Los inesperados números del empleo sostenible en Argentina

"Puede parecer una cifra pequeña, pero lo que importa es lo que hay detrás de ese número", sentenció Marina Arias, directora ejecutiva de Sistema B en la presentación de las 200 primeras empresas certificadas B en el país. Qué impacto real tiene esto en la economía

Noticias Generales04/08/2023Marcos BachMarcos Bach
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MARCOS BACH

En el mundo hay 7.141 Empresas B de las cuales algo más de 1.000 se encuentran en América Latina. Dentro de esas, 205 (el 20% de la región y el 3% a nivel global) son argentinas. En ese porcentaje, que comparte desde MDZOL, se destacan las mendocinas ya que con 15 Empresas B la provincia cuyana es la 4° en el ranking nacional de sostenibilidad. En off, los expertos de Sistema B -la organización que trabaja por un sistema económico equitativo, inclusivo y regenerativo para todas las personas y el planeta- destacan la tradición que Mendoza tiene en su compromiso con el cuidado de las personas y del medio ambiente.

"La UnCuyo fue la primera universidad de Latinoamérica en incorporar la especialización en Triple Impacto dentro de la carrera de Administración de Empresas", dicen y acotan que cada vez son más las bodegas que se acercan a Sistema B con la intención de saber si están por buen camino en lo que respecta a sostenibilidad.

Para entender el impacto de que ya sean más de 200 las empresas certificadas B en el país, Marina Arias -directora ejecutiva de Sistema B señala que es clave trazar una línea de tiempo y recorrerla haciendo escala en unos pocos hitos pero también con una mirada más abarcativa que permita entender procesos que se dieron en la sociedad.

Recuerda que en 2012, cuando se creó la organización, "había que explicar muchísimo" acerca del impacto de las personas y de las empresas en el medioambiente. Hoy, en cambio, hay buenas prácticas que se convirtieron en hábito no sólo a nivel individual -lavar y separar envases, por nombrar una entre muchas- sino también para las empresas que cada vez más apuestan a la búsqueda de altos estándares de desempeño social y ambiental, además de ir por la transparencia y la trazabilidad. Incluso los gobiernos están dando pasos más o menos importantes en el mismo camino. 

Hoy el cambio climático es algo que nadie pone en cuestión y pensar en la sostenibilidad se ha vuelto algo cotidiano para la sociedad y para las compañías. Por eso, Sistema B logró, en poco más de dos años, duplicar la cantidad de certificaciones que había conseguido en sus primeros 8 años. Y la tendencia marca un crecimiento exponencial.


Hay un cambio de mentalidad. Las Empresas B son punta de lanza y están demostrando que eso de lo que hablamos, de las empresas poniendo en el centro a las personas y al planeta es posible, que realmente se puede hacer.

señala Arias.


Está convencida de que hay un cambio no sólo porque cada vez hay más Empresas B certificadas en el país sino porque cada vez son más los directivos que se atreven a cambiar las reglas de juego y eso tiene impacto no sólo en su sector o compañía sino a nivel social. "Podemos jugar este juego de otra manera. Estamos acostumbrados a que ganar sea sinónimo de rentabilidad y como movimiento resignficiamos ese sentido del éxito: una empresa exitosa debe ser una empresa que se preocupa por la sociedad, por el planeta".

Marca un cambio social clave. "¿Qué sentido tiene trabajar en una empresa donde alguien más se lleva la plata y nuestro trabajo durante 8, 10, 14 horas no tiene ningún sentido para nosotros?", pregunta Arias en forma retórica dejando claro que hay un cambio radical en la forma de entender el trabajo y que el propósito -ese famoso "para qué"- del que se habla tanto atraviesa las decisiones no sólo de las personas sino también de las empresas. 

"Evolucionamos en el camino y hoy ya no hay que explicar qué es lo que viene", asegura Arias y comenta que 200 es un número importante porque detrás de eso "hay un montón de empresas que -aun con políticas que apuntan a mejorar su desempeño social y ambiental- deciden no certificar. Pero lo que hay atrás de estas 200 empresas hay un cambio de mentalidad". Consciente de esto, enfatizó que la tarea de Sistema B fue y sigue siendo "apuntalar el crecimiento de triple impacto". 

Arias reconoce que aun hay mucho por hacer ya que "con 200 empresas no vamos a cambiar el sistema". Y señala que entonces entran en juego otros actores ya que "algo que aceleraría ese proceso es el reconocimiento a las empresas de triple impacto". Para esto es clave la sanción de la llamada Ley BIC -Ley de beneficio de interés colectivo- que es "una de las maneras que tenemos como movimiento para impulsar nuestro propósito".

Entre los proyectos que llegaron al congreso hubo uno que en 2018 tuvo media sanción en Diputados pero luego perdió Estado parlamentario. También se presentaron otros proyectos que corrieron la misma suerte y este año hay dos proyectos, uno en cada cámara, que buscan regular este espacio. "No es sólo una ley para empresas sino para las personas, para el planeta, es una ley que acelera las posibilidades de resiliencia del país", afirma la directora ejecutiva de Sistema B en Argentina.  

Dónde están, cuánto facturan y cuántos empleados tienen las Empresas B en el país

Cómo parte del movimiento global B Lab, Sistema B trabaja para que las empresas sea agentes de cambio e inviertan recursos en la generación de soluciones a problemáticas socioambientales. Un aspecto clavee trata de convertir a las empresas en ONG u asociaciones sin fin de lucro sino de promover la idea de que "hacer negocios buenos deriva en buenos negocios", como explicitó Ricardo Minicucci, fundador de Trasa y presidente del Consejo Empresario Sistema B.

En Argentina hay 205 Empresas B certificadas que trabajan en 29 industrias diferentes que van desde la moda y la cosmética hasta la ganadería pasando por servicios, gastronomía y vinos, entre otras. Las dos primeras en obtener la certificación de Empresa B fueron Emprendia y Ovis. El denominador común entre todas ellas es que buscan dejar la mejor huella posible en el mundo y esto define su misión -el "para qué"-. Una característica que comparten es el compromiso de los accionistas para tomar decisiones que tengan en cuenta variables ambientales y sociales. 

Para obtener esta certificación, las empresas realizan una Evaluación de Impacto B en forma gratuita y confidencial. La misma permite a las compañías tener un claro estado de situación respecto a cómo es su huella actual. Esta evaluación busca ser una hoja de ruta, que vaya guiando a las empresas a ser mejores sin perder el objetivo de la rentabilidad económica.  

Las 205 empresas que constituyen el ecosistema B en Argentina emplean a 18.000 personas y facturan U$1.581 millones al año. La mayoría de ellas (88) se encuentra en la provincia de Buenos Aires. El podio lo completan la Ciudad de Buenos Aires, con 61 empresas, y Córdoba, con 17.

Las demás Empresas B del país se encuentran en Mendoza (15), Santa Fe (10), Río Negro (4), Neuquén (3), Chubut y La Rioja, con dos Empresas B cada una, y San Juan, Jujuy, Tucumán y Corrientes, con una compañía certificada B en cada caso.


Las Empresas B son faro, son compañías que están abriendo el camino hacia una nueva manera de hacer negocios. No es necesario tener la certificación para generar impacto positivo.

reflexiona Arias.


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