Sorbetes plásticos: el uso se prohibió hace dos años, pero los que quedan tienen un nuevo destino

Solo en los patios de comidas de los shoppings se consumían 2 millones por mes y ahora casi no se ven. En qué los transforman junto con otros plásticos

Residuos08/02/2022
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Una práctica que hasta hace poco más de dos años era habitual, parece una costumbre que nunca existió. En noviembre de 2019, en la Ciudad se prohibió el uso de sorbetes de plástico. Fue seis meses después del inicio de una campaña en la que fueron retirados pero se entregaban a quienes los pidieran. Ahora, en febrero de 2022, el Gobierno porteño confirmó que en las inspecciones casi no son hallados y que miles de ellos retirados del mercado se usaron para elaborar otros artículos reciclados.

El dato duro, difundido en coincidencia con el "Día Mundial sin sorbetes", dice que solo el año pasado se realizaron 1.300 controles en diversos comercios y solo en uno de ellos se decomisaron 50 sorbetes. "Esto demuestra el cumplimiento de la prohibición de entrega de estos elementos y el compromiso de los vecinos con el cuidado del ambiente", dijeron fuentes de la Secretaría de Ambiente porteña.

El Día Mundial sin sorbetes es una iniciativa de la asociación Low Carbon France, que invita a todos aquellos que quieran sumarse a realizar acciones para exponer los riesgos ambientales del uso de los sorbetes.

Aquí, la proyección desde 2019 también demuestra el descenso en el uso: según números oficiales, en 2019 se hicieron 3.655 operativos de control con 23.088 sorbetes decomisados en 8 locales. En 2020, un año atípico por las restricciones que se tomaron para contener los efectos de la pandemia de coronavirus, hubo 713 controles con 396 sorbetes decomisados en 4 locales. El descenso fue más notorio en 2021.

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Las sanciones previstas van desde el pago de entre $ 13.250 y $ $ 434.600 de multa, hasta la suspensión de actividad de un mes a un año y, en casos extremos, la clausura de las instalaciones. A su vez, los vecinos pueden denunciar el incumplimiento de esta norma personalmente en la Comuna correspondiente o llamando al 147.

La resolución del entonces Ministerio de Ambiente y Espacio Público entró en vigencia en noviembre de 2019. Y fue complementaria a la prohibición de entrega de bolsas plásticas de un solo uso que se aplicó en enero de 2017. Los sorbetes fueron reemplazados por otros de cartón, en algunos casos. Aunque en la mayoría de los locales de comidas rápidas los vasos comenzaron a ser entregadas solo con la tapa.

Según estimaciones que había hecho la Agencia de Protección Ambiental (APrA) en 2019, sólo en patios de comidas de shoppings porteños se consumían dos millones de sorbetes plásticos de un solo uso por mes. 

En cuanto a las bolsas, se calcula que, desde la entrada en vigencia de la prohibición, dejaron de entregarse 500 millones por año. Con todo, siguen representando una fracción pequeña de toda la basura plástica que se genera en la Ciudad, sobre todo en envases de productos frescos o envoltorios.

La separación de la basura reciclable de la orgánica sigue siendo un tema que, aunque mostró avances, todavía está pendiente de resolver, tanto en la Ciudad, como en el resto del país. En la Ciudad, distintos estudios ofrecen la estimación de que solo la mitad de los vecinos saca los residuos separados. 

El problema con los plásticos de un solo uso es que constituye una creciente amenaza para los entornos urbanos debido a que suelen ser descartados rápidamente. Se estima que cada sorbete se usa unos pocos minutos y puede tardar entre 150 y 400 años en descomponerse; es, además, el cuarto residuo plástico más común en las costas y los océanos. 

De acuerdo con el último Censo de Basura Costera, que se realizó en las costas bonaerenses, más del 80% de los residuos que se encuentran en las playas son plásticos. A su vez, el 67% de las aves del estuario del Río de la Plata tienen plástico en su cuerpo, según un estudio realizado en septiembre de 2021 por un grupo de investigadores del CONICET.

En años anteriores, en los que hubo mayor cantidad de sorbetes plásticos decomisados, se entregaron, junto con miles de bolsas plásticas, a ONGs para fabricar elementos con plástico termofusionado. Una de ellas es Alma reciclada, que utiliza esos y otros elementos plásticos para hacer billeteras, cuadernos, agendas, macetas y estuches de anteojos, entre otros productos. 

No es una produccion propia, la fuente es el Diario Clarín (Argentina)

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