Un estudio reveló una complejidad inesperada en la transición hacia los cultivos orgánicos
El estado de California tiene importantes metas de sostenibilidad en la agricultura
El ya clásico estudio liderado por la biofísica Donella Meadows, que avisa de un colapso provocado por la imposibilidad de mantener un crecimiento ilimitado, ha sido actualizado y corroborado a lo largo de cinco décadas
Cambio Climático 25/01/2022La mayoría de las personas sólo se preocupa por lo que ocurre en su entorno más cercano; hablando en términos de espacio –su ciudad, su país–, pero también de coordenadas temporales, es decir, su presente y futuro inmediato. Así operan no sólo nuestras vidas, marcadas por los seres que amamos –con quienes solemos convivir–, sino también la política, un sistema de organización social fraccionado por territorio y evidentemente cortoplacista, dadas las limitaciones de los ciclos electorales. Contra estas lógicas cotidianas de tan difícil superación, y mucho antes de que el cambio climático llenase portadas de periódicos, 17 científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), a petición de la organización conocida como Club de Roma, publicaron un informe crucial para entender los grandes desafíos globales con más de un siglo de perspectiva. Me refiero a Los límites del crecimiento (1972), estudio sobre la sostenibilidad planetaria liderado por la biofísica Donella Meadows del que se celebra el 50 aniversario.
Vamos a pensar en el «dilema de la humanidad» –anuncian ya desde el prefacio–, que no es otro que un modelo económico, social y moral basado en el crecimiento ilimitado en un planeta de recursos finitos. Aunque el lenguaje utilizado para desarrollar su teoría es aséptico, propio del registro científico divulgativo que eligen, en dicho dilema se juega algo tan crucial como la supervivencia de las especies –incluida la humana–, así como nuestra seguridad material y, me atrevería a decir, concepción del mundo desde, al menos, la Ilustración y la primera Revolución industrial.
La tres hipótesis principales que baraja el informe son contundentes: si el ritmo de crecimiento de entonces persiste, éste encontrará un límite catastrófico en los 100 años subsiguientes; es posible detenerlo y lograr así un equilibrio ecológico y económico que permita satisfacer las necesidades básicas de todos; y, en caso de que se decida adoptar esta solución, habría que hacerlo cuanto antes para impedir el colapso. Medio siglo después de tales advertencias, fundamentadas en el rigor académico, contamos con datos que corroboran cuán acertadas fueron aquellas reflexiones y hasta qué punto este libro de apenas 200 páginas informa de la inacción de nuestras sociedades frente a la magnitud de un problema que adquiere cada vez más gravedad y no plantea expectativas de mejora.
Los límites parte de la dinámica de sistemas como metodología para simular hasta 11 escenarios posibles que dependen de alteraciones en cinco variables: población, producción de alimentos, recursos naturales, producción industrial y contaminación. En el escenario estándar, el colapso se produce por agotamiento de recursos no renovables, lo que a su vez desvía el capital de la inversión industrial y alimenticia, y la tasa de mortalidad aumenta significativamente debido al hambre y la falta de servicios sanitarios. Otros modelos plantean un declive poblacional por la contaminación masiva o la disminución de superficie cultivable, pero casi todos presentan el mismo final decadente, para el que se tiene en cuenta el desarrollo tecnológico. Desmintiendo las críticas que les arrojaron en su momento, los autores abrazan la tecnología como herramienta para el bien social; sin embargo, ésta no es capaz de hacer milagros si el paradigma sigue siendo el crecimiento.
El escenario más optimista se da únicamente en caso de implementar una economía circular caracterizada por la reducción drástica del consumo que, junto a la estabilización demográfica y la inversión en sanidad, educación y agricultura, y una mejor gestión de los residuos, permitiría un equilibrio prolongado en el tiempo. Lo contrario es precisamente la situación actual, y el abismo al que parecemos estar encaminados.
En un momento en que hemos normalizado debatir sobre la sexta extinción y abundan los fenómenos meteorológicos extremos; cuando es normativo hablar de crisis energética y se constatan picos inflacionarios relacionados con la escasez de recursos, entre ellos los combustibles fósiles, genera vértigo leer un informe que fue actualizado por los autores en tres ocasiones llegando a conclusiones similares, con la excepción de la viabilidad del escenario más esperanzador: la tierra ha sobrepasado su capacidad de carga, según afirmaron hace 30 años. En 2014, una investigación independiente ratificaba la exactitud de las primeras estimaciones. El año pasado, la analista Gaya Herrington, directora de sostenibilidad para una de las mayores auditorías del globo, KPMG, saltaba a los medios gracias a un estudio basado en los descubrimientos de Meadows que también vaticinaba el colapso, esta vez con fecha: en los próximos diez años, si continuábamos rigiéndonos por el mismo modelo económico. A diferencia de las anteriores, la investigación de Herrington proviene por primera vez del sector corporativo, de por sí reticente a cualquier cuestionamiento de las dinámicas capitalistas, y, si bien apunta a la tecnología como mecanismo que pueda mitigar una caída en picado (demográfica, industrial), deja claro que el porvenir no es nada halagüeño.
Época de gran inestabilidad ecológica y material, de mudanzas geopolíticas ineludibles, de una presión social que, de acuerdo con el propio Dennis Meadows, marido de la ya fallecida Donella y co-autor de Los límites del crecimiento, alcanzará su cima no cuando el crecimiento nos abandone, sino precisamente ahora que se enfrenta a las fuerzas que promulgan un cambio de paradigma para así gestionar mejor, con los recursos disponibles, la riqueza existente y evitar el caos total.
¿Qué hacer desde nuestra condición de ciudadanos de a pie? ¿Cómo pensarnos más allá de la inmediatez familiar, histórica? Su receta: no imaginar que van a volver tiempos mejores; concebir el capital no cómo divisa sino, por ejemplo, como servicio público –sanidad, educación–; invertir en resiliencia antes de que sea, otra vez, demasiado tarde.
No es una produccion propia, la fuente es Especie en Peligro Blog (.com)
El estado de California tiene importantes metas de sostenibilidad en la agricultura
Frente a un fenómeno global sin precedentes, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático destacó la creciente exposición y vulnerabilidad de los centros urbanos. Un llamado a la acción para 4.200 millones de personas que viven en riesgo
Ubicada en medio del desierto, la capital de los Emiratos Árabes Unidos recibe un promedio anual de 7 centímetros y medio de lluvia. Sin embargo, el martes cayeron más de 40 centímetros en pocas horas
Las fuertes tormentas ya dejaron 3 muertos en California. ¿Qué es un río atmosférico y cómo impacta en la región?
Los ecosistemas únicos de Latinoamérica albergan cerca del 60% de la vida terrestre mundial y diversas especies marinas y de agua dulce. Esa biodiversidad se manifiesta en biomas únicos, variados y ricos en agua y especies, que actúan como una valla de contención ante el cambio climático. Son los páramos, turberas, sabanas, bosques y selvas tropicales. ¿Qué se está haciendo para protegerlos y aprovechar sus beneficios?
En un avance significativo sobre la comprensión del sistema climático de la Tierra, un estudio advirtió cómo estos factores, que duran de 3 a 4 semanas, tienen un papel crucial en la generación de turbulencias oceánicas y los fenómenos meteorológicos extremos
Un tipo de álamo temblón euroasiático podría ser un dique de contención del cambio climático, según un equipo internacional de científicos
Especialistas hablaron con National Geographic sobre la necesidad de disminuir su uso al máximo posible y sobre la posibilidad de lograrlo. ¿Se puede vivir sin plástico?
Un equipo de científicos identificó 16 microplásticos diferentes en una capa de tierra a 7 metros de profundidad; esto encendió las alarmas, ya que podría perjudicar al patrimonio histórico
La quema de combustibles fósiles libera una gran cantidad de gases de efecto invernadero. Por el contrario, los recursos que se regeneran rápidamente y emiten menos contaminantes pueden ser una fuente de energía limpia y asequible