Pequeños hábitos hogareños para contrarrestar el calentamiento global

Sí o sí tenemos que repensar el estilo de vida que llevamos, pero es empezar de a poco. Paso a paso. Tenemos que evitar nuestras interminables to-do lists

Contaminaciones17/03/2022
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Todos escuchamos hablar sobre el calentamiento global; la problemática de los microplásticos en los océanos; la pérdida de la biodiversidad; o que si la población global crece como se estima (9.600 millones de personas para 2050), requerirá el equivalente a tres planetas sostener el estilo de vida actual.

Son situaciones que nos invitan a tomar conciencia del impacto que viene asociado a nuestro estilo de vida y a las decisiones que tomamos. Éste puede ser tanto social como ambiental, e incluso impacta sobre nosotros mismos.

Por alguno de estos -u otros- disparadores muchos nos vemos atraídos por hacer un cambio en nuestro estilo de vida actual., pero quedamos a mitad camino abrumados por la cantidad de cambios que podemos hacer y sin un primer paso claro.

Sí o sí tenemos que repensar el estilo de vida que llevamos, pero es empezar de a poco. Paso a paso. Tenemos que evitar nuestras interminables to-do lists, no son la mejor de las maneras para empezar: quien mucho abarca, poco aprieta ¿no? Y hoy realmente necesitamos que los cambios que cada uno adopta sean duraderos y sostenibles.

Nuevas formas de habitar, respetando el ambiente y las personas

Nosotros recomendamos siempre empezar por casa y por los productos que consumimos. Es elegir ese ambiente donde uno se siente más cómodo y se animaría a hacer los primeros cambios. Probablemente allí también nos resulte más fácil y sostenible cambiar.

Una vez elegido el ambiente, observá: ¿qué elementos y productos lo componen? ¿que hay en la basura? (eso descartable seguramente sea lo primero que quieras cambiar). Es observar, no juzgar. Y cuidado con querer tirar todo para reemplazarlo por opciones más sustentables: “lo más sustentable es lo que ya tenemos” (@lalocadeltaper).

Lo ideal es elegir hasta 3 productos (por ejemplo, lo que se está por terminar o lo que descartás con mayor frecuencia) y de distintos tipos de dificultad de adopción para ir en busca de las primeras conquistas. Éstas son clave ya que, además de resultados positivos, te van a ayudar a mantener el entusiasmo para seguir avanzando.

Identificamos tres tipos de reemplazos con su correspondiente dificultad de adopción:

  1. Reemplazo directo, misma función, mismo producto (por ejemplo, un cepillo de dientes de bambú);
  2. Reemplazo indirecto, misma función, distinto producto. (por ejemplo, la copa menstrual en reemplazo del tampón);
  3. Incorporación de un nuevo hábito (por ejemplo, empezar a compostar)

Luego, es identificar a qué tipo corresponden los productos elegidos para tener una idea clara de cuánto esfuerzo requerirán. Y ¡manos a la obra! Toca investigar sobre las distintas marcas, probarlas, ver cómo nos sentimos.

Recordá tener paciencia -sobretodo con vos mismo/a-, las cosas llevan tiempo (de investigación, de adaptación, de encontrar el producto que mejor va con vos, de repensar, entre otros).

Es a través de varios pequeños cambios que se empieza. Empieza la experiencia propia, empiezan las preguntas, empiezan los cambios y sus efectos y el querer más. Empezamos a tomar consciencia de nuestro rol como consumidores y de que, como tal, tenemos un superpoder: somos la demanda, y hacia donde vaya ésta, en regla general, va a ir la oferta.

En Kolibri lo tomamos como una invitación a observar -y por qué no, a repensar- cómo es la relación que tenemos con nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza y qué impacto queremos tener en cada una de las partes.

No es una produccion propia, la fuente es el Diario Perfil (.com)

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