La concentración de gases de efecto invernadero fue récord

Las emisiones volvieron a crecer en 2022, según la OMM, y superan en más del 50% las de la etapa preindustrial. Sólo es comparable con el planeta de hace 3 a 5 millones de años

Calentamiento Global 17/11/2023 Marcos Bach Marcos Bach
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POLUCIÓN. La producción y uso de combustibles fósiles, en la mira

MARCOS BACH

Las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) que capturan el calor en la atmósfera volvieron a batir en 2022 un nuevo máximo histórico y de momento no hay visos de que esta tendencia creciente vaya a terminar, según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), publicado 15 días antes del inicio de la XXVIII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP28).

El promedio mundial de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera en 2022 supera, por primera vez, en un 50% el nivel preindustrial, dice en el diario argentino La Gaceta.

Las concentraciones de metano también crecieron, y los niveles de óxido nitroso (N2O) marcaron el mayor aumento interanual registrado entre 2021 y 2022, consigna el último boletín publicado por la OMM, en la página oficial de Naciones Unidas.

El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, lamentó que pese a décadas de advertencias de la comunidad científica, el mundo siga en esa dirección.

“El nivel actual de concentraciones de gases de efecto invernadero nos coloca en el camino de un aumento de las temperaturas muy por encima de los objetivos del Acuerdo de París para fines de este siglo”, dijo Taalas, y recordó que eso implicará condiciones climáticas más extremas, que incluirán lluvias diluviales, derretimiento del hielo, aumento del nivel del mar, calor intenso y acidificación de los océanos.

Además, los costos socioeconómicos y ambientales se dispararán.

El estudio explica que por la larga vida del CO2, las altas temperaturas persistirán durante varias décadas incluso, si las emisiones se reducen rápidamente a un cero neto.

La última vez que hubo en la Tierra una concentración comparable de CO2 fue hace entre 3 y 5 millones de años, cuando la temperatura era de 2 a 3°C más cálida y el nivel del mar entre 10 y 20 metros más alto.

Taalas afirmó que la iniciativa Vigilancia Mundial de Gases de Efecto Invernadero provee herramientas para entender factores que impulsan el cambio climático y permite fijar objetivos más ambiciosos para mitigarlo.

El villano del aire

La OMM señaló que el Índice Anual de Gases de Efecto Invernadero de la Oficina Estadounidense de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) muestra que de 1990 a 2022, el efecto de calentamiento en el clima, llamado forzamiento radiativo, por los gases de efecto invernadero de larga vida aumentó en un 49%, y que el CO2 representó alrededor del 78% de ese incremento.

El CO2 es el gas de efecto invernadero más importante de la atmósfera y representa aproximadamente el 64% del efecto de calentamiento. Se produce principalmente debido a la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento, explica la publicación de la OMM.

El aumento en el promedio anual de 2021 a 2022 fue ligeramente menor que el de 2020 a 2021 y el de la última década. La razón más probable es una mayor absorción de CO2 atmosférico por parte de los ecosistemas terrestres y el océano después de varios años con un evento de La Niña. Por lo tanto, el desarrollo de un episodio de El Niño en 2023 puede tener consecuencias para las concentraciones de gases de efecto invernadero.

En cuanto al metano, el informe señala que es un gas de efecto invernadero que permanece en la atmósfera durante aproximadamente una década y representa alrededor del 16% del efecto de calentamiento de los gases de efecto invernadero de larga vida. El 40% del metano se emite a la atmósfera por fuentes naturales y cerca del 60% proviene de actividades humanas.

El aumento del metano de 2021 a 2022 fue ligeramente inferior a la tasa récord observada de 2020 a 2021, pero superior a la tasa de crecimiento anual promedio de la última década.

El óxido nitroso (NO2), por su parte, es un gas de efecto invernadero y una sustancia química que agota la capa de ozono. Representa alrededor del 7% del forzamiento radiactivo de los gases de efecto invernadero de larga vida. El N2O se emite a la atmósfera tanto de fuentes naturales (60%) como de fuentes antropogénicas 40%. Para el N2O, el aumento de 2021 a 2022 fue mayor que el observado en cualquier momento anterior de los registros modernos.

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