
Tres dimensiones posibles del debate sobre el futuro del cambio climático
Negocios inmobiliarios, la extensión de la frontera agropecuaria, el desmonte, los incendios, el dengue y, por supuesto, el cambio climático como la base
Hace unos días traíamos al blog el considerado primer atlas moderno del mundo: Theatrum Orbis Terrarum. Publicado en 1570 y obra de Abraham Ortelius, es la primera colección sistemática de mapas de tamaño y estilo uniforme. Su objetivo no era otro que representar el mundo como si de un teatro se tratase
Cambio Climático28/07/2021“Ese mundo ya no existe”, dice Richard Weller, urbanista en la Universidad de Pensilvania y autor principal del proyecto online “Atlas for the End of the World” (Atlas para el fin del mundo).
En él refleja el fin del mundo tal y como Ortelius lo conocía. “Es el fin del mundo en el que se ve a la naturaleza como un recurso infinito que puede explotarse sin consecuencias”, explica.
En el atlas del fin del mundo se pone de manifiesto que cerca de un 15.4% de la superficie del planeta lo constituyen a día de hoy áreas protegidas. Es un total de 20 millones de kilómetros cuadrados. Están repartidos en más de 200.000 distintos emplazamientos distribuidos en 235 diferentes países.
Para alcanzar el compromiso de la Convención de Diversidad Biológica de la ONU, fijado en un 17% de la superficie terrestre, queda por alcanzar un 1,6%. Esto vendrían a ser cerca de 700.000 Central Parks o lo que es lo mismo, dar la vuelta al mundo 70 veces en Central Parks.
El nuevo mundo se enfrenta por ejemplo a un inminente crecimiento urbano. Un total de 3.000 millones de personas se moverán a las ciudades hacia 2.100.
Esto supone construir 357 veces la ciudad de Nueva York, es decir más de 4 veces la Gran Manzana al año de cara a final de siglo. Gran parte de ese crecimiento tendrá lugar en África y América del Sur y Central. Un movimiento sin duda contrario a la biodiversidad que aún guardan estas zonas del mundo.
El foco principal del atlas son los 36 puntos calientes de la biodiversidad que apunta las Naciones Unidas. Unos puntos que no tienen en cuenta las fronteras internacionales.
Están definidos como áreas ricas en especies vegetales y animales que no viven en ninguna otra parte y que se enfrentan significativas amenazas de extinción. Cada uno de estos puntos es explorado a fondo en una sección específica del atlas.
Los puntos calientes de biodiversidad están definidos como zonas con más de 1.500 especies endémicas de plantas que han perdido al menos un 70% de su hábitat original.
En conjunto, estos puntos calientes de la biodiversidad contienen al menos el 50% de todas las especies de plantas y el 42% de los vertebrados terrestres endémicos.
Originariamente representaban el 16% de la superficie de la Tierra y el hábitat exclusivo de los puntos calientes ha disminuido un 2,3%.
Hay 422 ciudades de al menos 300.000 habitantes dentro de los 36 puntos calientes de la biodiversidad. De una manera u otra amenazan esa diversidad del medio ambiente.
Muchas de ellas están creciendo y pocas tienen una planificación urbana sistemática, lo que prepara el terreno para futuros conflictos.
El Atlas para el fin del mundo pone de manifiesto que el nivel del mar está ahora 120 metros más alto que hace 20.000 años. A la inversa, en épocas más cálidas los océanos han estado entre 6 y 30 metros más altos de lo que lo están actualmente.
El mapa anterior muestra las zonas que resultarían inundadas si las capas de hielo se fundieran en su totalidad, en cuyo caso el nivel del mar aumentaría en 80,32 metros.
En este escenario, se crearán nuevas costas y mares interiores y 50 de las principales ciudades del mundo se convertirían en “arrecifes arquitectónicos”.
Incluso si el nivel del mar sube sólo 0,74 metros en el año 2100, como se predice de manera conservadora, unos 115 millones de personas deberán desplazarse. Unos 420.000 kilómetros cuadrados de tierra acabarían en ese extremo bajo agua.
El mapa anterior muestra las proyecciones de subidas de temperatura en el escenario 2100. El amarillo más claro representa una subida de un grado y el rojo más oscuro una subida de 11 grados.
En el Acuerdo de París, 195 países acordaron dejar la subida de temperatura por debajo de los 2 °C por encima de los niveles preindustriales.
También proseguir los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 ° C. Un acuerdo del que recientemente Estados Unidos se ha descolgado.
El atlas propone su propia estrategia para mejorar la biodiversidad. Para ello conectan las regiones más ricas en diversidad biológica de las regiones entre sí.
Fuente: Geografía Infinita (.com)
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