¿Por qué hay una parte del océano Atlántico que no se está calentando?

Investigadores del Instituto Max Planck de Meteorología de Alemania aplicaron un modelo climático a largo plazo para hallar las posibles respuestas

Agua y Glaciares06/07/2020
Olas

Los científicos alrededor del mundo están alertando del calentamiento global de la Tierra y, principalmente, de los océanos, un hecho con funestas consecuencias para la vida y para el ser humano. No obstante, hay un pedazo de agua en el Atlántico Norte que se resiste a la tendencia y, extrañamente, está bajando su temperatura.

Esta "mancha fría" ha sido un tema de interés para los climatólogos desde que fue descubierta por primera vez en 2015, aunque las complejidades de la circulación oceánica hacen que sea algo difícil de explicar.

Ahora, según publica Science Alert, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Meteorología de Alemania aplicó un modelo climático a largo plazo para simular varias configuraciones y encontrar las que coinciden con la caída de temperatura observada.

Circulación de Retorno del Atlántico Meridional

Encontraron varios factores. Uno de ellos, de los más conocidos, respalda estudios anteriores y muestra que la Circulación de Retorno del Atlántico Meridional o AMOC se ha debilitado y ralentizado significativamente desde mediados del siglo XX.


Se usó un modelo climático planetario detallado para acoplar las variaciones de energía, dióxido de carbono y agua en el océano, la tierra y la atmósfera


El AMOC es el sistema de circulación oceánica que lleva corrientes superficiales cálidas de los trópicos hacia el norte, hacia la costa europea, intercambiándolas por flujos fríos de retorno de aguas profundas suministradas por el hielo en fusión.

Exactamente, lo que podría estar causando que esta autopista de agua tropical se ralentice no está tan claro, aunque algunos modelos sugieren que más agua de deshielo de Groenlandia junto con el aumento de las temperaturas globales encajaría con lo que estamos viendo.

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Para descubrir las conexiones entre el clima de la Tierra y la mancha fría, los investigadores utilizaron un modelo climático planetario detallado para acoplar las variaciones de energía, dióxido de carbono y agua en el océano, la tierra y la atmósfera.

Efectos encadenados

Las simulaciones realizadas a través de este modelo les permitieron ver lo que podría suceder si obligaran al AMOC a agitarse a toda velocidad, dejando que la atmósfera actuara como un importante factor de influencia por sí misma. Por supuesto, hubo un pequeño pero notable efecto. A medida que las aguas cálidas entrantes se enfriaban, producían nubes bajas que reflejaban la radiación entrante, enfriando a su vez la superficie aún más.


La Circulación de Retorno del Atlántico Meridional o AMOC se ha debilitado y ralentizado significativamente desde mediados del siglo XX


A continuación, el equipo realizó otro escenario que sólo tenía en cuenta el transporte de calor del AMOC, descubriendo que no sólo transportaba menos energía, sino que la vertía en mayor medida en las corrientes de agua circulante del Ártico. Por razones complicadas, estas circulaciones subpolares están tomando velocidad, extrayendo calor del AMOC y dejando la gota fría aún más fría.

El estudio, publicado en la revista científica 'Nature Climate Change', muestra en gran medida lo importante que es que tengamos en cuenta diversos factores al evaluar los cambios locales y globales del clima. Saber exactamente cómo opera esta mancha fría en un clima cambiante nos ayudará a entender mejor qué esperar en un futuro que probablemente sea varios grados más cálido.

Fuente: El Confidencial (España)
 

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