Cómo el empoderamiento de las mujeres puede ayudar al sur de África a combatir el cambio climático

África austral se está recuperando de su sequía más grave en un siglo, impulsada por los efectos extremos a corto plazo de El Niño y los implacables efectos a largo plazo del cambio climático

Noticias Generales25/09/2024Marcos BachMarcos Bach
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La cosecha de maíz, atrofiada por El Niño, amenaza su sustento y el de millones de personas más en Zimbabwe

MARCOS BACH

En países como Zambia, Zimbabwe y Malawi, las cosechas han fallado, el ganado y la vida silvestre están muriendo, y la inseguridad alimentaria está poniendo en riesgo a más de 20 millones de personas.

A pesar de la magnitud y el alcance de esta crisis, la comunidad internacional puede unirse para ayudar. Se necesitan acciones urgentes y estratégicas –acciones que ayuden a empoderar a las organizaciones lideradas por mujeres en particular– para abordar estos graves desafíos, salvar vidas y construir comunidades más resilientes capaces de enfrentar futuras emergencias. El momento de actuar con urgencia, deliberación y planificación estratégica es ahora.

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La sequía en el sur de África ha diezmado los cultivos y aumentado la inseguridad alimentaria en toda la región, como se evidencia en esta imagen donde las plantas de maíz se han secado en Cabo Delgado, Mozambique. Foto: CARE

En toda África meridional, la sequía está causando estragos en las comunidades, especialmente en las zonas rurales, donde las mujeres y las niñas son las más afectadas. Al secarse las fuentes de agua, la gente se ve obligada a compartir lo poco que tiene con los animales, lo que aumenta el riesgo de enfermedades. Los campos están yermos bajo el sol implacable, lo que provoca una hambruna generalizada. Los niños están demasiado débiles para levantarse por la mañana y muchas familias sobreviven con una sola comida al día.

Esta sequía no sólo está robando a la gente comida y agua: también está despojándola de su humanidad, su salud y su esperanza.

Las mujeres y las niñas corren un riesgo especial. Al recorrer mayores distancias para encontrar agua, se enfrentan a mayores riesgos de violencia de género. Al mismo tiempo, para conseguir alimentos, son más propensas a recurrir a actividades como la prostitución o el sexo transaccional, una cruda realidad que se ha documentado en crisis anteriores.

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Reicco, de 56 años, madre de cinco hijos y líder de 25 agricultores de la aldea de Sikalongo, Zambia, muestra sus cultivos marchitos. La actual sequía provocada por El Niño ha devastado granjas en todo el país. Foto: CARE Zambia

En Malawi, Zambia y Zimbabwe, la prolongada sequía ha provocado cosechas totalmente fallidas. En Malawi, una grave escasez de maíz ha disparado los precios, dejando a 4.4 millones de personas en crisis. En Zambia, 9 millones de personas en 84 distritos ya están lidiando con las duras consecuencias de este desastre. En Zimbabwe, al menos 2.7 millones de personas se enfrentan a la inseguridad alimentaria, aunque es probable que la cifra real sea mayor. Las regiones meridional y central de Mozambique también están sufriendo, con precipitaciones inferiores a la media que retrasan la temporada de lluvias y agravan las condiciones de sequía.

Más de 565,000 personas en las provincias de Inhambane y Gaza corren el riesgo de sufrir una grave inseguridad alimentaria. Incluso en Madagascar, donde las lluvias de los ciclones Álvaro y Gamane proporcionaron un breve alivio, las perspectivas son sombrías: más de 262,000 niños menores de cinco años sufren desnutrición aguda.

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El empoderamiento de las organizaciones lideradas por mujeres es una de las claves para generar resiliencia en las regiones del sur de África afectadas por la sequía. Foto: CARE

Apoyar a las organizaciones lideradas por mujeres y a las plataformas de colaboración humanitaria es esencial para abordar las necesidades a nivel comunitario y mitigar los riesgos de violencia de género exacerbados por la crisis del hambre. Debemos centrarnos en ayudar a las comunidades a ser más resilientes, especialmente empoderando a las mujeres y las niñas. Esto incluye programas como la agricultura climáticamente inteligente, que han demostrado grandes resultados a la hora de ayudar a las personas a adaptarse al cambio y crear un futuro más igualitario. La situación en el sur de África exige una acción urgente de los gobiernos, las organizaciones humanitarias y los socios internacionales. Si abordamos las brechas de financiación, priorizamos la financiación directa y flexible, mejoramos el acceso a los fondos y agilizamos los mecanismos de financiación, podemos proporcionar asistencia vital, restablecer servicios esenciales y sentar las bases para la resiliencia y la recuperación.

Empoderar a las mujeres y las niñas no es sólo un imperativo moral, desde Care explayan que, es una estrategia práctica para desarrollar resiliencia.

La situación en el sur de África exige una acción urgente de los gobiernos, las organizaciones humanitarias y los socios internacionales. Es necesario abordar las deficiencias de financiación y los donantes deben priorizar la financiación directa y flexible que pueda llegar a los más necesitados. Si mejoramos el acceso a los fondos para los agentes locales y las ONG internacionales con fuertes vínculos comunitarios, podemos garantizar que la asistencia vital llegue allí donde más se necesita.

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En la árida región centro-sur de Zimbabue, un pozo comunitario y un jardín alimentados con energía solar, creados por la comunidad local con el apoyo del proyecto Takunda, financiado por USAID y dirigido por CARE Zimbabue, han sido fundamentales para mitigar los efectos de estas sequías recurrentes. Foto: Tanaka Chitsa/CARE

La financiación inmediata es fundamental para evitar que la crisis se agrave. La asignación oportuna y estratégica de recursos es esencial para cubrir todos los sectores y regiones del Plan de Respuesta Humanitaria para África Meridional. Los donantes deben comprometerse a proporcionar financiación adicional que sea previsible, plurianual y flexible. Esto permitirá a los agentes humanitarios no solo abordar las necesidades más urgentes, sino también restablecer los servicios esenciales y sentar las bases para la resiliencia y la recuperación a largo plazo.

Iniciativas exitosas como el proyecto Takunda de USAID en Zimbabwe y el proyecto Adaptación basada en la comunidad: ampliación de la acción comunitaria para mejorar los medios de vida y los ecosistemas en el sur de África y más allá (CBA-SCALE Southern Africa+) en Mozambique, Zambia y Zimbabwe ofrecen modelos de cómo las estrategias de resiliencia pueden enfrentar eficazmente los impactos de El Niño. Estos programas se centran en mejorar las prácticas agrícolas, la gestión de los recursos naturales y las estrategias de adaptación lideradas por la comunidad, desempeñando un papel crucial en la mitigación de los desafíos relacionados con el clima y el fomento del desarrollo sostenible.

El mundo no puede quedarse de brazos cruzados mientras millones de personas en el sur de África se enfrentan a la cruda realidad del hambre y la desesperación. Unámonos, abordemos la crisis y evitemos una mayor devastación. Demos a la esperanza la oportunidad de volver a florecer en el sur de África.

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