
En la lucha contra el cambio climático, hay otro gas de efecto invernadero que, aunque menos abundante, es mucho más potente y está jugando un papel cada vez más preocupante: el metano (CH4)
Se estima que estos residuos crecerán un 3100% en los próximos 25 años en le ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, y entonces la pregunta obvia es saber si se puede hacer algo con ellos
Contaminaciones06/05/2024La depuración de aguas cloacales posee innegables beneficios sociales y sanitarios, pero también una contracara: genera una enorme cantidad de biosólidos: Un estudio académico divulgado por Sobre la Tierra dice que sería de gran utilidad usarlos como fertilizantes agrícolas, ya que emiten menos gases de efecto invernadero que esos mismos insumos de síntesis química.
Pero claro, todavía está pendiente su aprobación oficial para la agricultura.
“Cuando ‘tiramos la cadena’, abrimos la canilla o nos bañamos, el agua que se va por el caño lleva materia orgánica, microorganismos y contaminantes. Como no podemos liberarla al ambiente ni devolverla al sistema, la colectamos y depuramos en plantas de tratamiento. La fracción orgánica separada del agua tratada constituye los barros cloacales, que después de ser higienizados y estabilizados originan los biosólidos”, explicó Hernán Kucher, docente de la cátedra de Química de Inorgánica y Analítica de la Facultad de Agronomía de la UBA.
Hay que tener en cuenta que los biosólidos tienen contaminantes; liberarlos sin un control al ambiente podría tener impactos negativos. El trabajo que publicamos en fertilizar.org muestra que en el AMBA se generan más de 50 toneladas de barros cloacales por día, y debido a la ampliación del sistema de saneamiento, se estima que en el 2050 llegaremos a 1.550 t/día; o sea, un 3100% más. Debemos hallar una forma de usarlos sin afectar el medio.
Kucher afirmó, en Bicho de Campo, que hay alternativas para aprovechar esos enormes volúmenes. “Estamos realizando un ensayo para convertir biosólidos en abonos o enmiendas para el suelo. La idea es evaluar su desempeño como fertilizantes y su impacto ambiental en plantaciones de sauces. En particular, su emisión de gases de efecto invernadero respecto de otros productos”.
En primer lugar, el trabajo de Kucher consistió en estabilizarlos con diferentes métodos. “Les aplicamos dos procesos distintos de digestión: uno es anaeróbico (es decir, sin oxígeno), y otro, aeróbico. Este último consiste en compostar los biosólidos antes de usarlos como abono. Esto permitirá, luego, comparar qué alternativa afecta menos al ambiente”, puntualizó.
Cuando usamos el biosólido digerido anaeróbicamente en las plantaciones de sauces, registramos emisiones mayores que en parcelas sin aplicación. Sin embargo, estimamos que estas emisiones serían menores a las generadas por dosis equivalentes de urea, un fertilizante muy difundido.
En particular, el docente analizó el óxido nitroso, un gas 300 veces más potente que el dióxido de carbono. Estos datos fueron publicados en las actas del XXVIII Congreso de Suelos de la Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo.
En el caso de “la aplicación de biosólidos compostados no aumentó la emisión de óxido nitroso desde el suelo con respecto al tratamiento sin enmienda”, sostuvo Hernán.
Para sacar conclusiones globales sobre qué alternativa sería más conveniente, aún falta determinar la magnitud de las emisiones que se producen durante el compostaje. Estos datos preos sociales, ya que hoy solo 66% de la población accede al sistema, y apenas el 2,5% en las comunidades vulnerables.
Otros impactos positivos de la valorización de biosólidos involucran, por ejemplo, no enterrar residuos y disminuir el uso de fertilizantes. A su vez, con estas enmiendas, los suelos se beneficiarían al mejorar sus propiedades físicas, químicas y biológicas, o al bajar el riesgo de que los contaminantes lleguen a las napas freáticas.
Por último, el docente dijo que estos residuos cloacales “en otros países ya se emplean en producciones agrícolas destinadas a la alimentación humana. Tomando las precauciones necesarias para minimizar riesgos sanitarios y ambientales, sería posible reproducirlo en nuestro país”.
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