
El Cambio Climático Devora la Biodiversidad Global a un Ritmo Alarmante
Un llamado urgente a la acción global para salvar los ecosistemas y el futuro del planeta
Carlos Jurado tiene 31 años y es biólogo marino. Reside en España donde realiza su tesis. La idea es "elaborar un índice biótico de calidad ambiental de los estuarios vascos”
Biodiversidad17/02/2021Desde 2019, el biólogo marino Carlos David Jurado se encuentra en Europa realizando un máster conjunto entre varias universidades en Ambientes y Recursos Marinos. “Estoy analizando el código de barras genético de las especies de peces a partir del ADN ambiental, con el fin de elaborar un índice biótico de calidad ambiental de los estuarios vascos”.
La idea, explicó el profesional, “es reducir costes y esfuerzos de muestreo para evitar realizar pescas de arrastre para el monitoreo, que son bastante dañinas para el fondo estuarino”.
Y agregó:âEl instituto en el que estoy trabajando está muy bien posicionado en Europa en cuanto a biología pesquera, trabajan en conjunto con las empresas más grandes del País Vasco para generar valor agregado, mejorar la productividad y sostenibilidad de la industria pesquera y alimentaria, de la cual dependen muchas personas de manera directa o indirecta.
Desde pequeño a Carlos David le gustó la naturaleza, “con mi familia siempre íbamos a veranear a un pueblito de pescadores en Brasil. Ahí se gestó mi pasión por el mar, el surf, los peces y mi admiración por la dura vida de los pescadores”.
A los 17 años, al finalizar el secundario “ya sabía qué carrera quería seguir y me fui a rendir el examen de ingreso para la Licenciatura en Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Fueron años muy duros, viendo a mi familia sólo una o dos veces por año, pero también lleno de recuerdos muy lindos, de mucho crecimiento personal y profesional”.
En la universidad fue parte de un equipo de investigación que le permitió obtener una pasantía en Canadá, en un centro de investigaciones de primer nivel. “Ahí conocí lo que era la labor científica de vanguardia, cómo se trabajaba y cómo eran ese tipo de instalaciones. También por primera vez conocí lo que es un país desarrollado y cómo contrastaba con nuestro país hasta con las cuestiones más cotidianas y mundanas”.
En el 2014 se recibió, pero obtener un trabajo relacionado con su especialización fue complicado. “Y aún con buenos antecedentes académicos y profesionales no pude ingresar a CONICET para seguir un doctorado. Inclusive tuve la posibilidad de realizar un doctorado becado en Nueva Zelanda, en un proyecto muy interesante y prometedor, pero de la misma universidad rechazaron mi inscripción porque no reconocían mi título como equivalente a un máster”.
En esos momentos, el sueño de convertirse en biólogo marino se iba extinguiendo. Hasta que en 2018, en Australia “conocí un biólogo malayo que me recomendó las becas Erasmus de la Unión Europea. Y decidí que si iba a soñar lo haría a lo grande. Luego de indagar encontré una beca Erasmus para realizar un máster conjunto entre varias universidades en Ambientes y Recursos Marinos”.
Finalmente fue seleccionado entre cientos de postulantes de todo el mundo, y en septiembre de 2019 llegó a Francia para cursar las materias básicas de nivelación en distintos aspectos de oceanografía: biología, química, física, geología y análisis de datos. “Luego seguí con materias que elegí en el País Vasco para el segundo semestre, y si bien tendría que haber cursado el tercero en Bélgica, por la pandemia de COVID-19 se suspendieron las clases presenciales y las tuve online mientras residía en Barcelona”.
Con respecto a la pandemia, contó que “es una pesadilla que parece nunca acabar, al menos acá en España. Sé que hay muchos países que ya están volviendo a la normalidad. Hay mucha paranoia y desinformación y las medidas que se aplican son parecidas a la cuarentena que se aplicó en Argentina”.
Actualmente se encuentra en el País Vasco trabajando en su tesis de maestría en un reconocido instituto de biología pesquera.
Como próximo paso, el especialista contó que pretende “conseguir una beca de doctorado para poder continuar el proyecto de tesis que estoy llevando a cabo aquí. Pero si no se da, me gustaría conseguir trabajo en el sector privado, en alguna empresa relacionada a las pesquerías o a la biotecnología”.
Durante la entrevista con PRIMERA EDICIÓN el profesional reflexionó:â“El planeta es 70% agua, no se puede explicar el cambio climático y la alteración de los ciclos biogeoquímicos (de los cuales depende la agricultura y producción de alimentos para nuestra subsistencia) sin entender la dinámica de los océanos y su interacción con la atmósfera. La mayor parte de la población vive en regiones costeras y dependen de los recursos marinos. Considero que muchos de los problemas ambientales surgen de falta de asignación de derechos de propiedad y reglas de juego poco claras que llevan a una situación de tragedia de los comunes”.
Fuente: Primer Edicion (.com.ar)
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