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Un nuevo estudio cuantifica las cantidades de combustibles fósiles que deben quedarse bajo tierra
Contaminaciones14/09/2021Cada vez está más claro que es preciso detener la industria de extracción y quema de combustibles fósiles si queremos eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera y salvar al planeta (y a nosotros) de una auténtica catástrofe medioambiental. Un nuevo estudio ha calculado las cantidades de nuestras reservas de combustibles fósiles que es preciso dejar dónde están ahora mismo: bajo tierra, y es enorme.
Básicamente, si queremos evitar un calentamiento del planeta por encima de los 1,5 grados Celsius es preciso dejar bajo tierra prácticamente todas nuestras reservas de carbón, y una gran parte de las de petróleo y gas natural. Sin embargo, y como alerta Dan Welsby, investigador en el Colegio Universitario de Londres y principal autor del estudio: “Las trayectorias en la producción de combustibles fósiles a nivel global indican que nos estamos moviendo precisamente en la dirección equiviocada.”
El estudio, que acaba de publicarse en Nature, tiene en cuenta los diferentes tipos de carbón que hay, así como su impacto medioambiental en función de su nivel de extracción. Canadá, por ejemplo, es uno de los países con mayor huella de carbono en este sentido.
El estudio es una actualización de otro realizado en 2015 justo antes de que se celebrara la Cumbre del Clima de París. En aquel estudio, los científicos alertaban de que debía dejarse sin extraer el 80% del carbón mundial, el 30% de petróleo, y el 50% de las reservas de gas. El nuevo estudio sube esos porcentajes. Si queremos evitar un desastre climático es preciso renunciar al 90% de nuestras reservas de carbón, y al 60% de las reservas mundiales de petróleo y gas natural. La producción de combustibles fósiles ya extraídos también debe reducirse a un ritmo anual del 3% de aquí a 2050.
Debido precisamente a las diferencias en la intensidad del carbón de cada región, los sacrificios varían de país a país. Canadá, por ejemplo, debe abandonar el 83% de sus reservas de petróleo y el 84% de sus arenas de brea. Oriente Medio debe dejar de extraer el 60% de sus reservas. Por supuesto, el estudio reconoce “los elevados riesgos” que supone esta transición para unas economías que básicamente han basado su riqueza en la extracción de petróleo. Cada año, la Agencia Internacional de la Energía recuerda que el año siguiente debe alcanzarse el tope en la producción de combustibles fósiles. En otras palabras, que de aquí en adelante esa producción solo debe descender. Este estudio sube ese consejo al año anterior. El abandono del uso de combustibles fósiles es algo que deberíamos haber hecho para ayer, por así decirlo.
La producción de petróleo tiene algo más de margen, pero muy poco. El estudio afirma que el máximo de la producción no puede pasar de 2025. Gran parte de esa industria ya se está diversificando, pero el cambio cada vez necesita ser más drástico y más rápido.
No es una producción propia, la fuente es Gizmodo (.com)
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