El régimen de deforestación europeo golpea a los países emergentes

Favorecerá a las grandes compañías de la UE que dominan la trazabilidad. Y afectaría principalmente a Brasil, Honduras, Indonesia y Malasia

Arbolado 04/09/2023 Marcos Bach Marcos Bach
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Floresta Amazónica en el estado de Pará, norte de Brasil. Foto: EFE/ Antonio Lacerda

MARCOS BACH

El Centro Internacional de Comercio de Naciones Unidas (ITC / WTO), advirtió que las reglas de deforestación de la Unión Europea (UE) pueden tener un efecto catastrófico sobre el comercio internacional, sino se crea un mecanismo de financiamiento que favorezca los pequeños productores y a los países en desarrollo, acompañado de un sistema multilateral que fije las sanciones que podrían ocasionar las infracciones al nuevo régimen europeo.

Agrega el diario argentino Clarín, que ese organismo podría ser la propia organización mundial de comercio (OMC), de modo de impedir su ejercicio unilateral por los países integrante de la UE.

También la ITC/WTO señaló que la prohibición del ingreso de bienes ligados a procesos de deforestación al mercado europeo favorecerá necesariamente a las grandes compañías de la UE, porque son las únicas que están en condiciones de trazar desde su origen donde han sido producidas, y de esa manera excluir a los proveedores pequeños y medianos.

El dominio de la trazabilidad es una ventaja comparativa excepcional de las grandes empresas europeas, que excluye de hecho la libre competencia y convierte a todo el sistema en una estructura profundamente oligopòlica de la que participan sólo algunos privilegiados.

Esta situación le otorga a las grandes empresas europeas prácticamente un monopolio de todo el mecanismo de denuncia de las infracciones, que habrían provocado – presumiblemente- los países en desarrollo y emergentes.

Esto afectaría ante todo a Brasil, Honduras, Indonesia y Malasia, que son los mayores proveedores de café, aceite de palma, y caucho del continente; y están por lo tanto sujetos directamente a la regulación europea.

En estas condiciones, indica la IPC, es lógico que estas naciones procuren enviar su producción a terceros países, e intenten desde allí ingresar a la UE, lo que aumentaría necesariamente los costos de transacción además de provocar una enorme disrupción del comercio internacional.

La legislación europea sobre deforestación entrará en vigencia en diciembre de 2024; y en el caso de Brasil golpeará incluso a sus exportaciones de soja, y esto está vinculado obviamente a su condición de principal país integrante del Mercosur. El gobierno de Bruselas ha presentado a Brasil dos protocolos adicionales de carácter ambiental en el marco de la negociación UE/Mercosur, que prevén incluso sanciones unilaterales de parte de Europa.

El presidente Lula ya ha rechazado drásticamente esta imposición, en lo que ha sido respaldado de inmediato por Paraguay y Argentina. Esto hace que el acuerdo Mercosur/UE se encuentre paralizado, a la espera de que Bruselas retire plena y nítidamente sus arbitrarias imposiciones, o en el caso contrario se produzca la frustración definitiva de lo pactado en 2019.

El Mercosur tiene sin embargo una alternativa de envergadura estratégica, a través de un posible acuerdo con China, sin ningún tipo de reticencia para las exportaciones agroalimentarias de la región.

Brasil, tiene ya en la República Popular a su principal socio comercial desde 2009; y la Argentina envía al mercado chino más de 60% de sus exportaciones agroalimentarias, incluyendo a 90% o más de sus ventas de carnes en el exterior. Uruguay ya ha comenzado a negociar un acuerdo de libre comercio con China y por eso, el presidente Luis Lacalle Pou resolvió hacerlo unilateralmente fuera del marco del Mercosur, porque sostiene que allí están en juego intereses orientales de absoluta prioridad nacional.

El gobierno de Beijing sostiene por su parte que preferiría hacerlo con el Mercosur en su conjunto, encabezado por Brasil. En tanto que Paraguay, en su condición de cuarto productor mundial de soja, orienta prácticamente la totalidad de este producto al mercado chino.

Por último, hay que subrayar que el gobierno de Beijing ya ha hecho saber que el vínculo diplomático entre Asunción y Taiwán, no es un obstáculo para que Paraguay se integre plenamente a un acuerdo de libre Comercio con La República Popular. El año pasado, China importó más de 100 millones de toneladas de soja, muchas de ellas por cierto de origen paraguayo.

“La política internacional es un mundo de realidades”, dice de Gaulle, y en ella siempre predomina la lógica de las cosas, no las ideologías.

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