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Toda crisis es una auditoría al modelo económico del momento. En ese sentido, podemos considerar que la crisis del coronavirus ha sido uno de los exámenes más grandes a los que ha sido sometida nuestra economía, sociedad y medio ambiente en los últimos 100 años
Noticias Generales09/04/2021Como señalé detalladamente en mi artículo Coronavirus, Economía Circular 4.0 y Nuevo Pacto Verde, la pandemia del Covid-19 ha puesto de manifiesto la extrema fragilidad de nuestras economías y la alta dependencia de de la cadena de suministro, fabricación y logística global, basada en la capacidad industrial de ciertas zonas geográficas.
En un modelo económico lineal, lo que es bueno para el medio ambiente, es malo para la economía; y lo que es bueno para la economía, es malo para el medio ambiente
Esta crisis también ha demostrado lo que lamentablemente muchos ya sabíamos por experiencia: que en un modelo económico lineal, lo que es bueno para el medio ambiente, es malo para la economía; y lo que es bueno para la economía, es malo para el medio ambiente.
Sin embargo, como todo en la vida, esto no tiene por qué seguir siendo así. Muy por el contrario, representa una tremenda oportunidad para comenzar a pensar, imaginar y diseñar desde ya lo que muchos denominan la Corona Economy (la economía del mundo post-coronavirus)… y mientras antes mejor.
Estamos viviendo la gran transición, desde una visión mecanicista, newtoniana y lineal del mundo -basada en la de crecimiento y recursos naturales infinitos- propia del siglo XIX, a una nueva visión entrópica, regenerativa y circular, basada en la idea de utilizar nuestros recursos escasos y finitos de la manera más eficiente, manteniendo su valor durante el mayor tiempo posible.
Como seres humanos, nos tomó miles de años transitar desde una organización basada en cazadores y recolectores a una sociedad agrícola, y tomó cientos de años pasar del período agrícola a uno industrial, caracterizado por la centralización, uso de combustibles fósiles y fabricación en masa; hoy estamos prácticamente forzados a transitar, en solo unos pocos años, hacia una nueva forma de organización distribuida, eficiente y sostenible, basada en energías renovables, digitalización y economía circular.
Hoy estamos prácticamente forzados a transitar, en solo unos pocos años, hacia una nueva era basada en energías renovables, digitalización y economía circular
Como todo cambio de paradigma en la historia de la humanidad, la transición es inevitable. De acuerdo a la tesis de Ciclos Tecnológicos de la investigadora y académica Carlota Pérez, el actual modelo económico lineal se agotó, confirmando la idea que ya estamos viviendo el nuevo cambio de paradigma tecno-económico conocido como cuarta revolución industrial.
En palabras de la propia autora, nos encontramos en el intervalo de reacomodo entre el períodos de instalación y despliegue del nuevo paradigma — Si nos situamos en la gráfica desarrollado en el libro Revoluciones Tecnológicas y Capital Financiero (2005), en el Ciclo de Vida de una Revolución Tecnológica, estamos aquí:
Durante las últimas décadas la economía lineal basada en combustibles fósiles comenzó mostrar sus falencias, riesgos y limitaciones, demostrando que ni siquiera ella estaba por sobre las Leyes de la Termodinámica. Hoy la naturaleza nos está pasando -en palabras de Jeremy Rifkin- una factura entrópica a través del cambio climático, alterando el ciclo hidrológico y afectando al ecosistema del planeta — Las pandemias, incendios e inundaciones son señales del desequilibrio que está experimentando nuestra Tierra.
Desde fines de la década de los 70 en el siglo XX, muchos países (especialmente en América Latina) experimentaron un profundo proceso de desindustrialización, que provocó el desmantelamiento de gran parte de su capacidad productiva, sobreespecializándose en la explotación de recursos naturales y procesos de bajo valor agregado.
Cuando un país se desindustrializa, el efecto no solo es material sino que mental y cultural. El “no saber cómo se hacen las cosas” afecta profundamente la forma en cómo vemos el mundo e interpretamos la realidad, y cuando esta cosmovisión llega a dominar las estrategia y políticas de desarrollo económico y social de un país, los resultados a largo plazo son catastróficos — Especialmente en un mundo cada día más incierto, aleatorio y asimétrico.
Es hora de replantear la teoría ricardiana de “ventaja comparativa” que ha dominado economía global desde el siglo XIX
Hoy, debido a la crisis del Covid-19, se ha demostrado la importancia de contar con una capacidad industrial y manufacturera nacional, no solo por la capacidad de fabricar productos de valor agregado a nivel local -que en casos como esta alerta sanitaria pueden salvar vidas y mantener la economía operando- sino también por la generación de empleos de calidad y la disminución de la huella de carbono, agua y materiales en nuestro procesos productivos.
Es hora de replantear la teoría ricardiana de “ventaja comparativa” que ha dominado economía global desde el siglo XIX, dejándonos con economías desindustrilizadas, dependientes y frágiles, lo que resulta extremadamente peligroso en un mundo que cada día enfrentará más epidemias, catástrofes naturales y cisnes negros.
La economía circular 4.0 nos permite recuperar el tiempo perdido y dar el “salto de rana” (leapfrogging) directamente desde un modelo económico lineal, desindustrializado y basado en combustibles fósiles, hacia un modelo circular, regenerativo y sostenible que nos permita subir a nuestros países al carro de la cuarta revolución industrial.
Durante los últimos años hemos podido presenciar, en tiempo real, cómo cada día se profundizaban las contradicciones del actual modelo económico lineal basado en el “hacer, usar y desechar”.
La crisis social en Chile y otros países del mundo fue el último cisne negro que demostró la necesidad imperiosa de buscar nuevas alternativas que permitieran generar nuevos modelos de desarrollo económico, social y ambiental — La pandemia del Covid-19, solo unos meses después, fue la gota que rebalsó el vaso.
La Nueva Economía no se logrará a través de la mano invisible ni la ventaja comparativa, ni la planificación centralizada de la economía y la producción
Hoy, se comienza a hablar abiertamente de la necesidad de una “Nueva Economía” e incluso de una “desglobalización”; sin embargo, sería mejor enforcarlo desde la solución y no desde el problema, y hablar de economía circular y glocalización. Debemos continuar pensando de manera global pero actuando localmente, desarrollando infraestructura de energías renovables, comunicaciones, electromovilidad, industrias 4.0 y modelos de negocios basados en economía circular, generando crecimiento económico sostenible, creando empleos locales de calidad y combatiendo el cambio climático a nivel global.
Un nuevo modelo económico significa un nuevo mindset, y como tal requiere de nuevos actores. Así como actualmente necesitamos de los emprendedores de alto impacto, la “Nueva Economía” -basada en la cuarta revolución industrial, la glocalización y la economía circular- requerirá lo que la autora y emprendedora Hilary Cottam denomina “Nuevos Industriales”: empresarios y emprendedores que lideren el cambio tecnológico y que estén interesados en aportar en el desarrollo de nuevos modelos económicos y sociales.
La “Nueva Economía” -verde, 4.0 y circular- no se logrará a través de la “mano invisible” ni la “ventaja comparativa”, ni la “planificación centralizada de la economía y la producción”; solo se conseguirá con estrategias y políticas de desarrollo público-privadas como el Nuevo Pacto Verde Global.
El mundo cambió para siempre, pero solo depende de nosotros el aprovechar esta oportunidad para que la vida post-coronavirus sea mejor para todos nosotros y también para nuestro planeta.
Fuente: Petar Ostojic (.medium.com)
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