
Verano con menos lluvias, calor extremo y más sequía: La Niña se extenderá hasta enero en Argentina
En Argentina, el fenómeno climático de La Niña seguirá presente hasta enero de 2026 y traerá menos lluvias durante el verano
El país necesita metas ambiciosas y compromisos políticos para enfrentar la emergencia climática
Cambio Climático13/06/2022
Argentina posee una gran diversidad de recursos naturales. Ellos son la base de los sistemas de provisión de alimentos y energía y, por ende, son fundamentales para nuestra vida y desarrollo socioeconómico. Sin embargo, su degradación está entre los temas más serios que enfrenta el país.
Nuestra forma de producir y consumir hace que estemos agotando el capital natural de nuestro planeta, comprometiendo su capacidad regenerativa y gastando los recursos que pertenecen a las futuras generaciones. A nivel global, demandamos 70 % más de lo que el planeta puede generar cada año y la fuerte presión que ejercemos sobre nuestros recursos naturales ya tiene consecuencias tangibles: inundaciones, sequías, olas de calor, desplazamientos de poblaciones, extinción de especies, degradación del suelo y contaminación del aire y el agua, entre otras.
Teniendo en cuenta la coyuntura del contexto poselectoral y los desafíos económicos en el corto y largo plazo, creo que es necesario abrir el debate e impulsar la toma de decisiones sobre asuntos cruciales para el presente y futuro del país. Los cambios de uso del suelo -conversión y degradación de los ecosistemas naturales- y la forma en la que generamos, transmitimos y consumimos energía son las principales causas del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Por lo tanto, si la Argentina quiere crecer de manera sostenida y sustentable, debe reordenar estos sistemas de forma tal que pueda garantizar la seguridad de alimentos, agua y energía para las generaciones actuales y futuras.
Necesitamos compromisos políticos, metas ambiciosas y acciones que permitan un desarrollo sustentable y logren achicar las brechas entre producción y conservación y entre desarrollo industrial y producción primaria. En primer lugar, es necesario frenar la deforestación ilegal y alcanzar al menos la restauración de 1 millón de hectáreas de bosques nativos hacia 2025. Necesitamos una actividad agropecuaria sustentable.
Con este fin, creo necesaria la correcta aplicación de la Ley de Bosques Nativos. Debemos hacer foco en los puntos cruciales: fondeo, definición de actividades económicas permitidas en zonas amarillas y control y monitoreo. Si seguimos al paso actual, durante el próximo mandato presidencial nuestro país va a perder más de 800.000 hectáreas de bosques nativos, lo que traerá aparejadas consecuencias irreversibles.
También hay que promover el uso racional y eficiente de la energía en todas las fuentes y sectores de consumo, reduciendo de esta forma la intensidad energética del país. Hacia 2040 el 66 % de la generación eléctrica debería provenir de fuentes renovables; el 15 %, de grandes hidroeléctricas; el 3%, de fuente nuclear, y el 16 %, de fuentes térmicas.
En cualquier caso, los desafíos de la emergencia ambiental que atraviesa la Argentina no se agotan en estos temas clave, sino que existen otros puntos calientes que la agenda política debe tener en cuenta para abordar con urgencia.
Entre otras cosas, debemos: impulsar antes del 2022 una planificación espacial marina en al menos un sitio
piloto del mar argentino; alcanzar en 2025 el cumplimiento de las metas de los planes de conservación y uso sustentable vigentes de especies nativas; minimizar el descarte en la industria pesquera, y poner en marcha un plan de ganadería sustentable.
Además, el Congreso debe sancionar en 2020 las leyes de presupuestos mínimos del ordenamiento ambiental del territorio, de las áreas protegidas y de la gestión ambiental de envases y eliminación de la entrega de bolsas plásticas en comercios. Los legisladores también deberían aprobar una ley que prohíba los microplásticos y otra de educación ambiental.
No es una tarea fácil, pero aún estamos a tiempo de revertir esta tendencia que pone en riesgo el planeta tal como lo conocemos y, por ende, también la permanencia de la humanidad en él. (Télam)
No es una produccion propia, la fuente es Martín Jaramillo (Director general de Vida Silvestre) para el diario La Gaceta (Tucuman, Argentina)

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