actuar como "desagüe" de este gas nocivo a nuestra atmósfera, como sería lo normal, estas áreas de vegetación comenzaron a funcionar como fuente de dióxido de carbono.
El proceso, según Rubens Manoel dos Santos, profesor de la Universidad Federal de Lavras y uno de los autores del estudio, se está intensificando principalmente en las áreas de bosque más seco, en las zonas de transición entre el bosque atlántico y otros ambientes.
En situaciones normales, los bosques suelen absorber dióxido de carbono del aire a medida que crecen los árboles. El gas se utiliza como materia prima en el proceso de fotosíntesis para la construcción de los organismos vegetales, detalló Folha de Sao Paulo.
La acción humana, en particular la quema de combustibles fósiles, hizo que aumentaran drásticamente la proporción de dióxido de carbono en la atmósfera de nuestros planetas los últimos siglos.
Algunos grupos que no creen en el efecto invernadero y el calentamiento global minimizan el problema de la emisión excesiva de dióxido de carbono con la teoría de que el gas simplemente ayudaría a que los bosques crecieran más rápido, además de favorecer la agricultura.
Las observaciones relatadas en el estudio brasileño muestran que esta idea es, además de simplista, equivocada. Hasta el año 2013, el dióxido de carbono era absorbido por los árboles, como se esperaba. Sin embargo, en el período posterior, los bosques analizados pasaron a perder más carbono del que estaban recolectando. Al final, los bosques semideciduos y deciduos —que pierden parte o la mayor parte de su follaje en los meses con poca lluvia— se han convertido en fuentes de este gas para la atmósfera.
Vinícius Andrade Maia, coautor del estudio, refuerza que todavía es temprano para determinar las causas más importantes del fenómeno, por lo que es necesario profundizar el estudio. Sea como sea, los hallazgos ponen de relieve la necesidad de tomar medidas contra la emisión incontrolada de gases de efecto invernadero.
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