
Con un incremento del 6 % en cuatro años preocupa a organizaciones ambientalistas, que advierten sobre el potencial de mitigación si se adoptan estrategias sustentables en el sector agropecuario
Un nuevo estudio (del que participó Unicef) advierte que la contaminación del aire se convirtió en el segundo factor de riesgo de muerte, incluso en niños menores de cinco años. Necesidades y deudas
Contaminaciones08/07/2024No es un problema nuevo, pero sí ahora afecta sobremanera a la humanidad. La contaminación atmosférica comenzó con la Revolución Industrial, en el siglo XVIII, cuando la quema de carbón en fábricas y hogares liberaba grandes cantidades de humo y partículas en el aire. A partir de la década de 1950, se convirtió en una cuestión global, con el aumento de la industrialización. Ahora, desde La Gaceta comparten un reciente estudio advierte que es el segundo factor de riesgo de muerte a nivel global.
Los datos fueron confirmados por la quinta edición del informe “Estado del aire global”, elaborado en conjunto con Unicef. Si bien estudios previos estimaban siete millones de muertes anuales por esta causa, el informe, publicado por el Instituto de Efectos sobre la Salud (una entidad de investigación independiente sin fines de lucro en Estados Unidos) revela que en 2021 la contaminación del aire fue responsable de 8,1 millones de muertes a nivel mundial. Este incremento refleja una tendencia alarmante.
Además de las muertes, la contaminación atmosférica contribuye a enfermedades crónicas debilitantes -explicó la ONU en un comunicado difundido-, lo que genera una enorme carga para los sistemas de salud, para las economías y para las sociedades en su conjunto. Más del 90% de las muertes atribuidas a la contaminación del aire (7,8 millones) son causadas por partículas finas en suspensión, tanto ambientales como domésticas. Estas partículas diminutas, menores de 2,5 micrómetros, pueden ingresar en los pulmones y en el torrente sanguíneo, aumentando el riesgo de enfermedades no transmisibles en adultos, como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, diabetes, cáncer de pulmón y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
El documento destaca que los niños menores de cinco años son especialmente vulnerables a la contaminación atmosférica. En 2021, la exposición al aire contaminado se vinculó con más de 700.000 muertes de niños menores de cinco años, situándola como el segundo factor de riesgo de muerte en este grupo de edad, después de la malnutrición. De estas muertes, aproximadamente 500.000 estaban relacionadas con la contaminación del aire en los hogares debido a la cocción en interiores con combustibles contaminantes, principalmente en África y Asia.
Los efectos adversos de la contaminación del aire pueden comenzar en el útero y tener consecuencias para toda la vida. Por eso los niños son particularmente susceptibles; los pequeños inhalan más aire por kilogramo de peso corporal y absorben más contaminantes que los adultos, lo que agrava los riesgos para su salud en desarrollo. La exposición a la contaminación está asociada con neumonía, responsable de una de cada cinco muertes infantiles en el mundo, y con el asma, la enfermedad respiratoria crónica más común entre los niños mayores.
Las desigualdades relacionadas con el impacto de la contaminación del aire en la salud infantil son sorprendentes. La tasa de mortalidad relacionada con la contaminación en niños menores de cinco años en África oriental, occidental, central y meridional es 100 veces superior a la de sus equivalentes en países de altos ingresos .
“A pesar de los progresos en salud materna e infantil, casi 2000 niños menores de cinco años mueren cada día por los efectos de la contaminación atmosférica. Nuestra inacción está teniendo profundos efectos en la próxima generación. Es esencial que los gobiernos y las empresas utilicen estos datos para fundamentar acciones significativas y centradas en la infancia para reducir la contaminación y proteger la salud de los niños.
dijo la directora ejecutiva adjunta de Unicef, Kitty van der Heijden.
El problema es que la contaminación por partículas finas en suspensión no sólo afecta la salud humana, sino que contribuye también al calentamiento global. Estas partículas provienen de la quema de combustibles fósiles y biomasa en sectores como el transporte, los hogares, las centrales eléctricas de carbón, las actividades industriales y los incendios forestales. Lógicamente, aportan al calentamiento global mediante los gases de efecto invernadero.
En 2021, la exposición prolongada al ozono contribuyó a unas 489.518 muertes globales, incluyendo 14.000 por enfermedad pulmonar obstructiva crónica en Estados Unidos, una cifra superior a la de otros países de renta alta. La exposición al dióxido de nitrógeno (producido por los gases de escape del tráfico) también tiene efectos significativos sobre la salud, particularmente en el desarrollo del asma infantil.
El texto también ofrece buenas noticias. Desde el año 2000, la tasa de mortalidad de niños menores de cinco años ha disminuido en un 53%, en gran parte gracias a esfuerzos para mejorar el acceso a energía limpia para cocinar, la atención sanitaria, la nutrición y la concienciación sobre los daños de la contaminación del aire doméstico. Muchos países, especialmente aquellos con los niveles más altos de contaminación, están enfrentando el problema mediante la instalación de redes de vigilancia, la aplicación de políticas más estrictas de calidad del aire y la promoción de vehículos híbridos o eléctricos. “Este nuevo informe ofrece un duro recordatorio de las importantes repercusiones que tiene la contaminación atmosférica en la salud humana, con una carga excesiva para los niños pequeños, las poblaciones de mayor edad y los países de renta baja y media”, declaró Elena Craft, presidenta del Instituto de Efectos sobre la Salud.
La contaminación del aire tiene enormes implicaciones para la salud. Sabemos que mejorar la calidad del aire y la salud pública mundial es práctico y alcanzable.
Con un incremento del 6 % en cuatro años preocupa a organizaciones ambientalistas, que advierten sobre el potencial de mitigación si se adoptan estrategias sustentables en el sector agropecuario
El hallazgo pone el foco en una ruta de exposición poco explorada: el aire que respiramos en interiores
Los mayores emisores mundiales de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero están siendo presionados para que aumenten sus objetivos climáticos. Algunos aumentaron sus objetivos pero, ¿hasta dónde llegan?
Un estudio analizó la huella ecológica de 15.000 personas en Francia y descubrió que los hombres contaminan un 26% que las mujeres
En la lucha contra el cambio climático, hay otro gas de efecto invernadero que, aunque menos abundante, es mucho más potente y está jugando un papel cada vez más preocupante: el metano (CH4)
Algunas islas incluso se enfrentan a la sombría posibilidad de ser abandonadas o hundirse bajo el océano. Esto plantea una pregunta jurídica sin precedentes: ¿pueden estas pequeñas naciones insulares seguir siendo consideradas estados si su territorio desaparece?
En un contexto donde el negacionismo climático se ha instalado en el discurso oficial, las provincias argentinas comienzan a marcar el rumbo en materia de adaptación y mitigación
Una técnica de ingeniería climática busca manipular intencionalmente el ambiente para reducir el impacto del calentamiento global en el Polo Norte. Tres expertos trabajan para evitar el deshielo prematuro
La conmemoración global recuerda la importancia de proteger la atmósfera y resalta el impacto positivo del tratado en la reducción de sustancias que dañan el ozono