Llega el frío: diez puntos del hogar a vigilar para contener las facturas de la luz y el gas
Tanto hábitos poco escrupulosos como instalaciones en mal estado pueden disparar el consumo en una época en la que ya de por sí la factura crece por culpa de la calefacción. Controlar estos puntos débiles puede suponer un importante alivio a fin de mes
Construcción sustentable 09/03/2022La cercanía de las fiestas navideñas nos indica también que estamos a punto de dar una vuelta de carro al panorama climático: en pocos días abandonaremos el otoño y entraremos de pleno en el invierno, que en bastantes zonas de nuestro país puede implicar bajas temperaturas durante semanas seguidas. Por lo tanto, llega el tiempo de encender la calefacción, y no ocasionalmente, sino durante una buena temporada.
Si tenemos en cuenta que España es, junto a Estonia, el país de Europa en el que más ha subido la factura energética en la última década, nos bastará para entender la magnitud de este gasto en los presupuestos domésticos durante el invierno. Para muchas familias, calentar la casa sin arruinar es vital para poder adquirir otros bienes fundamentales, desde comida a material escolar.
A pesar de todos los impuestos pagados en la factura de la luz y el gas, se pueden ahorrar unos euros en la factura si nos paramos a analizar los diversos puntos débiles que pueda tener nuestra casa; hablamos de mal aislamiento, pero también de malos hábitos y también de electrodomésticos antiguos, no solo por su baja eficiencia, sino por su estado. Para contribuir a este análisis, ofrecemos diez ejemplos muy comunes y la oportunidad de solventarlos.
Diez “flojos” del consumo energético en invierno
1. El router encendido cuando estamos fuera
Salvo que demos servicio a los vecinos o nos estemos bajando películas o videojuegos de alguna plataforma, este es un gasto prescindible, aunque no demasiado gravoso. Pero si nos vamos de fin de semana, o por la noche, no tiene mucho sentido tener el router encendido. Además, alargamos la vida del aparato.
2. Las juntas de los radiadores en mal estado
Las juntas resecas en las tomas de los radiadores con los tubos, o en los tapones que contienen el agua circulante, implican pérdidas de agua que propician la entrada de aire en el radiador. Además de bajar la presión del circuito, el aire se calienta peor que el agua, con lo que se requiere quemar más gas para obtener el mismo calor radiante.
3. Los radiadores mal purgados
Tal como explicamos en Cuatro cuidados en tus radiadores para evitar sustos con el gasto de la calefacción, la purga periódica del aire referido en el apartado anterior es un casi una obligación. Lo haremos una vez al año para eliminar dicho aire y recebar el circuito con agua a través de la caldera. Las razones son las explicadas también en el punto dos. Un circuito mal purgado puede disparar su gasto hasta el doble de lo normal en casos extremos.
4. Los filtros del aire sucios en la bomba de calor
En los climas mediterráneos no es infrecuente calentar con bomba de calor, la misma que en verano funciona como climatizador. Es un buen remedio cuando el aparato funciona con la tecnología inverter. El problema es que el filtro se llena de polvo y, si no lo limpiamos, es muy probable que la bomba propulse el aire caliente con menos fuerza de la que debería y por lo tanto le cueste más lograr el punto de calor demandado. Se calcula que el gasto adicional de un filtro sucio puede llegar a ser un 25% extra.
5. El 'stand by' en el salón
Un clásico del despilfarro energético. Esta forma de falso apagado que tienen los artículos electrónicos –desde televisores a cadenas estereofónicas y ordenadores– para poder encenderse luego gracias al mando a distancia arroja un consumo considerable, que en algunos casos puede alcanzar el 15% del consumo total reflejado en la factura.
6. El grifo monomando en posición de agua tibia
El brazo del monomando debe estar siempre colocado totalmente del lado derecho –del agua fría– por defecto. De otro modo, cuando lo abramos para enjuagar un vaso, beber un poco de agua, etc., activará la demanda de agua caliente y gastará gas, aunque sea en una mínima proporción.
7. Los tubos de la bomba de calor pelados
Muy poca gente tiene en cuenta que los tubos de la bomba de calor deben estar siempre cubiertos de su preceptiva espuma protectora, pues esta actúa como aislante del calor o frío que transportan a nuestro hogar desde el compresor, y por tanto evitan pérdidas al medio. Hay que ser conscientes de que si se ven expuestos al sol o al frío, pueden restar hasta un 50% de eficiencia tanto en verano como en invierno, ya que la bomba deberá trabajar el doble para conseguir el mismo resultado. La espuma tiende a degradarse con el tiempo.
8. La silicona de las ventanas reseca
En el caso de la carpintería de aluminio, si la silicona se ve sometida continuamente al sol, acabará por resecarse y desprenderse, perdiendo eficiencia en el asilado y robando calor al hogar.
9. Las gomas de la nevera y el congelador sucias
En casos de gomas muy degradadas y resecas, podemos sufrir una importante sangría de frigorías derrochadas. Las gomas deben lavarse con frecuencia, a poder ser solo con agua para eliminar salsas o restos de alimentos que las hayan manchado y que puedan ser corrosivos. De otra forma perderán su elasticidad y aislarán mal. En el caso del congelador, lo notaremos porque comenzará a hacer hielo.
10. El cepillo eléctrico cargando
El motivo es que a medida que la batería sufra pequeñas bajadas se irá cargando sin necesidad.
No es una produccion propia, la fuente es El Diario (España)
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