La educación ambiental gana centralidad

Suele argumentarse, con sobrados fundamentos, que las jóvenes generaciones tienen mayor compromiso

Noticias Generales12/07/2024Marcos BachMarcos Bach
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MARCOS BACH

Suele argumentarse, con sobrados fundamentos, que las jóvenes generaciones tienen mayor compromiso con el cuidado ambiental que las generaciones integradas por personas que nacieron hace 40 años o más.

Es lógico que así sea. Los jóvenes tienen una mayor esperanza de vida y pretenden que el planeta sea un lugar donde puedan desarrollarse de una manera integral.

Pero a esa tendencia natural debe también cultivársela. Y por suerte, a medida que los problemas ecológicos se agravan, se consolida una tendencia que considera como clave a la educación ambiental.

Como señala Zelmira May, especialista del Programa de Educación de la UNESCO en América Latina, “la educación ambiental pasó de ser algo muy de nicho a una cuestión central en la agenda. Antes este tema no era muy relevante en América Latina. Hoy la situación es completamente otra”.

El propósito central de la educación ambiental es construir una racionalidad ambiental, una concepción de la vida que pueda reconocer los vínculos existentes ente los distintos ecosistemas y la actividad humana.

Los expertos en la materia identifican a la década del noventa como un periodo bisagra en la Argentina en lo que respecta a educación ambiental. Es en esa época que empezó a desarrollarse la educación para el desarrollo sostenible, esto es, colocando en el mismo plano la naturaleza y las actividades humanas.

Si bien al principio la educación de este tipo empezó siendo marginal, promovida más por iniciativas docentes individuales que por una exigencia sistémica, con el correr del tiempo fueron incorporándose a la currícula escolar y a la formación docente proyectos medioambientales.

Una de las dificultades para lograr este desarrollo en América Latina es que los países de la región tienen una baja inversión en educación. En la actualidad, según lo señalado por los datos del Banco Mundial, el promedio de gasto público se encuentra en una de las cifras más bajas en 27 años. Un problema adicional son las dificultades que encuentran los distintos niveles de gobierno –nacionales, provinciales y municipales- para la coordinación de los proyectos educativos.

Temas como los residuos, su separación, la contaminación, el mal uso del agua, la deforestación, la emisión de gases del efecto invernadero pueden ser materia de análisis, reflexión y estudio de medidas destinados a abordarlos desde una perspectiva educativa.

Es menester que la Argentina afiance la tendencia a incluir los temas ambientales en los niveles primario y secundario, ya como materia específica o como temas de distintas materias, lo cual también puede incluirse en los planes de estudio porque se trata de una problemática que atraviesa toda la currícula. Se necesita, además de un diseño estratégico, decisión política para su implementación. La incertidumbre en este último punto es cómo lograr que el impulso nazca de las actuales autoridades, considerando que el propio presidente de la Nación ha señalado que no cree que las actividades económicas graviten en el calentamiento global del planeta.

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