La sostenibilidad una necesidad, también en el sector textil

Porque no olvidemos que el Planeta se adaptará a cualquier situación a la que se vea expuesto, lleva haciéndolo millones de años ¿podremos decir lo mismo de la raza humana?

Noticias Generales 01/09/2020
Ropa

Cambio climático

Es evidente que el mayoritario modelo de producción y consumo lineal imperante hasta la fecha (extraer recursos de la naturaleza, usar y tirar) es insostenible. Los recursos que nos brinda la naturaleza son finitos, los vertederos se están colapsando, los océanos se ven colmados con nuestros residuos, estamos acabando con la biodiversidad del Planeta, y esta situación va a tener un coste muy alto para la humanidad, coste que ya hemos empezado a pagar.

El cambio climático no es una predicción, es ya un hecho constatado y nos afecta a todos.  Los países más pobres, que están peor preparados para enfrentar cambios rápidos, serán los que sufrirán las peores consecuencias. Pero España, por su situación geográfica y características socioeconómicas, es muy vulnerable al cambio climático. Según el Ministerio para La Transición Ecológica, el impacto potencial es enorme, con predicciones de falta de agua potable, grandes cambios en las condiciones para la producción de alimentos y un aumento en los índices de mortalidad debido a inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor. En definitiva, el cambio climático no es un fenómeno sólo ambiental sino de profundas consecuencias económicas y sociales.

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Protagonistas del cambio

Todos hemos puesto el grano de arena que ha desencadenado esta montaña de insostenibilidad que se está desmoronando sobre nosotros. Si bien, está en manos de todos ponerle fin y establecer un muro de contención. Para ello es de capital importancia que todos los eslabones de esta inmensa cadena aportemos soluciones y aunemos fuerzas para remar hacia un mismo horizonte, la sostenibilidad y la perduración del Planeta tal y como lo conocemos.

Por ello, las empresas deben concienciarse en la utilización de recursos y procesos más sostenibles, en fabricar productos que perduren más en el tiempo, utilizar materiales que generen menor impacto ambiental y responsabilizarse de la gestión de los residuos generados fruto del desarrollo de su activad.

Los consumidores debemos ser conscientes de las consecuencias de nuestras decisiones individuales, del poder que en nuestras manos tenemos al elegir. Abogar por un consumo responsable no es sólo limitar el sobre consumismo, sino adquirir productos y servicios sostenibles en detrimento de los que no lo sean, apostando por el consumo de proximidad y depositando los residuos generados en los lugares habilitados para ello, vayamos donde vayamos.

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Los gobiernos por su parte deben promover acciones que garanticen una sociedad circular, por ejemplo creando sistemas para los residuos que actualmente se encuentren sin una gestión regulada y vigilando que se utilicen.

El sector textil

En este sentido, el sector textil no está exento de responsabilidades. Las prendas y la moda son cada vez más efímeras. El tan dañino “usar y tirar”,  no sólo existe si no que la balanza se ha descompensado estrepitosamente hacia el “tirar”. Cada vez se da menos usos a las prendas y calzados, incluso en más de una ocasión no tiene lugar el uso, reduciendo su ciclo a “comprar y tirar”.

Sin ir más lejos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha calificado a la industria del ‘fast fashion’ como “emergencia medioambiental”. La industria de la moda es la segunda que más agua utiliza en sus procesos del mundo, por detrás de la energética, y produce el 20% de las aguas residuales que se generan a escala global. Además, el sector es responsable del 10% de las emisiones de dióxido de carbono que se lanzan a la atmosfera, más que las que producen todos los vuelos internacionales y el envío marítimo de mercancías juntos.

Pero además, el vertido en España sigue siendo alarmante. Anualmente 900.000 tn de residuos textiles acaban en vertederos. La recogida selectiva del residuo textil apenas alcanza el 8-10% de lo desechado. Esta situación es más que preocupante y supondrá un grave incumplimiento de los objetivos marcados por Europa (entre ellos, alcanzar el 65% de reciclaje de residuos urbanos y reducción en vertedero hasta un máximo de 10% en 2035, así como practicar una recogida selectiva de  residuos textiles en 2025).

Soluciones

Se pone de manifiesto la urgente necesidad de  crear sistemas que aseguren la Responsabilidad Ampliada del Productor del sector textil, así como la de incentivar que las empresas aboguen por la sostenibilidad en la fabricación de productos y servicios. Es fundamental establecer métodos que aseguren la trazabilidad y la transparencia, para disponer datos fehacientes sobre la cantidad de material textil puesto en mercado, y su correcta gestión de acuerdo con la jerarquía de residuos definida por la UE.

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Es crucial trabajar en la concienciación ciudadana para que conozcan las consecuencias de la forma de consumir y de gestionar sus residuos, para recuperar la confianza perdida, y establecer mecanismos de reconocimiento de las marcas sostenibles. Es admirable la labor de pequeñas marcas en facturación, pero grandes en sostenibilidad, que a pesar de no contar con ningún tipo de ayuda, no se rinden ante las adversidades y siguen luchando por un modelo de negocio respetuoso con las personas y el medio ambiente.

Finalmente, y no por ello menos importante, es necesario un desarrollo de I+D en el sector textil y un trabajo en ecodiseño, para mejorar la sostenibilidad en todas las fases del ciclo de vida de los productos textiles y fabricar productos que generen menor impacto ambiental.

Sólo con la colaboración entre todos, sólo con el establecimiento de sinergias conseguiremos ralentizar el daño que nos estamos ocasionando.

Fuente: Es moda sostenible (.org)

 


 


 

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