Calentar la casa por poco dinero: De Sócrates a la energía solar térmica

Mantener una casa caliente con energías renovables es tan sencillo como que la vivienda tenga una buena orientación y un sistema de paneles solares térmicos que permitan instalar suelo radiante. Los 22 grados como máximo que se necesitan para estar en un ambiente agradable serán económicos y sostenibles

Energía renovable 16/09/2021
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‘Un hilo dorado’ es el título de un libro publicado en 1985 que habla de la relación de los seres humanos con el sol a través de la arquitectura: energía solar, diseño arquitectónico, casas solares, calefacción solar… La obra insta a aprender de la sabiduría de los antiguos. Precisamente, el filósofo griego clásico Sócrates creía que la casa ideal debería ser cálida en invierno y fresca en verano.

En el siglo XXI seguimos pensando que Sócrates estaba en lo cierto: no hay nada mejor que sentir el calor del hogar en invierno. Seguramente, aquel concepto de ‘calor de hogar’ era el mismo que el de hoy, pero en la actualidad tenemos, además, la suerte de poder ponerle números para medirlo.

El objetivo a alcanzar es este: de 19 a 22 grados centígrados durante el día. Ese es el reto para calentar una casa en invierno. Un incremento de un grado podría elevar en un 7 % el gasto en energía. Por la noche, con entre 16 y 18 grados habría más que suficiente.

¿Elegir entre frío o facturas altas?

Ante estos datos, muchas personas viven situaciones de verdadero estrés tratando de conseguir que la temperatura se mantenga estable para que lograr un ahorro energético y que factura a final de mes no haga que el presupuesto se caiga por los suelos.

Para eso es imprescindible que el calor llegue precisamente por ahí, por los suelos, para que sostenibilidad y presupuesto no provoquen sustos innecesarios.

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En tiempos de Sócrates el calor entraba en las casas por los pórticos que daban al sur y a través de los braseros. Hoy, para que ese calor sea sostenible usamos energía fotovoltaica.


Podemos hacerlo calentando agua para conseguir suelo radiante o a través de una bomba de calor que se nutre de la energía que genera un panel solar.

explica José Vicente Espino, socio director de Enerdos Renovables, delegado de UNEF (Unión Española Fotovoltaica) en Andalucía y uno de los grandes expertos instaladores de energía solar en España.


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Un depósito de agua y suelo radiante

Nos centraremos en el suelo radiante. El sistema es tan sencillo como el funcionamiento de los paneles solares térmicos. Estos en sí mismos no se calientan. Lo hacen los líquidos caloportadores, que consiguen que el agua adquiera temperatura también a su paso por ellos. “Debemos tener un depósito instalado, que suele tener una capacidad de entre 80 y 560 litros”. Este se va calentando a lo largo del día y se usa por la noche. Solo en caso de que no se hubiera calentado lo suficiente, el usuario recurriría a la red eléctrica.

El sistema completo de energía solar térmica para pequeñas instalaciones consta de paneles solares térmicos, un tanque de almacenamiento de agua, el sistema de tuberías para el suelo radiante y otro sistema de válvulas y bombas para las instalaciones que lo necesiten.

Es importante tener en cuenta varias consideraciones antes de poner en marcha una instalación de estas características como son el espacio del que disponemos para colocar todos estos elementos, el número de personas que habiten la vivienda, la orientación y el aislamiento de la casa (ya lo decía Sócrates) y si se quiere o no cubrir el 100 % de las necesidades de calefacción o si hay que contar con elementos auxiliares como calderas eléctricas o de combustión. Esa decisión debe ser tomada en función de la radiación solar que recibe la vivienda.

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Entre un 30 % y un 50 % de autoconsumo

La gran pregunta que muchos se hacen es si se puede conseguir el 100 % de las necesidades de calefacción en una casa solo con la instalación de paneles solares térmicos. Se recomienda entre un 30 % y un 50 % de autoconsumo. Por eso se hace complicado hablar de costes sin conocer exactamente las características de cada vivienda. Sin embargo, para hacer una estimación aproximada se podría calcular entre 50 y 70 euros el metro cuadrado de instalación de suelo radiante.

La antigua Grecia ya enseñó al mundo cómo lo más adecuado para calentar las viviendas era abrir las habitaciones de las casas a la zona sur para que les entrara el calor desde el pórtico en invierno. A nuestra civilización aún le quedaba mucho tiempo para descubrir las ventajas de los paneles térmicos para calentar el hogar, pero las bases estaban puestas y las enseñanzas dadas.

Una orientación adecuada de una vivienda ya puede hacer mucho por conseguir una buena temperatura en ella sin necesidad de grandes esfuerzos, al igual que la utilización de materiales como la lana de roca como aislante térmico.  Se trata  de un tipo de lana mineral producida a partir de roca natural como la basáltica, un tipo de roca volcánica presente en la corteza terrestre. Si, además, podemos terminar de calentarla con energías renovables, conseguiremos un calor agradable y barato.

No es una producción propia, la fuente es BBVA (.com)

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