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Siempre tendemos a pensar que los bosques y las grandes selvas como el Amazonas son los principales productores de oxígeno del planeta, es decir el pulmón del planeta, pero esto es erróneo. Si bien es cierto que las gigantescas masas forestales y reservas tropicales son indispensables para la vida en la tierra
Arbolado18/08/2021Pero ya es el momento de darle importancia a los verdaderos responsables de que podamos respirar: el fitoplancton marino el cual produce entre el 50% y el 85% del oxígeno que se libera cada año en la atmósfera.
El fitoplancton, compuesto por animales unicelulares, es la base de la cadena alimenticia marina. De él no solo se alimentan los grandes cetáceos como ballenas y cachalotes, sino que también de él depende la supervivencia de toda la fauna oceánica. El fitoplancton marino muestra la mayor actividad fotosintética del planeta. Este se encuentra en los océanos, los pulmones del planeta.
Los organismos responsables de que podamos respirar se encuentran en los océanos y genera al menos la mitad del oxígeno que respiramos, unos 27.000 millones de toneladas al año “enterrando” a su vez unas 10 giga toneladas de carbono de la atmósfera a las profundidades del océano anualmente.
La acción por tanto de estos microorganismos en nuestro planeta cumple una doble función, cediendo por un lado el imprescindible oxígeno a la atmósfera, y retirando de ella a su vez el CO2, transformando el este carbono en carbohidratos que, tarde o temprano los demás organismos vivos podrán incluir en sus estructuras biológicas. Por todo ello los océanos son el pulmón del mundo.
Son de vital importancia, las cuales se dividen en tres principales funciones:
Funciones protectivas:
Tareas reguladoras:
Labores productivas:
Así mismo, como luchamos por la deforestación de nuestros bosques, debemos luchar por la preservación de nuestros mares y océanos, ya que por décadas grandes industrias han realizado minería submarina, con el fin de extraer minerales y acabar con la riqueza natural de nuestros ecosistemas.
El inseparable dúo formado por la palabra Amazonas y la expresión “pulmón del planeta” se basa en un malentendido. La cantidad de oxígeno (O₂) liberada por esa inmensa masa forestal madura es prácticamente nula. Ni el Amazonas es el pulmón de la Tierra, ni el incendio de este verano en Guadarrama privó a Madrid de ningún pulmón. De hecho, ninguna otra selva o bosque maduro cumple esa función.
La idea de la selva produciendo oxígeno para servir como “pulmón del planeta” es tan preciosa como imprecisa. Empecemos por descartar la palabra “pulmón”, porque si algo hace un pulmón es consumir oxígeno, no producirlo. Usar el término resultaría mucho más apropiado si se emplease para hablar de la absorción de dióxido de carbono (CO₂) porque, efectivamente, mientras que nuestras actividades expulsan sin cesar CO₂, las plantas trabajan en sentido contrario.
Quienes afirman sin pensarlo dos veces que los bosques amazónicos producen oxígeno suelen razonar más o menos así: «Al realizar la fotosíntesis, las plantas absorben CO₂ y desprenden O₂. En la selva amazónica hay una cantidad gigantesca de plantas produciendo ingentes cantidades de oxígeno. Ergo, la selva amazónica libera una enorme cantidad de ese gas».
La Amazonia no es una gran fuente de oxigeno ya que los arboles consumen la mayor parte del oxígeno que producen a través de la fotosíntesis.
El efecto neto de la selva amazónica sobre la cantidad de oxígeno en la atmósfera global es «virtualmente nulo», ya que la fotosíntesis a producir; la nueva materia vegetal es, casi, equilibrada por microbios que descomponen el material vegetal muerto.
La selva amazónica produce “alrededor del 6%” del oxígeno del planeta, frente al 50%-85% producido por el fitoplancton producido por los océanos.
Con lo cual podemos afirmar que los verdaderos pulmones del planeta son los océanos, ya que la selva consume casi tanto oxigeno como produce.
Fuente: Cambio Climatic (.com)
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