Cambio climático: ¿Qué tiene que ver conmigo la sostenibilidad?

Cómo ir avanzando hacia un ecosistema integrado por Gobiernos y Ciudadanos y por Empresas y Consumidores

Cambio Climático11/11/2024Marcos BachMarcos Bach
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MARCOS BACH

Introducción: ¿puede dudarse sobre la gravedad del Cambio Climático?

En los últimos años pudieron escucharse campañas de políticos de Latinoamérica, típicamente no moderados, negando el Cambio Climático. Cuesta entender cómo sus asesores no les cuentan que existe un grupo de expertos mundiales para Cambios Climáticos (IPCC), que es un "cuerpo" de Naciones Unidas, cuyo trabajo es investigar científicamente los cambios climáticos originados por actividades humanas. 

El IPCC va por su sexto grupo de informes, en los que presentan escenarios optimistas, moderados y pesimistas de impacto mundial si no bajamos el calentamiento global por debajo de los 2 grados. Ya leer el escenario optimista da escalofríos.

Asumo que estos políticos no leen los récords anuales de temperatura alta y baja (el año pasado se supero la máxima de promedio mundial de 17 grados, ¡¡¡y la máxima registrada en la historia 66 grados!!!). Esto genera más incendios, nuevos refugiados "climáticos" (se suman a los que migran por temas políticos, guerras y hambrunas), o inundaciones. Y convierte zonas productivas en zonas ya no cultivables, con más concentración en grandes urbes (desempleo futuro), etc.

El problema, como describen en El Cronista, de esta historia es que tiene capítulos si fuera una Serie o, en términos financieros, cuotas chicas, las cuales no percibimos o no somos del todo conscientes. Ni consumidores (a menos que se les hayan incendiado o inundado la casa), ni empresas ni gobiernos. Digo "del todo conscientes" porque existen personas conscientes en cada uno de estos grupos, pero hay incongruencias en la ejecución de acciones para lograr que seamos sostenibles y viables en este crecimiento de la temperatura global.

¿Qué tiene ver conmigo la sostenibilidad?

Empecemos con el ciudadano, el gobierno y sus responsabilidades. El ciudadano tiene el poder del voto. Tiene el poder para poner en la mesa el tema ambiental con el mismo peso que tienen hoy la salud, la educación, la seguridad y la economía. En la medida en que al ciudadano le interesen los temas ambientales, los políticos decidirán hacer campaña con esta temática y contratarán personas idóneas que elaborará planes y, finalmente, promulgarán decretos, reglamentaciones y leyes.

En países líderes en sostenibilidad, como Dinamarca, han sido fundados en los últimos 60 años cuatro partidos en Alemania, cuatro en Noruega, cuatro en Bélgica; y dos en Países Bajos. En países subdesarrollados, dos en Colombia, uno en Argentina (que se cerró en 2010), uno en Chile y uno en Perú. En algunos casos, como Suecia, Nueva Zelanda y Austria, los partidos verdes han logrado ganar elecciones con la política ambientalista como un pilar central e innegociable.

El tema ambiental o de la sostenibilidad debería ser un "Plan de Estado" al que no se lo cuestione por la bandera del partido. Una temática que esté arriba de todas. Temáticas como la corrupción no son una problema de la izquierda, del centro o de la derecha, sino que los cruzan a todos. Cuidar nuestro planeta debería también cruzar, o mejor dicho, inspirar, a todos, ¿no?

Sigamos con el rol de consumidor. Es éste el que consume/compra y convierte un producto en un éxito comercial si se vende mucho. Si el consumidor ignora el impacto de comprar comida y recibirla en una bandeja de plástico de única vez; de bolsas que se terminan quemando muchas veces en vertederos; o de la emisión de CO2 liberada en su producción para una "vida útil" de sólo 1 hora.... Si desconoce esto, difícilmente quiera cambiar su hábito y patrón de consumo.

Entonces, primero, el consumidor debe ser consciente y estar capacitado sobre qué produjo el calentamiento climático. Luego, tiene que verse como parte de la solución, para finalmente empezar a accionar en consecuencia. Cuando el consumidor consumista se convierta en un consumidor consciente impactará en lo que el productor produce, sea un bien o un servicio, porque demandará que éste sea sostenible e impacte positivamente en el ambiente o en comunidades sociales si participan en su producción y entrega.

De esta manera, las empresas se verán obligadas a ofrecer sólo productos o servicios sostenibles, independientemente de que exista una Ley que lo demande. No es lo mismo ofrecer un producto al consumidor argentino que al consumidor europeo, en términos de su exigencia. El consumidor que compra un bife de carne en Argentina, no quiere saber si el campo donde se engordó la vaca era "deforestado", o las vacunas que tuvo la vaca o la alimentación que recibió a lo largo de su vida. En cambio, en Europa puede ser una obligación la certificación de la trazabilidad del bife.

La sostenibilidad en una empresa

Sigamos por los disparadores que motivan al cambio hacia la sostenibilidad en una empresa. Estás pueden ser motivadas a ser sostenibles por varias razones. Por ejemplo,

  • el ingreso de un nuevo líder, consciente de que la operación debe cuidar al planeta o regenerarlo;
  • el consumidor, que se volvió más exigente o consciente, lo demanda;
    fue fondeada por un "Bono Verde" que exige propósito de la inversión y seguimiento;
  • los nuevos empleados que ingresan lo piden para alinear su propósito ambiental o social con el de la compañía
  • una Ley/Reglamentación que la obliga, como la Ley de Responsabilidad del Productor de varios países de Latinoamérica, que lo obliga a recuperar el envase que el consumidor ya usó en su domicilio.

Conclusión

Es un falso dilema el plantear si tienen que ser los ciudadanos primeros que ponen en marcha "el movimiento verde" que los gobiernos deben escuchar y asimilar, o los consumidores que exijan productos que cuiden al medio ambiente o que incluyan grupos sociales necesitados para que las empresas, para que luego, éstas ofrezcan productos sostenibles.

Las fallas climáticas afectan a todos por igual, ciudadanos, consumidores, empresas y gobiernos, cada uno, con un alcance diferente en su participación en la solución.

No puede haber partidos políticos que no incluyan políticas de cuidado del ambiente e inclusión social, porque el planeta y su cuidado deben estar arriba de las ideologías que los demarcan o conforman. De hecho, en algunos países desarrollados del norte de Europa, ser "Net Zero" en la emisión de gases de efecto invernadero es una Política de Estado, que cada gobernante hereda y continúa. Recordemos que la concentración de estos gases en la atmósfera es lo que retiene el calor en la Tierra, más calor del que podemos soportar.

economía

Por otro lado, no puede haber ciudadanos que no exijan a sus gobernantes acciones concretas de cuidado al planeta. Ni puede haber consumidores a los que "les dé igual" comprar productos con materiales vírgenes versus materiales reciclados, o pedir bolsas plásticas para llevar sólo un producto.

Y no puede haber compañías que decidan operar "más fácil y barato" que operar en forma sostenible, porque éstas pueden no estar en el futuro por no haber comprendido que esta temática era estratégica para la supervivencia de sus empleados, y también, consumidores.

Es hora de que para todos/as, la sostenibilidad o sustentabilidad sea el tema nro 1 en nuestras agendas, sea consumidor, ciudadano, funcionario público o gerente de una compañía, y todos los días, durante el desayuno, preguntarnos "qué acción mínima puedo hacer hoy para estar contribuyendo para sanar lo que todos/as nosotros/as enfermamos, nuestro planeta. Nos creímos dueños, pero solo fuimos, somos y seremos inquilinos con obligación de dejar las cosas mejor de lo que como las encontramos.

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