Alerta ambiental en Argentina: ¿podemos ser el epicentro de una nueva pandemia?

Un murciélago infectaba a un cerdo y ese porcino se convertía en un banquete que daba origen a una epidemia mortal similar a la del coronavirus

Alimentos y Tóxicos 06/11/2020
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En 2011, un reconocido epidemiólogo estadounidense, Ian Lipkin, unía fuerzas con el director Steven Soderbergh para filmar la película “Contagio” y usar la maquinaria hollywoodense para alertar sobre una problemática latente y plausible: una pandemia zoonótica.

Aquello que el cine mostró, hoy es una realidad. La sociedad internacional guarda recuerdos de los virus VIH, gripe A o la fiebre de Hong Kong, que surgieron en distintos puntos del planeta por el cruce entre la producción masiva de animales de granja y la destrucción e invasión del hábitat natural de las especies salvajes.

Sin embargo, la problemática continúa y la cruza de estos seres vivos no sólo generó el último monstruo viral -el COVID-19-, sino que podría llegar a convertir a la Argentina en la nueva cuna de una pandemia. El motivo de esta hipótesis es el proyecto por el cual Argentina podría cerrar un acuerdo con China para desarrollar mega granjas de cerdos, con capacidad para albergar a 300.000 hembras y con una inversión extranjera de US$ 3.800 millones en los próximos cuatro años. La producción de carne se incrementaría en 882.000 toneladas y las exportaciones rondarían los US$ 2.500.000.

En el marco de la profunda crisis que atraviesa el país, la iniciativa representa la llegada de capitales extranjeros y el consecuente crecimiento futuro de las arcas del Estado. Pero esta es sólo una cara de la moneda. Detractores ambientalistas expusieron las consecuencias negativas que puede desencadenar la multiplicación de cabezas porcinas, organizaron marchas en varias ciudades argentinas y difundieron su repudio en las redes con la consigna #BastaDeFalsasSoluciones.

Ese aluvión de críticas, inclusive, pospuso la firma del Memorándum de Entendimiento con China. “Hemos incorporado un artículo donde se asegura el respeto de las leyes de protección ambiental, los recursos naturales y la bioseguridad. Por eso, su firma se atrasará hasta noviembre", expresó la Cancillería Argentina en Twitter.

Por qué Argentina

Cuando a mediados de enero The New York Times le preguntó a Ian Lipkin -director del Centro de Infección e Inmunidad de la Universidad de Columbia- sobre la tragedia mundial, respondió: “No es la primera pandemia ni será la última”.

Esa es la misma advertencia que realiza un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU): “Previniendo la próxima pandemia: las zoonosis y cómo romper la cadena de transmisión”. La autora principal es la profesora Delia Grace, quien hace décadas estudia las enfermedades humanas de origen animal.

A24.com se comunicó con esta epidemióloga y veterinaria que ejerce como profesora del Instituto de Recursos Naturales de la Universidad de Greenwich, en Londres. ¿Es posible predecir cuándo será la nueva pandemia? ¿Se volverán más frecuentes en un futuro?


Es difícil predecir exactamente cuándo y de dónde vendrá la próxima pandemia. Se cree que algunas áreas son de mayor riesgo. Los hotspots (puntos calientes) incluyen áreas donde la ganadería intensiva está creciendo rápidamente y donde se cosecha la vida silvestre. Podemos estar seguros de que habrá más pandemias. La evidencia sugiere que se están haciendo más comunes, aseveró.


El informe de la ONU incluyó un mapa con los “puntos calientes” a los que Grace hace referencia y que muestra dónde es más elevada la posibilidad del surgimiento de enfermedades infecciosas. En Argentina, el mayor peligro aparece en la provincia de Buenos Aires, aunque existen otros marcadores en Córdoba y Santa Fe, distritos que marchan al frente como eventuales destinos de la inversión china.

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Consultada sobre el riesgo que reviste la instalación de nuevas granjas porcinas en nuestro país, Grace consignó que “sería peligroso si no se observa una excelente bioseguridad”, aunque también reconoció que, “por el momento, la ganadería intensiva es la única manera de producir grandes cantidades de proteína barata”.


El mundo se enfocó correctamente en la respuesta médica y en reiniciar la economía, pero a menos que veamos cuáles son las fuentes de esta crisis por el coronavirus, vamos a tener más pandemias. Debemos cambiar radicalmente nuestros patrones de consumo, advirtió.


Los peligros ambientales de las granjas “made in Argentina”

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El sistema de producción industrial masivo -conocido como feedlots- implica hacinar a cientos de animales en espacios reducidos y cerrados. Estas condiciones deprimen su respuesta inmunológica, ya incitada por la uniformidad genética propia de la cría en estas granjas. Los animales se encuentran fuertemente medicados y sus excreciones se vuelven potencialmente peligrosas para el agua, el suelo y la salud humana si no se tratan correctamente.

Ese “caldo de cultivo” propició el surgimiento de la gripe porcina africana, cuyos embates en los últimos años redujeron hasta en un 50% la producción china de dicha carne. Es más, el país oriental ha tenido que sacrificar cientos de miles de cabezas de esta especie para batallar contra el virus. Por ello, ahora busca “externalizar” la problemática. Necesitan alimentar a 1.395.380.000 ciudadanos y el cerdo es uno de sus alimentos fundamentales.

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A24.com consultó a Patricio Eleisegui -periodista especializado y autor de los libros "Envenenados: una bomba química nos extermina en silencio" (2014) y "Agrotóxicos: Argentina como laboratorio a cielo abierto para el control de la alimentación mundial" (2019)- sobre el proyecto "made in Argentina".


El impacto ambiental que generan las granjas de producción intensiva de cerdos está fuertemente documentado. El caso más cercano, quizás más visible por el volumen, es México, donde están generando un desastre en términos de contaminación del agua y de los suelos, comenzó el especialista.


Las granjas que aglutinan una enorme cantidad de cerdos requieren un gran caudal de agua permanente. "En Argentina, el proyecto oficial dice que se van a utilizar 1.500.000 de litros por día para abastecer a cada una de estas granjas. Se plantean instalaciones de 12 mil animales en lugares con producción transgénica, que ya de por sí generan el desastre ambiental que conocemos con las fumigaciones", describió.

Al mismo tiempo, Eleisegui señaló que hay un gran problema con los residuos que generan los cerdos. "Prácticamente la mitad de su alimentación, el 50%, es liberado en ambiente bajo la forma de sustancias fuertemente contaminantes, como es el caso del nitrógeno. Hay una liberación muy grande de gases por el estiércol. Y por más que se plantea la opción de generar biofertilizantes a partir de esta materia o biogás, la realidad es que los proyectos en el mundo han demostrado lo contrario. Es tanta la cantidad de residuos que generan los cerdos que es imposible darle una utilidad", explicó el escritor.

Consultado sobre el peligro pandémico de la propuesta económica, manifestó: “Se amplía la posibilidad de zoonosis, es decir, de enfermedades infecciosas que se transmiten desde los animales a los seres humanos. Es lo que ocurrió con la gripe aviar, la gripe porcina y el coronavirus".

"Lo que ocurre con los cerdos, según información del doctor Damián Verzeñassi -médico especialista en medicina integral y director del Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNRosario- los cerdos albergan el 50% de virus con potencial zoonótico. Por eso es importante poner el foco sobre estos sistemas de producción industrial, porque las enfermedades son muy comunes y la multiplicación es bastante rápida por el volumen", alertó.

Finalmente, alerta, estos proyectos pueden generar la depredación de los recursos naturales. "En México están depredando las selvas para verter los residuos de las granjas y ampliar las instalaciones. Eso se hace en base de desmonte, generando el desplazamiento de los animales salvajes que pueden interactuar con los de granja y generar, así, un intercambio de patologías".

Otros especialistas rechazaron recrear esa situación en Argentina y firmaron un comunicado conjunto en el que denunciaron que “desde Cancillería se avanza con total falta de transparencia y una constante manipulación, cuyo objetivo es confundir a la opinión pública y avanzar con el convenio, de espaldas a la sociedad”.

El documento lleva la firma de Soledad Barruti (autora de “Malcomidos”), Inti Bonomo (Lic. en Cs. Ambientales), Rafael Colombo (abogado ambientalista), Marcos Filardi (miembro de la Red de Abogados por la Soberanía Alimentaria), Guillermo Folguera (investigador del Conicet), Maristella Svampa (socióloga) y Enrique Viale (abogado ambientalista).

El respaldo a la iniciativa

La Cámara Argentino-China de la Producción, la Industria y el Comercio manifestó su firme apoyo "a toda actividad productiva que estreche los lazos comerciales y culturales con la República Popular China, especialmente aquellas con visión de largo plazo, potencial de desarrollo federal, que generen arraigo y dinamicen la economía por demanda de bienes y servicios".

"Hoy, nuestros granos y harinas vegetales alimentan las producciones porcinas de Chile, China, Europa, Vietnam y muchos otros países", resaltó la Cámara, y señaló que parte de ellos podrían ser "transformados en carne de cerdo en el país, con mano de obra argentina, para exportar con mayor valor agregado, mejorando así la balanza comercial".

Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales, aseguró la factibilidad de una producción segura: "Tenemos todas las condiciones para una producción animal con el mejor estándar de salud del mundo, una enorme experiencia y know how en alimentos, un sector que hace años produce alimentos de gran calidad".

"Sabemos manejar el tema y somos de los países que tiene una agricultura más amigable con el ambiente", concluyó el funcionario con optimismo, buscando contrarrestar los puntos más controvertidos de un proyecto que aún espera su firma.

Fuente: A24 (.com)


 


 

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