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La ONG MarViva plantea que el reciclaje no es una solución efectiva para reducir la contaminación y que las prohibiciones no se traducen en un decrecimiento económico. Sostiene, además, que algunas alternativas como los bioplásticos no son biodegradables en condiciones naturales
Residuos15/06/2021En Colombia cada persona consume 24 kilos de plástico al año y solo se recicla el 7 por ciento del más del millón de desechos que de este material se producen. Esto ubica al país como la nación que más contribuye a la contaminación del mar Caribe con plásticos, por encima de México y Estados Unidos.
Según el Dane, en Colombia se usan aún, en promedio, 1.885 bolsas plásticas por minuto, situación que da cuenta del enorme problema que existe respecto no solo al uso excesivo de este material, sino además frente a la adecuada disposición final, ya que los plásticos, en su mayoría, no se biodegradan sino que se fragmentan en microplásticos.
Por esa razón, la Fundación MarViva decidió enviar una carta a la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes en respaldo al proyecto de ley “por el cual se prohíbe en el territorio nacional la fabricación, importación, exportación, comercialización y distribución de plásticos de un solo uso".
En el documento, la ONG regional, que promueve la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos y costeros, expone cuatro consideraciones técnicas importantes que soportan la necesidad de aprobar dicha iniciativa legislativa y que resultarán útiles para los congresistas cuando comience la discusión del proyecto.
Lograr implementar medidas efectivas para mitigar la contaminación por plásticos de un solo uso implica partir de un enfoque de ciclo de vida, que parte por reconocer que el plástico contamina desde que se produce hasta que se desecha. Esto supone establecer medidas que partan por reducir el uso y consumo de los plásticos más problemáticos. Para lograrlo, es importante implementar la jerarquización de los residuos sólidos, en donde el enfoque preferido es la prevención de la generación de desechos. El mejor residuo es el que no se genera.
El reciclaje, por el contrario, ha probado ser una solución inefectiva para la contaminación por plásticos de un solo uso. Se sabe que no todos los plásticos pueden reciclarse. Aquellos que sí, solamente pueden someterse un número limitado de veces a ese proceso.
En Colombia se consumen aproximadamente 1.000.000 toneladas de plástico anualmente y el 93% de los plásticos de un solo uso no se recicla, según la Procuraduría General de la Nación.
Adicionalmente, advierte la ONG, que el porcentaje de responsabilidad extendida del productor de plástico es solamente del 30 por ciento, lo que quiere decir que los productores no están obligados a reciclar el 70 por ciento de su producción. Por esta razón, hoy en día más de 300 ciudades y 55 países alrededor del mundo han establecido prohibiciones a plásticos de un solo uso con el objetivo de reducir su consumo y así, disminuir la cantidad de desechos generados.
Algunas estimaciones han indicado que una estrategia de gestión de plásticos de un solo uso centrada únicamente en el reciclaje, daría lugar a que 18 millones de toneladas métricas de plástico fluyan hacia el océano anualmente en 2040, lo cual es superior a la cifra actual.
Un escenario económico mundial en el que no se reduce la cantidad de desechos plásticos tiene un costo económico anual asociado de 670.000 millones de dólares para los gobiernos y 10 trillones de dólares para el comercio. La introducción de prohibiciones, junto con medidas que mejoren la gestión de los desechos plásticos que efectivamente pueden ser reincorporados a la cadena productiva, ahorraría 100 millones de dólares anualmente a los gobiernos, dos trillones de dólares a los comercios y aumentaría en un millón el número de empleos.
Esto indica que, bajo un escenario con medidas integrales, no se aumentaría la tasa de desempleo y se ahorrarían varios costos asociados a gestión y contaminación plástica.
De acuerdo con MarViva, desde una perspectiva netamente económica, la prohibición de algunos plásticos de un solo uso es la única medida que supone un costo cero. Por cada tonelada métrica de plástico eliminado, la red económica se ahorraría un total de 2.241 dólares. Entre tanto, el uso de productos reutilizables por parte de los consumidores significaría un ahorro de 1.289 dólares e incluso, esquemas de domicilios que incentivan el uso de productos reutilizables ahorrarían un total de 516 dólares por cada tonelada métrica de plástico que deja de ser consumida.
Según MarViva dejar de utilizar plástico en los procesos industriales generará menos gastos a las empresas. Foto: Getty Images.
Continuar con el uso y consumo de plásticos de un solo uso, en cambio, podría afectar sectores ecónomicos que tienen un importante aporte a la economía nacional, como la industria del turismo y la pesca. Se sabe que el deterioro de los entornos marinos se asocia directamente a la reducción de los ingresos por turismo y actividades recreativas, daños en embarcaciones, y perjuicios a la salud pública. Se estima, además, que este impacto económico es de aproximadamente 13.000 millones de dólares estadounidenses por año en el mundo.
Según con el Centro de Información Turística de Colombia, en 2019 el turismo aportó un promedio 3,79 por ciento al Producto Interno Bruto. Este sector empleaba al 27,45% del total nacional, mientras que el sector pesquero generaba empleos para 1.439.778 de personas el pasado, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura.
Algunas afirmaciones indican que las alternativas biodegradables en condiciones naturales a los plásticos de un solo uso son más contaminantes desde un enfoque de ciclo de vida. Sin embargo, en estos análisis se suelen omitir los impactos negativos que los plásticos de un solo uso tienen durante su producción, su consumo y una vez se convierten en desecho.
En Colombia, según la Procuraduría General de la Nación, el 9 por ciento de los plásticos de un solo uso no se reciclan. La producción de plásticos tiene su orígen en la industria petroquímica y genera anualmente 850 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, por lo que contribuye de forma negativa al cambio climático.
La mayoría de los plásticos que los humanos botan llegan a los mares. Foto: Greenpeace Colombia.
Además, se tiene evidencia de que los plásticos ya han entrado al organismo humano. Estudios recientes han encontrado microplásticos en sales de mesas y heces humanas. Incluso, algunas investigaciones han llegado a documentar posibles impactos negativos en la salud humana.
El plástico es indestructible una vez se convierte en desecho. En entornos marinos, los desechos plásticos afectan casi 700 especies marinas, desde el zooplancton hasta las ballenas, incluidos los peces destinados al consumo humano.
Por estas razones, es fundamental que el principio de precaución se aplique a los plásticos de un solo uso y no solamente a sus alternativas biodegradables en condiciones naturales. Existe suficiente información científica de soporte que demuestra los impactos negativos de estos elementos
señala MarViva.
Los denominados como bioplásticos no son biodegradables ni compostables en condiciones naturales y difícilmente lo serán. Este tipo de plásticos requieren de condiciones de disposición final muy específicas creadas en instalaciones industriales con las que actualmente no cuenta Colombia.
Por lo anterior, este tipo de plásticos tienen los mismos impactos negativos que los plásticos convencionales en el medioambiente, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Fuente: Semana (.com)
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