"Son tres las piezas del rompecabezas: salud humana, salud animal y salud ambiental"

Un infectólogo reflexiona sobre cómo las alteraciones ambientales propician el salto de los virus entre animales y seres humanos

Biodiversidad 12/07/2022
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El infectólogo Mario Raya, subdirector del Centro de Salud, ha vivido en la primera línea el combate contra la covid-19. "El coronavirus ha venido a enseñarnos que la salud de las personas, de los animales y del medio están conectadas: nadie estará a salvo hasta que todos no lo estén; ningún país va a salvarse solo. Debemos tenerlo presente para evitar futuras pandemias", dice.

Un estudio publicado recientemente en la revista Nature demuestra como los cambios globales en el uso de la tierra alteran el equilibrio. En muchas regiones, los animales salvajes están siendo expulsados de sus ecosistemas, lo que provoca una mayor proliferación de roedores, murciélagos y palomas, precisamente los que más virus pueden transmitir.

- ¿Les preocupa a los infectólogos las zoonosis?

- Es preocupante tanto para la infectología como para la salud pública en general. Las zoonosis repercuten en enfermedades emergentes y reemergentes. El mundo entero requiere que estos fenómenos se prevengan y se controlen. Pero la resistencia a los antimicrobianos es un factor que complica la prevención. El uso de antibióticos en los animales criados para la alimentación está muy extendido y aumenta la posibilidad de que aparezcan cepas de patógenos.

- ¿Quién corre más riesgos?

- Los patógenos zoonóticos pueden propagarse a los humanos a través de cualquier punto de contacto con animales domésticos, agrícolas o salvajes. Los mercados en los que se venden la carne o los subproductos de animales son particularmente peligrosos. Pero debido a la globalización, todos estamos igual de expuestos.

- ¿Por qué se ha disparado esta amenaza en las últimas décadas?

- De acuerdo a datos de la Organización Mundial de Sanidad Animal, cerca de 60 % de las enfermedades emergentes son de origen zoonótico. Aparecieron miles de años atrás, cuando el hombre intensificó sus interacciones con los animales al domesticarlos. Pero se han desarrollado en estas últimas décadas debido a los procesos de urbanización y a la destrucción de hábitat naturales.
 
Básicamente, el infectólogo entiende que las enfermedades transmitidas por los animales al ser humano guardan una estrecha relación con la modernización, ya sea por las actividades comerciales, por el cambio climático, por la movilización de personas y animales y por la invasión de ecosistemas.


Hay que tratar de progresar sin destruir los ambientes silvestres; éstos nos protegen de las zoonosis al mantenerlas en su hábitat y evitar así futuras epidemias.

reflexiona.


La semana pasada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había asegurado que todavía el brote de viruela del mono no debe considerarse una emergencia sanitaria internacional, como ocurre con el caso de la covid-19 y la polio, las únicas dos enfermedades que actualmente revisten ese estado. La decisión fue tomada por su director general, el médico etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien siguió la recomendación de un grupo de expertos convocados para deliberar sobre la gravedad del brote.

Estos especialistas estuvieron reunidos durante tres días en Ginebra. La declaración de emergencia internacional constituye el máximo nivel que puede declarar la OMS. Con este instrumento, se hubiese pretendido incrementar la coordinación entre los países, reforzar los mecanismos para la búsqueda activa de casos e implementar medidas que ayudaran a poner freno a la circulación del virus.
 
No obstante, no se ha declinado de esos objetivos. Desde inicios de mayo se han notificado más de 3.000 casos en 47 países. Para peor, la enfermedad mantiene su tendencia al alza en Londres, Madrid, Lisboa, Italia, Bélgica y Países Bajos. En la Argentina, un hombre de 45 años residente en Mendoza se convirtió a fines de junio en el cuarto caso de viruela símica.


Hay preocupación ante el incremento de contagios en zonas no endémicas; es decir, fuera de África y especialmente en Europa.

explica Raya.


La emergencia mundial significa que constituye un riesgo para la salud pública y que se requiere una respuesta coordinada entre los países. Justamente, la principal razón que empujó a la OMS a debatir al respecto es que el virus se extendió y ello requiere la certeza de que las naciones dimensionan la situación.

Los factores que llevarían a la OMS a reconsiderar su decisión son cerca de una decena, aunque pueden resumirse en tres principales: el aumento en la tasa de crecimiento de los casos notificados en estos 21 días; la propagación significativa en países adicionales y los contagios en grupos vulnerables, como personas inmunodeprimidas, mujeres embarazadas y niños.

La viruela del mono es una zoonosis producida por un virus. Acarrea síntomas y tiene una presentación similar a los de la viruela, enfermedad erradicada en 1980. No obstante, conlleva menor gravedad, transmisibilidad y mortalidad. Es endémica principalmente en África Central y Occidental. Hasta antes de este brote, se habían reportado casos importados esporádicos. Se cree que la transmisión es producida a través de la saliva, de las excreciones respiratorias, del contacto con el exudado de la lesión o material de la costra y durante las relaciones sexuales. 

No es una produccion propia, la fuente es el Diario La Gaceta (Tucuman, Argentina)

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