El boom de la huerta en casa

Con la cuarentena, el tiempo extra y la estadía en casa fueron la combinación perfecta para que mucha gente decidiera hacer su propia huerta. Vecinos cuentan su experiencia y expertos explican cómo se hace

Alimentos y Tóxicos20/11/2020
869341_202011171905190000001

Hace bastante que estaba la idea de hacer una huerta, dice Agustín Vera del Barco, uno de los tantos tucumanos que se sumaron al nuevo auge de las huertas caseras. Siempre me daban ganas de hacer una en las vacaciones, pero todas las veces terminaba pensando que como familia no íbamos a poder hacerla, que no íbamos a mantenerla, a cuidarla, porque sabíamos que no siempre habría alguien en la casa, y sumar una responsabilidad así a la rutina era algo complicado, continúa.


En los últimos meses, desde que comenzó la pandemia y, con ella, la cuarentena, muchas personas tuvieron tiempo para pensar y -posteriormente- tomar la decisión: hacer una huerta en casa. Así es que muchos tucumanos se pusieron manos a la obra y diseñaron, rastrillaron, removieron, plantaron, regaron y cosecharon; una actividad que sirvió de distracción durante el tiempo de confinamiento, pero no quedó ahí. Una vez levantadas ciertas restricciones, todos siguieron con el cuidado de sus pequeñas plantaciones pese a las flexibilizaciones.

869341_202011171905200000003
Siguiendo el relato de Agustín, el escenario cambió totalmente en su casa a partir de marzo-abril de este año. “Empezamos a tener más tiempo en la casa y ahí surgió la tremenda idea, aunque cuando lo decidimos todavía no había lugar donde comprar las semillas, pero por suerte al final conseguimos”, cuenta.

Conseguir las semillas fue un obstáculo en un comienzo, que no afectó únicamente a Agustín y a su familia. Todos los que tomaron la misma decisión se enfrentaron al mismo inconveniente.

869341_202011171905200000004

869341_202011171905200000005
Belén Luzuriaga lo resolvió yendo hasta un súper de Yerba Buena, donde sabía que las podía conseguir. Una vez allí se dirigió al sector de jardinería, eligió las semillas que más le gustaban, las cargó en su carrito, y fue hasta la caja, pero, en medio del trayecto, la interrumpieron.


Había una cinta en la góndola, pero yo las agarré igual, hasta que me dijo un señor que trabaja ahí ‘no señora, lo que está con cinta no se puede llevar, solamente puede comprar lo que es de uso imprescindible’, y las semillas parece que no lo eran, así que tuve que dejar todas. Por suerte después encontré otros dos lugares y ahí conseguí comprarlas, relata.


869341_202011171905200000006
Los problemas para Belén no se terminaron, pues cuando llegó a su casa luego de comprar las semillas que quería plantar, su marido -que es ingeniero zootecnista y sabe del tema- le dijo que se había confundido en la compra de algunas semillas. “Hubo varias que no pude plantar en ese momento por la época, pero la verdad es que la lechuga anduvo, las acelgas, las zanahorias y los rabanitos, también, así que pude armar mi huerta. A los tomatitos cherry, como mi marido me dijo que no son para invierno, los puse en una maceta y ahí crecieron y hoy estoy sacando un puñado cada cuatro o cinco días”.

“Hubo un despertar”

Liberal Hostier, un francés que, tentado por el amor, se mudó a la provincia hace 20 años, se dedica actualmente a la producción de semillas y al asesoramiento de fincas en los Valles (trabajo que debió pausar durante la pandemia).

Hostier se dedicó muchos años a realizar huertas a domicilio y con el boom que se produjo este 2020 no vio con malos ojos volver a darle tiempo a esta actividad.

869341_202011171905200000002


Este año hubo un impulso, he visto mucha gente que hizo huertas. Es como que hubo un despertar en la sociedad para producir su propio alimento. Empecé a recibir más pedidos, y como dejé mi actividad de asesoría en los Valles, retomé el trabajo de las huertas. La verdad es que me sorprendí por la cantidad de demanda, cuenta.


A la hora de realizar su trabajo, Hostier explica que se acomoda según el proyecto que cada cliente le propone y al espacio disponible con el que cuenta. “Hay gente en countries que hace huertas en canteros y hay otros que piensan en la alimentación entonces son extensiones más grandes. Esto varía desde una hectárea hasta un cantero de uno por dos metros, depende del espacio y de lo que la gente quiera”, explica el experto.

El especialista encuentra dos motivos para explicar el aumento de esta actividad: cómo conseguir alimento frescos y orgánicos y qué hago con el tiempo libre que me deja el confinamiento.

Cómo se hace 

Hacer una huerta, aunque sea una pequeña, no es una tarea ardua ni de difícil acceso, por lo que los indecisos ya pueden tomar su determinación y dar el salto. Incluso, para aquellos a los que les gusta tener contacto con la naturaleza, les resultará agradable y entretenido pasar el tiempo en esta actividad.


Lo primero es evaluar la zona, la calidad del suelo. Después se diseña la huerta: el tamaño, volumen de espacio, etcétera. De ahí, empieza el trabajo, siempre con plantas de estación, semillas sanas, orgánicas. De forma totalmente natural, tanto repeler bichos como la fertilización lo hago con materia orgánica, dice Hostier.


Por su parte, Pablo Córdoba, técnico agropecuario, también explica las claves para hacer una buena huerta: “hay que tener un buen sustrato, una buena tierra. El sustrato es la combinación del mantillo, la tierra negra y el abono, en este caso estiércol. Necesitás que tenga la densidad adecuada para que la raíz de la semilla pueda desarrollarse; si la tierra se compacta o está dura, la semilla no va a desarrollarse, o se va a desarrollar, pero no va a crecer de forma óptima”.

Otra de las cosas fundamentales según Córdoba, que también es codirector de Sos Tierra (junto con Magdalena “Malu” Sorondo), una organización encargada de promover la vida saludable y consciente con la naturaleza, es tener un buen sol, buena iluminación, y, sobre todo, un riego adecuado.


Esas son las cosas más importantes: sustrato, sol y riego. Además de mucha paciencia y dedicación, asegura.


Incluso, Córdoba y el equipo de Sos Tierra, realizan eco-ferias virtuales, en las que venden productos útiles para la huerta: fertilizantes orgánicos, plaguicidas naturales y demás.

Fuente: Diario La Gaceta (Tucuman, Argentina)

 

 

Te puede interesar
Lo más visto