
¿Hay dos polos extremos? La teoría de los dos demonios en el debate climático
¿Es verdad que en el debate climático hay dos extremos igualmente radicalizados y fanatizados?¿Quienes estarían en el medio de esa contienda?
La falta de un sistema de gestión de envases y envoltorios genera mayores volúmenes de residuos para transportar, más costos para su disposición final y un grave impacto en los ecosistemas, especialmente los marinos
Politicas Ambientales29/07/2021Cada día, cada habitante de la Argentina genera en promedio 1,15 kg de basura. Esto suma, a lo largo del año, unas 18 millones de toneladas de desechos, que apilados formarían una pirámide de 85 metros de base y tendrían la altura del Aconcagua: 6900 metros, según el último Informe del Estado del Ambiente.
Más de la mitad de lo que arrojamos a la basura, un 60% en volumen y algo más del 30% del peso, son envases y envoltorios, cuyo uso es efímero y pueden tardar más de 300 años en desintegrarse, como los plásticos, y en muchos casos ni siquiera lo hacen totalmente, generando micropartículas que contaminan el suelo, el aire y los cursos de agua.
“La falta de un sistema de gestión de envases y envoltorios genera mayores volúmenes de residuos para transportar, más costos para su disposición final y un grave impacto en los ecosistemas, especialmente los marinos”, advierte Federico Pellegrino, Líder del Departamento de Investigación y Política Socioambiental de Eco House.
Muchos de los residuos de los envases terminan en los ríos y mares; en la foto, un grupo de chicos y chicas voluntarios de la organización Versova limpian la costa de San Isidro
Lejos de retroceder, el volumen de residuos aumenta al ritmo del crecimiento poblacional y la capacidad de consumo. Una parte de ellos se entierran en rellenos sanitarios (un sistema perimido, ya que hoy se busca el reaprovechamiento de materiales a partir del reciclado y la economía circular). Pero la mayoría termina en alguno de los casi 5000 basurales a cielo abierto, que según proyecciones del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible existen en la Argentina.
Actualmente, solo se recupera entre un 10 y un 12% de los residuos generados y para ello es clave el trabajo de unos 150.000 cartoneros y cartoneras, de los que solo unos 15.000 están agrupados en cooperativas, y el resto trabajan como cuentapropistas en la informalidad.
En la Argentina, según datos del Monitor Legislativo Ambiental, iniciativa de La Nación junto a Directorio Legislativo, FARN, Eco House y Fundación Vida Silvestre Argentina, “desde hace 20 años se vienen presentado proyectos para la regulación de los envases de productos de consumo, que apuntan a la reducción de su uso y presupuestos mínimos para su gestión y disposición”. Varios de estos proyectos “perdieron estado parlamentario sin ser tratados, porque los lobbies de las empresas de consumo masivo siempre están”, señala Pellegrino.
Durante el 2020 se presentaron diferentes proyectos de presupuestos mínimos para la gestión ambiental de envases y sus residuos, y en el 2021, además de uno que propone un programa de gestión sustentable de envases, hace menos de un mes, ingresó al Congreso la Ley de Envases con Inclusión Social, que contempla el trabajo de las cooperativas de recuperadores urbanos en la economía circular.
Actualmente, el tema se encuentra en la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado. Está pendiente de dictamen para su posterior tratamiento en recinto, y de aprobarse, pasaría a Diputados.
La propuesta de Ley de Envases con Inclusión Social fue impulsada por La Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados (Conarcoop), la Federación Argentina de Carreros, Cartoneros y Recicladores (FACCyR) y organizaciones ambientalistas como Jóvenes por el Clima. Propone una amplia responsabilidad extendida del productor, incluyendo todo el ciclo de vida de los envases y no solo la fase posconsumo.
Este proyecto, que incluye a cartoneros y cartoneras como protagonistas, establece instrumentos concretos tendientes a la prevención: para generar menos residuos, eliminar la producción de envases no reciclables y el uso de sustancias tóxicas. También propone una tasa o impuesto por la generación de cada nuevo envase, que se destinará a programas de educación y reciclado, y a mejorar las condiciones de trabajo en las cooperativas de recicladores. Pero se diferencia de otras propuestas, en que el manejo de los fondos y la toma de decisiones queda en manos del Estado, y no de las empresas.
FACCyR y organizaciones ambientales, sociales y políticas estuvieron el 6 de julio frente al Congreso para dar impulso a la Ley de Envases con Inclusión Social
Es el palo y la zanahoria. Quienes utilicen material nuevo van a pagar la tasa y quienes usen material reciclado estarán exentos. Se trata de internalizar costos que antes se externalizaban. Porque cuando una empresa lanza un nuevo envase al mercado y luego se convierte en residuo, eso tiene un costo, y lo terminamos pagando todos con los impuestos.
sostiene el referente de Eco House.
La propuesta prevé mecanismos de control social y transparencia, y establece metas amplias y ambiciosas de reciclado. Asimismo, se propone crear el Sistema Nacional de Gestión de Envases (SINAGE), mediante el cual se implementarán los Programas destinados al fortalecimiento de la gestión de envases en todo el país, y la articulación y coordinación de los Sistemas de Gestión Local (SGL) de Municipios y Consorcios, para la reintroducción de los materiales reciclables en el sistema productivo. Según sus impulsores, la Ley de Envases con Inclusión Social permitiría generar 80.000 nuevos puestos de trabajo en la gestión de residuos.
Se estima que hay unos 150.000 cartoneros y cartoneras, de los que solo unos 15.000 están agrupados en cooperativas
“Queremos la responsabilidad extendida del productor. Hace años que venimos batallando y tuvimos que parar leyes que no servían porque no nos incluían”, comenta Jackie Flores, recicladora, Militante del Feminismo Popular y creadora del Primer cuerpo de Promotoras Ambientales con visión de Género en la ciudad de Buenos Aires.
La Ley de Envases con Inclusión Social va a hacer que toda empresa que genera un nuevo envase se va a tener que hacer cargo, y además genera un ingreso para impulsar sistemas de reciclado con inclusión social. Tenemos compañeros y compañeras que separan los materiales en los basurales a cielo abierto. No se puede naturalizar que trabajen en esas condiciones.
sostiene Flores.
“No queremos que se hable más de cómo disponer los residuos, sino de cómo reciclarlos”, dice la recicladora, y remarca: “los cartoneros somos los primeros cuidadores del ambiente. Y queremos que las empresas, los municipios y los ciudadanos sean parte de esta discusión”.
Desde Eco House proponen algunas “pequeñas grandes acciones” que se pueden poner en práctica para achicar el volumen de residuos en el hogar:
Fuente: Diario La Nacion (Argentina)
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