Algodón BCI. El greenwashing del algodón orgánico

El algodón BCI es el que usan las grandes marcas para decir que son sostenibles. Suelen usarlo las empresas de fast fashion en las colecciones que llaman sostenibles. Seguramente has pensado que era algodón ecológico. Pero no es así

Moda Sustentable e Industria de la Moda17/02/2022
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Primero voy a hacer un pequeño resumen de algunos tipos de algodón para que entiendas de donde viene el engaño.

ALGODÓN CONVENCIONAL

La industria del algodón crea unos 250 millones de puestos de trabajo en toda la cadena de producción. Muchos de esos puestos tienen condiciones de trabajo muy cuestionables.

En lo ambiental, el algodón convencional es más limpio que los tejidos sintéticos y genera menos residuos porque tiene una mejor capacidad de degradación que los derivados de petróleo.

Pero su cultivo tiene muchos puntos negativos. Las semillas son modificadas genéticamente y se necesitan pesticidas para su cultivo. En su transformación se generan muchos vertidos tóxicos y se utiliza gran cantidad de agua.


El algodón convencional se cultiva en zonas donde el agua potable es limitada, y donde se prioriza el cultivo de algodón, antes que la salud de las personas que lo cultivan y producen.


ALGODÓN ORGÁNICO

Para paliar el abuso y destrucción medioambiental que producen los cultivos de algodón convencional, surge la necesidad de crear un cultivo de algodón orgánico.

El algodón orgánico comienza a serlo desde la semilla, que no es transgénica y en su cultivo no se usan pesticidas. Están controladas las plantaciones para usar agua de lluvia y para que los agricultores tengan unas condiciones dignas de trabajo.


Todo este proceso es una cadena de buenas prácticas que hace que se mejore la biodiversidad de toda la zona, en vez de extinguirla.


La certificación más estricta que cubre todo el proceso se llama GOTS.  Abarca no solo la gestión de la producción, sino también aspectos medioambientales y de Responsabilidad Social Corporativa (RSC). 

ALGODÓN BCI

El algodón orgánico representa menos del 1% de la plantación total de algodón en el mundo. Y las grandes marcas dicen emplearlo casi al 100%. No hace falta saber mucho de matemáticas para ver que es imposible.

El llamado algodón BCI (Better Cotton Initiative) tiene mucha culpa de que creas que estás comprando una prenda de algodón orgánico y no lo sea.

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BCI. EL GREENWASHING DEL ALGODÓN ORGÁNICO

Better Cotton Initiative no es una certificación, ni su producción es orgánica. Su nivel de sostenibilidad frente a un producto orgánico certificado es muy bajo.

 BCI es una entidad que dicta unas medidas, pero no controla . No tiene fechas ni objetivos para conseguirlas. 

  • No usar semillas genéticamente modificadas no forma parte de su reglamento. Queda en manos del productor utilizar unas u otras.
  • No garantiza calidad del agua, ni de los derechos laborales, de los agricultores, ni de su salud.

Se podría resumir así:

  • BCI está compuesto por socios. Marcas que pagan para estar y poder usar ese algodón y hacer entender que promueven un futuro mejor.
  • Del algodón que compran a BCI para sus producciones solo el 10% aproximadamente será de cultivo sostenible (pero no orgánico). El resto no.
  • De la mezcla del 90% de algodón convencional y el 10% BCI, sale tu prenda.

El sello BCI no puede ofrecer su trazabilidad porque al ser hilado los copos de algodón ya se han mezclado con el algodón convencional.


El producto que compras con este algodón, está hecho por una marca que invierte y apoya la producción de algodón que propone BCI.

Así que nada de orgánico ni responsable.

Todo lo que sean iniciativas para eliminar tóxicos de la cadena de producción, mejorar las condiciones de trabajo y ofrecer productos más sanos a precios razonables a los consumidores, es interesante conocerlo.


Puede haber más soluciones, además de lo que conocemos como “ecológico”. El problema es, si se utilizan para blanquear sistemas de producción más baratos y más fáciles, que benefician sobre todo a los grandes.


El gran problema es que tu lo percibes como algo positivo porque no te dejan ver la diferencia. No la explican porque es negativo para ellos.

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EL MISTERIO DEL PRECIO

Y con estos argumentos ya está destapado el tema del precio.

Las prendas creadas con algodón, bajo estándares BCI, tienen precios bajos y muy competitivos frente a cualquier producto de tejido no sostenible de cualquier marca fast fashion.


A ti, como consumidor responsable que miras los tejidos, te están vendiendo que el algodón que usan es ecológico, pero a precio de algodón convencional.


Están haciendo claramente greenwashing.

Te están escondiendo el verdadero origen del tejido. Ahora se entiende porque el precio de estas prendas sigue siendo bajo. Evidentemente, porque no usan algodón orgánico.

LA TRANSPARENCIA COMO BASE DE LA SOSTENIBILIDAD

Cada vez estoy más convencida, que la transparencia es la única forma de que la sostenibilidad se vea reforzada. Y que tú como consumidor puedas saber dónde y cómo eliges.

Actualmente los gigantes del fast fashion están obligados a crear planes más sostenibles. Y como no son capaces de tener menos beneficios, crean estos laberintos opacos para ser lo que no son.

Estamos asistiendo a la lucha por ver quien tiene el tejido más reciclado. Ahora es muy fácil conseguirlos, e incluso barato.

Están vendiendo que la sostenibilidad es solo cambiar un tejido por otro. Y ¿Dónde se quedan las personas y su entorno? ¿Dónde se quedan las condiciones laborales de los trabajadores en sus fábricas, o los residuos tóxicos que dejan esos tejidos reciclados?

Cuando nos perdemos en el camino, hay que volver al principio.


Una marca no es sostenible solo por usar algodón orgánico u otro tejido responsable. La sostenibilidad tiene que cruzar los tres caminos del triple balance: medioambiental, social y económico.


Y esto parece que se olvida, o quizás, sea de nuevo greenwashing.

No es una produccion propia, la fuente es Esturirafi (.com)

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