
La riqueza de sus tierras pone a un pueblo del archipiélago de las Molucas entre la espada y la pared
Un nuevo estudio advirtió que el fenómeno, atribuido al aumento de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, plantea nuevos desafíos para la conservación y la biodiversidad en la región
Arbolado02/10/2025
Marcos Bach

En un hallazgo que sorprende a la comunidad científica, un estudio internacional ha demostrado que el tamaño promedio de los árboles en la Amazonia ha aumentado un 3,2% por década durante al menos los últimos 30 años.
Este fenómeno, atribuido principalmente al incremento de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, fue analizado en un nuevo estudio de un consorcio internacional de científicos cuyos hallazgos fueron publicados en la revista Nature Plants.
El resultado desafía la idea de que el cambio climático solo genera efectos negativos en los bosques tropicales y plantea nuevas interrogantes sobre el futuro de la mayor selva tropical del planeta.
El estudio, fruto de la colaboración de más de 60 universidades de Sudamérica, el Reino Unido y otros países, incluyó el monitoreo de 188 parcelas permanentes en la Amazonia, principalmente en Brasil.
Cerca de un centenar de científicos participaron en la investigación, que documentó cómo tanto los árboles grandes como los pequeños han incrementado su tamaño de manera sostenida durante al menos tres décadas.
Esta es una buena noticia. Con frecuencia escuchamos cómo el cambio climático y la fragmentación amenazan los bosques amazónicos. Pero, mientras tanto, los árboles en bosques intactos han crecido; incluso los árboles más grandes han seguido prosperando a pesar de estas amenazas.
Beatriz Marimon, profesora de la Universidad de Mato Grosso y coautora del estudio.

"Los árboles de todos los tamaños han crecido más durante el mismo período; todo el bosque amazónico ha cambiado", dijeron los investigadores (Imagen Ilustrativa Infobae)
La explicación científica de este fenómeno se encuentra en el proceso conocido como fertilización por CO2.
El aumento de dióxido de carbono atmosférico actúa como un fertilizante que estimula el crecimiento de los árboles, permitiendo que absorban más carbono y desarrollen mayor biomasa.
Adriane Esquivel-Muelbert, de la Universidad de Cambridge y coautora principal del artículo sobre la red RAINFOR, subrayó la importancia de este hallazgo: “Los árboles grandes son enormemente beneficiosos para absorber CO2 de la atmósfera, y este estudio lo confirma".
A pesar de la preocupación de que el cambio climático pueda afectar negativamente a los árboles de la Amazonia y socavar el efecto sumidero de carbono, el efecto del CO2 en la estimulación del crecimiento persiste. Esto demuestra la notable resiliencia de estos bosques, al menos por ahora.

El impacto ecológico de este crecimiento acelerado es relevante. Los árboles amazónicos, especialmente los de mayor tamaño, desempeñan un papel fundamental en la absorción de carbono, ayudando a mitigar el calentamiento global.
Investigaciones previas de la red RAINFOR ya habían demostrado que la selva amazónica es un sumidero clave de carbono.
Ahora, el nuevo estudio aporta evidencia de que “todo el bosque ha cambiado”, en palabras de Tim Baker, profesor de la Universidad de Leeds y coautor principal, quien explicó que árboles de todos los tamaños han crecido durante el mismo periodo, modificando la estructura y dinámica del ecosistema.

El tamaño promedio de los árboles en los bosques amazónicos ha aumentado en las últimas décadas (REUTERS/Amanda Perobelli/Archivo)
No obstante, los autores advierten que este fenómeno positivo no está exento de riesgos. La deforestación y la fragmentación del bosque siguen representando amenazas graves que podrían revertir los beneficios observados.
Rebecca Banbury Morgan, de la Universidad de Bristol y coautora principal, enfatizó la dificultad de reemplazar los servicios ecológicos de los árboles antiguos: “Nuestro artículo también destaca lo destructiva que es la deforestación de la Amazonia. Los grandes árboles tropicales tienen cientos de años. No podemos simplemente plantar árboles nuevos y esperar que aporten beneficios similares a los del carbono o la biodiversidad que proporciona el antiguo bosque natural”, señaló Banbury Morgan.
El estudio es pionero en medir de forma sistemática cómo el aumento de CO2 ha alterado la estructura de los bosques amazónicos.
Los investigadores observaron que los árboles más grandes han logrado dominar la competencia por los recursos, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para la biodiversidad y la resiliencia del ecosistema. Oliver Phillips, profesor de la Universidad de Leeds, advirtió sobre la importancia de mantener la conectividad del bosque.
Lo que ocurre con los árboles grandes, incluyendo cómo afrontan las crecientes amenazas climáticas y dispersan sus semillas, es ahora crucial.
El futuro de estos gigantes amazónicos dependerá de la capacidad de conservar la integridad del ecosistema. Si la deforestación avanza, los riesgos para la salud y la supervivencia de los árboles aumentarán, poniendo en peligro los beneficios que aportan al planeta.
La protección de la Amazonia se perfila como una condición esencial para que estos árboles continúen prosperando y contribuyendo a la estabilidad climática global.

La riqueza de sus tierras pone a un pueblo del archipiélago de las Molucas entre la espada y la pared

La Selva Amazónica es responsable de hasta el 70 por ciento del agua que sirve a la generación hidroeléctrica de Brasil. De ahí, la relevancia de impedir su deforestación y estudiar los patrones climáticos

Cada 29 de agosto se celebra en nuestro país el Día del árbol: una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del arbolado urbano, los bosques nativos y las plantaciones forestales


Los árboles pueden ser poderosos aliados en la lucha contra el calentamiento global, porque pueden absorber CO2. Pero plantarlos no es de por sí la única herramienta adecuada para abordar la crisis climática

¿Cómo preparar el espacio para que un árbol crezca sano? ¿Qué especie elegir para no romper la acera ni dañar los cables? ¿Y por qué este simple acto beneficia a toda la ciudad?



El mundo se reúne una vez más para debatir el futuro del planeta y cómo hacerle frente a la crisis climática

En el marco del Día Internacional contra el Cambio Climático, que se conmemora cada 24 de octubre, el mundo se prepara para una nueva instancia de negociación global: el 10 de noviembre comenzará en Belém, Brasil, la Conferencia de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático (COP30)

El cambio climático y los fenómenos climáticos extremos —como el calor, los incendios forestales, el humo de los incendios, las inundaciones y la sequía— ya están afectando a nuestra ciudad

Gracias a la energía eólica, al consenso político y a una visión apoyada en la ciencia, Uruguay pasó de depender de las importaciones de hidrocarburos a generar el 98% de su electricidad a partir de fuentes renovables

Aunque los avances de esta semana muestran un aumento en el dialogo técnico y algunas decisiones importantes, persisten las brechas entre lo anunciado y lo ejecutado