
La transición energética es, sin duda, una de las mayores prioridades globales del siglo XXI. Sin embargo, en medio de este fervor por un futuro verde, surge una pregunta incómoda: ¿Estamos ante una burbuja en el sector de las energías limpias?
Serie gráficos: Lo que gastan las empresas para que no se haga nada por el cambio climático
Energía renovable01/09/2020
Cada año, las cinco mayores empresas públicas de petróleo y gas del mundo gastan aproximadamente 200 millones de dólares en lobby destinados a controlar, retrasar o bloquear las políticas vinculantes motivadas por el clima. Esto ha causado problemas a los gobiernos que tratan de aplicar políticas a raíz del Acuerdo de París que son vitales para cumplir los objetivos del cambio climático. Las empresas suelen ser reacias a revelar esos gastos de cabildeo y, a finales de la semana pasada, un informe de InfluenceMap utilizó una metodología centrada en los mejores registros disponibles junto con una investigación intensiva de los mensajes de las empresas para medir su nivel de influencia en las iniciativas para detener el cambio climático.
BP tiene el gasto anual más alto en lobby climático con 53 millones de dólares, seguido por Shell con 49 millones de dólares y ExxonMobil con 41 millones de dólares. Chevron y Total gastan cada una alrededor de 29 millones de dólares cada año. InfluenceMap afirma que parte de los gastos de cabildeo o lobby se destinan a sofisticados esfuerzos para involucrar a los políticos y al público en general en políticas ambientales que podrían tener un impacto en el uso de combustibles fósiles. Un ejemplo reciente de esto es la coordinación de mensajes de BP a través de sus canales de medios sociales y plataformas publicitarias que replantean la crisis climática como un desafío energético "dual".
La investigación también reveló que las cinco empresas enumeradas apoyan sus gastos de cabildeo con un desembolso financiero de 195 millones de dólares anuales para actividades de marca enfocadas que sugieren que apoyan las medidas contra el cambio climático. Las tácticas más comunes empleadas son llamar la atención sobre la baja emisión de carbono, posicionar a la empresa como experta en clima y reconocer la preocupación por el clima mientras se ignoran las soluciones. El informe dice que las campañas están engañando al público dado que las compañías listadas continúan expandiendo sus actividades de extracción de petróleo y gas con sólo el 3% del gasto dirigido a proyectos de bajo carbono. Tanto Shell como Chevron rechazaron las conclusiones del informe y reforzaron su compromiso con la reducción de los gases de efecto invernadero y la lucha contra el cambio climático.

La transición energética es, sin duda, una de las mayores prioridades globales del siglo XXI. Sin embargo, en medio de este fervor por un futuro verde, surge una pregunta incómoda: ¿Estamos ante una burbuja en el sector de las energías limpias?

En la costa mediterránea de Francia se ha puesto en marcha un complejo eólico pionero que integra la generación de energía con la protección de los ecosistemas marinos. El proyecto, que incorpora estructuras modulares para crear hábitats artificiales, se erige como un nuevo modelo de desarrollo sostenible

Muchos países latinoamericanos dependen de los combustibles fósiles para su energía, sus exportaciones y su economía. Preguntamos a expertos sobre la descarbonización en la región


Será imprescindible pensar a las tecnologías que apuntan al uso eficiente de los recursos como una necesidad y no como un bien de lujo, ya que pueden utilizarse para equiparar brechas y generar igualdad en la sociedad

¿Deberíamos conservarlos? ¿Deberíamos descartarlos? ¿Qué tanto afectarían estas decisiones a la económica y a la cotidianeidad?



A una década de la firma del Acuerdo de París, esta cumbre tiene la presión de pasar de los compromisos a la acción concreta, especialmente en la esfera del financiamiento

En un contexto de negacionismo creciente y desfinanciamiento estatal, esta herramienta es fundamental para fiscalizar la inacción

La ONU advierte que la construcción acelerada y a gran escala de centros de datos sucede en un contexto marcado por la escasez de datos fiables sobre el consumo de agua y electricidad de estos complejos

