La cuarentena hizo bajar la contaminación ambiental

El fenónemo se puede ver a través de imágenes satelitales, y se observa principalmente en la zona del sudeste asiático, Europa y Brasil, donde la contaminación descendió de manera increíble.

Biodiversidad 14/04/2020 Marcos Bach Marcos Bach
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El coronavirus logró algo sin precedentes en la historia de la humanidad: que miles de millones de personas, de diferentes edades y de muchos puntos del planeta, no salgan de su casa. Esto generó que la naturaleza se exprese de una forma diferente en los distintos ecosistemas, y reflejó el impacto que genera la presencia del ser humano sobre ella.

Esto nos explica David Flores, director de investigación de la Fundación Miguel Lillo, quien reconoció un cambio en la naturaleza en los últimos tiempos.

Últimamente se vieron muchas publicaciones en redes sociales sobre animales que pasean por ciudades deshabitadas. Si bien esto sucede, según Flores, no es tan frecuente, y no se debe creer en todo lo que se ve en internet, ya que en muchas ocasiones se trata de publicaciones falaces. “Muchas de las imágenes que se ven en las redes no son de ahora, sino que son de un tiempo precuarentena”, dijo.

Respuesta variable

El experto cree que aún es muy temprano para dar una respuesta certera respecto del cambio en el comportamiento de los animales por las medidas de aislamiento de las personas. “La fauna en general responde de forma muy variable ante esta situación, porque las diferentes especies reaccionan de manera distinta ante la presencia humana. Aunque sí hay especies que se ven afectadas por esto, y están recuperando territorio y haciéndose más visibles”.

En nuestra provincia no se vieron animales silvestres deambulando por zonas urbanas, pero según la percepción de Flores, es esperable que empiece a suceder. Así, animales de la zona de Horco Molle podrían bajar y ser vistos en las calles de Yerba Buena.

Si bien el cambio en la fauna todavía no se notó con tanta diferencia, lo que sí se ve, y está comprobado científicamente, es un descenso en la contaminación del medioambiente. “Eso se puede ver a través de imágenes satelitales, y se observa principalmente en la zona del sudeste asiático, Europa y Brasil, donde la contaminación descendió de manera increíble”, afirmó Flores, que también es investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

En la ciudad

Esa disminución de la contaminación se vio a mayor escala en las ciudades donde la actividad industrial está más desarrollada. “El descenso de los trabajos industriales refleja una clara baja de la polución del ambiente, lo que muestra que somos causantes de una gran contaminación. Esta situación genera consecuencias negativas en la salud pública”.

En la polución del agua, como receptora de los desechos industriales, también se notó una baja de los niveles de contaminación. “Al no existir actividad humana de extensa navegación, disminuyó mucho la suspensión de partículas en el agua, lo que hace que se vea más transparente, y que se distinga con más claridad la fauna acuática”.

Alternativas

De acuerdo con el investigador, el mundo se encuentra en un momento propicio para repensar la forma en que las sociedades se relacionan con la naturaleza, y señaló que es necesario buscar alternativas de vida que sean más saludables para el medioambiente.

“Es verdad que el aislamiento que se genera por la pandemia tiene su efecto en la economía, pero también afecta el medioambiente, aunque en el último caso lo hace de manera positiva”, enfatizó.

El científico se quejó por la forma en que las industrias dañan la naturaleza en pos de obtener mayores ganancias. “No propongo acabar con la actividad industrial, pero muchos procesos deberían ser más amigables con el medioambiente”, indicó.

Para esto, Flores considera que el Estado debería aumentar sus exigencias respecto de este tipo de cuestiones, ya que argumenta que lo que se gana desde el punto de vista económico, luego se pierde por el detrimento de la calidad de vida o los gastos en salud pública que se derivan como consecuencia de la contaminación.

Para finalizar, el biólogo hizo hincapié en que no se trata de un virus creado de manera artificial. “Pensar que fue un invento artificial de algunas personas sería quitar la responsabilidad de la humanidad en esto. Esa es una idea facilista y que ningunea el trabajo que vienen realizando muchos científicos sobre este tema desde hace varios años”.

Monitoreos

Por su parte, Juan Pablo Juliá, director de la Reserva Experimental de Horco Molle, explicó que, pese a que todavía no se vieron animales silvestres deambulando por las calles de la provincia, desde la reserva ya comenzaron un operativo de monitoreo intensivo en los montes tucumanos para poder estudiar el efecto que genera en la naturaleza la baja circulación del ser humano.

“Muchos de los animales que se empiezan a ver, en realidad son de hábitos nocturnos, pero como no hay actividad humana, se animan a salir también de día, y eso es poco común”, reflexionó el biólogo.

Según Juliá, la innumerable cantidad de personas que circulan habitualmente por las zonas cercanas a Horco Molle, y los ruidos que ellas generan, insta a los animales salvajes a alejarse cada vez más y a reducir su rango de movilidad.

“En Horco Molle esperamos que los animales de la zona se hagan visibles en los próximos días, en especial con las aves”, explicó.

El director de la reserva coincidió con Flores sobre el daño que las sociedades ocasionan en el medioambiente a través de sus hábitos de consumo. Al respecto, Juliá dijo: “es un buen momento para que la gente reflexione acerca del impacto que las personas generan en el ecosistema”. “Tendríamos que ver la forma de cambiar las costumbres que tenemos como sociedad que terminan deteriorando el medioambiente, de forma que podamos coexistir con los animales”, finalizó.

Fuente: La Gaceta (Tucuman, Argentina)

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