Los árboles, la solución más práctica y económica para mitigar el calor

El principal enemigo es el cemento, que lleva décadas invadiendo las ciudades, explica el biólogo Pablo Quiroga

Arbolado10/08/2022
Bosque/Arboles/Arbolado

El cambio climático y sus consecuencias se vienen discutiendo en la comunidad científica desde hace tiempo. Hoy se sabe que este proceso de calentamiento global ya está ocurriendo; es una realidad. De modo paralelo, en las últimas cuatro o cinco décadas se ha estado viendo que las ciudades vienen experimentando un aumento de su temperatura. Esto se conoce como islas de calor y tampoco se trata de una percepción.

introduce el biólogo Pablo Quiroga, director del Jardín Botánico de Horco Molle y director de Medio Ambiente de Yerba Buena.


Una tercera arista es el gran aumento de la urbanización, otro fenómeno mundial y muy notorio en esta parte del globo -destaca-. Latinoamérica y el Caribe, por ejemplo, albergan el 60 % de la vida terrestre y de los ecosistemas más biodiversos, que varían desde humedales a costas; desiertos; bosques tropicales; glaciares o hábitats andinos de altitud. Aunque la mayoría de su extensión es rural, ocho de cada diez latinoamericanos se ha radicado en las urbes. "En Argentina, la cifra es mayor: más del 90 % de la población vive en ciudades. Y en Tucumán el número ronda el 80 %", agrega Quiroga. Ante estas verdades, ¿cómo responder a las necesidades de la población sin dañar el planeta?


El arbolado aparece como la única herramienta económica y efectiva que podría mitigar el aumento de la temperatura y reparar o subsanar el vínculo entre las personas y la naturaleza.

contesta Quiroga.


Desde su mirada, el principal enemigo es el cemento, que lleva décadas invadiendo las urbes y reemplazando a los árboles. "Los edificios y los pavimentos de los suelos actúan como una batería: durante el día, absorben el calor del sol y durante la noche lo liberan", razona el especialista. De hecho, cita una investigación encabezada por el meteorólogo local Juan Leónidas Minetti, que revela que en San Miguel de Tucumán ha habido en los últimos años un incremento de las temperaturas nocturnas. "La energía solar queda retenida en las construcciones de cemento", explica.

- Suena a utopía pensar que podemos eliminar el cemento de las metrópolis. No obstante, ¿cómo sería un plan de regeneración urbana teniendo en cuenta la crisis climática, el fenómeno de noches tropicales y la urbanización creciente?
 
- No se puede pensar en ambos elementos (ciudades y árboles) por separado. Si bien Tucumán es una provincia densamente poblada, una tercera parte de su territorio está cubierto de árboles. Es un relación bastante positiva. Pero la mayoría de nuestras ciudades no ha sabido aprovechar o capitalizar esa ventaja (aquí la vegetación se desarrolla con facilidad). Yerba Buena es realmente una gran excepción. Pero cuando uno recorre el centro de San Miguel de Tucumán, en cambio, advierte el déficit. Y en general, la mayoría de las ciudades tucumanas no está preparada o no ha sido concebida para los árboles.

- ¿Cuáles son los beneficios del arbolado urbano?

- Los árboles no solo inciden en la calidad del aire, en las emisiones de COâ‚‚ y en la temperatura. Asimismo, disminuyen las escorrentías de las aguas de lluvia, actúan como cortina de viento, brindan sombra natural, aumentan la humedad y el aire fresco y protegen las fachadas de los edificios. Además, se sabe que tienen un efecto positivo en la reducción de la contaminación sonora y disminuyen la contaminación lumínica y las ondas electromagnéticas.

- ¿Cómo se aborda la construcción del arbolado urbano?

- Hay dos escaleras de intervención: una política y otra ciudadana. Debemos sensibilizar a ambas. La política tiene que repensar cómo abordar los territorios. Y el vecino que quiere tener una vereda limpia, sin pasto y sin tierra, debe saber que no colabora.
 
Finalmente, un ejemplo de buenas prácticas que cita Quiroga es el que se lleva a cabo en Yerba Buena, bajo el eslogan de bajar el cerro San Javier a la ciudad. "Tratamos de generar corredores verdes que prolonguen la selva de Yungas", explica. Aunque las metrópolis del mundo ocupan el 3 % de la tierra, representan entre el 60 % y el 80 % del consumo de energía y el 75 % de las emisiones de carbono. Por ello, el onceavo objetivo de desarrollo sostenible (ODS) de Naciones Unidas está vinculado a lograr que estas sean más inclusivas, seguras, resilientes y verdes. "Los árboles son la solución más práctica y funcional para mitigar los efectos del aumento de las temperaturas", concluye.

No es una produccion propia, la fuente es Soledad Nucci para el diario La Gaceta (Tucuman, Argentina)

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