Agenda 2030: solo el 17% de los ODS están en camino de alcanzarse en todo el mundo

El 83% de los ODS reportan progresos limitados o incluso retrocesos. En ese universo, la Argentina está en el puesto 47% en un ranking de 166 países

Números de la Ecología19/11/2024Marcos BachMarcos Bach
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La Agenda 2030 es un plan de acción conformado por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobado en 2015

MARCOS BACH

Un reciente informe de Naciones Unidas asegura que solo el 17% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 están en camino de alcanzarse en todo el mundo y que el 83% restante demuestra un “progreso limitado o una reversión de ese progreso”.

El mismo ranking que analiza 166 países ubica a la Argentina en el puesto 47 con una puntuación de 74,40 y lo posiciona cuarto en región detrás de Chile (77,82), Uruguay (77,09) y Cuba (76,74).

Según los especialistas convocados por Ámbito, Hay varios motivos por los cuales se vive una suerte de estancamiento a nivel global y local. En el mundo la pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania reorientaron las prioridades mundiales, explican los expertos. A nivel nacional, la administración de Javier Milei atenta contra la articulación publico privada en este segmento y no es una novedad ya que el Presidente en más de una oportunidad criticó con dureza a la Agenda 2030.

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La Argentina está por debajo de la media en el cumplimiento de los ODS.

En camino de los ODS en la Argentina

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fueron adoptados por las Naciones Unidas en 2015 como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para el 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad.

“Sólo el 17% de las metas de los ODS van por buen camino. Si bien este dato es a nivel mundial, Argentina está en la misma línea”, sentencia Flavio Fuertes, Director Ejecutivo de Pacto Global Argentina en diálogo con Ámbito.

Según datos del Pacto Global año a año las empresas incrementan su colaboración con los ODS. “En el año 2015, cuando se lanzaron, el empresariado argentino detectó 9 ODS fundamentales para nuestro país, y vemos en las consultas sucesivas que hay 3 de ellos que son materiales y que se mantienen entre los priorizados por las empresas: el ODS 4, 8 y 12”, completa y se refiere a los objetivos relacionados con “Educación de calidad”, “Trabajo decente y crecimiento económico” y “Producción y consumo responsable”.

Desde el CEADS, Paula Abalade, coordinadora del Área de Naturaleza y Empresa y del Programa Conectando Empresas con ODS aclara que cuentan con un programa desde 2016 que se dedica a fortalecer las estrategias corporativas, traduciendo las necesidades y ambiciones globales en soluciones de negocios. El compromiso de las empresas ha sido clave, permitiendo la creación de un banco de casos con más de 750 iniciativas, involucrando a unas 114 empresas”, destaca.

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Los especialistas destacan en la importancia de la articulación publico-privada.

El Programa ha acompañado la evolución de las buenas prácticas, enfocándose en la capacitación sobre el uso de indicadores. Al inicio del programa, solo el 52% realizaba seguimiento con indicadores. Sin embargo, este porcentaje ha crecido de manera sostenida alcanzando un 96,27%, en 2023.

Por su parte, María José Murcia, directora del Centro de Estudios en Sustentabilidad e Innovación Social (CESIS) de la Universidad Austral reconoce que el sector empresario y el Gobierno tienen recorridos dispares. El sector empresario local viene, poco a poco, priorizando más alto los temas de sostenibilidad, comenzando por el sector corporativo que recibe mandatos fuertes de sus casas matrices en este sentido, siguiendo por el sector pyme”, analiza.

Sin embargo, la especialista advierte si bien los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández podrían catalogarse de "progresistas" en el espectro político, impulsando fuertemente la ampliación de los programas de seguridad social, “lamentablemente, según el status actual de indicadores sociales de la agenda de los ODS, la situación no se condice con una concomitante ampliación del bienestar socioambiental”.

Esto resulta preocupante frente a un nuevo signo en la coalición de Gobierno, de corte libertario que, a priori, apunta a reducir el tamaño del Estado y el nivel de gasto fiscal. Si bien, no cabe duda que los recursos del Estado pueden eficientizarse más de lo que se ha hecho hasta este punto, es importante que el Gobierno no deje de implicarse en el avance de la agenda.

“Esta Agenda no es simplemente un conjunto de buenas intenciones”, aclara Julián D’Angelo, Director Centro Nacional de Responsabilidad Social Empresaria y Capital Social (FCE-UBA) y la define como una hoja de ruta que requiere el compromiso estratégico, económico y financiero de los gobiernos, las empresas, las organizaciones sociales, la academia y el mundo del trabajo.

Con avances y retrocesos, el rumbo de esta Agenda en Argentina, no estuvo inmune a los vaivenes de nuestra realidad económica y social. Pero, con avances considerables en algunas políticas públicas ambientales, sociales y de derechos humanos, lo que nunca había estado en duda era la importancia estratégica y el consenso alrededor de esta Agenda.

Al igual que Murcia, muestra reparos sobre el Gobierno. “Lamentablemente, en la actualidad, con argumentos falaces, un total desconocimiento sobre los objetivos de esta agenda, y una ideologización malintencionada de la misma, el Gobierno de Javier Milei pretende desconocer los compromisos asumidos internacionalmente por nuestro país desde hace casi nueve años”, lanza.

Los desafíos de la Argentina

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“Educación de calidad”, “Trabajo decente y crecimiento económico” y “Producción y consumo responsable”, son los tres ODS que más se trabajan en el país.

Los especialistas al unísono hablan sobre la importancia de la articulación publico privada. “No alcanza solo con las políticas públicas, ni únicamente con la acción de las ONG’s o los Organismos internacionales y tampoco son asuntos que el mercado pueda resolver por sí solo”, insiste D’Angelo.

Desde el Pacto Global, Fuertes reclaman más espacios de diálogo y de cocreación de políticas. Para compartir información, que permita cruzar los datos macro que maneja el Gobierno y los datos micro que manejan las empresas, y a partir de allí plantear una agenda conjunta.

Para Murcia es clave no separar la agenda de sostenibilidad de la agenda social. Según la última edición del SDG Progress Report, Argentina muestra clara tendencia al estancamiento en los objetivos y metas asociadas de Pobreza (ODS 1) y Hambre Cero (ODS2). “Esto es convergente con las últimas actualizaciones de barómetros locales - como el observatorio de la deuda social UCA - que observan grandes desafíos, sobre todo en lo que hace a la pobreza infantil”, explica. Cabe recordar que hace unos días, el informe de la UCA reveló que el 63% de los niños y adolescentes en nuestro país son pobres y un 16% viven bajo la línea de indigencia.

Abalade por su parte destaca los esfuerzos empresarios en los tres ODS señalados antes es decir los 4, 8 y 12. “En nuestro ecosistema empresarial, la inversión en educación se enfoca en promover la igualdad de oportunidades, garantizar el acceso al derecho a la educación y fortalecer las capacidades y habilidades necesarias para el empleo”, afirma.

Este esfuerzo dedicado a enriquecer este pilar no solo beneficia a las empresas al nutrir el ecosistema laboral actual y futuro, sino que también mejora las condiciones del entorno en el que operan.

¿Fue utópico pensar en una agenda a 15 años?

Ámbito realizó la misma pregunta a los cuatro especialistas. “No, no es una utopía. Fue un trabajo enriquecido por el aporte de la ciencia y de múltiples partes interesadas. El apoyo que aún sigue dando el sector privado ratifica que fue acertado”, responde primero Fuertes.

Paula Abalade alerta que a nueve años del establecimiento de la Agenda 2030, el contexto global cambió drásticamente. Analiza que la pandemia de Covid-19 alteró profundamente las prioridades y desafíos a nivel mundial y que la guerra en Ucrania mostró un debilitamiento del sistema multilateral sobre el cual reposan los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “Este debilitamiento ha afectado directamente la cooperación internacional y la colaboración, que es la columna vertebral de la sostenibilidad global, están seriamente afectadas”, asegura.

Existen trascendidos que hablan de una posible extensión de la Agenda al 2050. Para Murcia “extender el "deadline" al 2050 es peligroso, porque a la fecha contamos con evidencia de que el escaso avance de la agenda nos está costando muy caro”.

En tanto, D’Angelo concluye que “más allá de cuanto podamos acercarnos en los próximos seis años a estas metas, el valor de la Agenda tiene que ver también con tres aportes innovadores: primero, presenta una valiosa hoja de ruta; segundo, redefinió el concepto de sostenibilidad, incorporando un amplio abanico de temas económicos, sociales, ambientales y de gobernanza pública; y tercero, la convicción de que es una agenda que debe ser abordada mediante las mencionadas alianzas de articulación público-privada”.

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